Construyen coches raudos últimamente. Pasan por las carreteras comarcales a 150. Un domingo desolado, un domingo triste y feo y católico y sentimental. Me siento con una presión asquerosa, como si me babearan el cogote. El sol es una mota de brillo en el cosmos y qué poco somos los humanos en este mundo triste de Dios y sus trabajos. Me he bebido un par de vasos de agua. Las pastillas y el tabaco dejan la boca seca. Hay unas personas en lo oscuro de la habitación que dicen cosas y preparan el lecho para que yo duerma pero no tengo sueño. El sol es una estufa de butano y la vida un metro a punto de partir. Yo no parto ni reparto. Me tienen harto, eso sí. Mañanas azules dormidas en el aire de la primavera. La calma es luciente y la mañana brota bonita.
Madrid es una ciudad valiente y popular.
Madrid hace gente amiga y sagaz.
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