sábado, 18 de noviembre de 2023

 Un hombre de mediana edad se preocupaba por las cosas que ocurrían alrededor: la política, lo social, lo económico, lo industrial, lo feminista, lo LGTBI, etc, etc, etc. Y claro, el hombre estaba abrumado. Se tiraba horas y horas en la biblioteca leyendo de todos esos temas que le rodeaban, que acontecían a su alrededor. Y nunca se consolaba porque todas esas cosas eran muy problemáticas, todas las tonterías esas que se habían inventado hacía pocos años llevaban problemas consigo. El hombre vivía por lo tanto, problematizado como un libro de matemáticas. A veces lograba ver alguna luz en alguno de esos temas de hoy en día y se sonreía feliz, pero al otro día volvía el problema a incordiarle. Fue a un psicólogo. "No se preocupe por problemas que no le atañen", dijo el analista. "Todo me atañe como ciudadano que soy de este mundo", respondió el hombre. No se entendieron ni paciente ni psicólogo pero el paciente salió con un tema nuevo de preocupación: la psicología en nuestros días.

Sutiles lejanías como caminos o catedrales

vienen a mi mente cautiva en plazas nuevas.


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