Era un hombre fascinado y fanatizado por los adelantos( eso es lo que nos vende el cientifismo ) del mundo moderno. El iphone, la radio, la televisión, el PC; para él todos estos aparatos significaban su vida hasta tal punto de que los seres humanos en derredor le parecían meros comparsas de la comunicación. Le encantaba todo lo electrónico y toda la lógica informática, tenía la mente estructurada en el orden matemático y digital, se podría decir que su mente era un reflejo de lo inmaterial del espacio silicatado. Cuando se enteró de los grandes avances en robótica se volvió un voraz lector sobre el tema, pero esta rola ya le pillaba a traspiés y no lograba ponerse al día. Sin embargo se obsesionó tanto que pensaba que el mundo perfecto llegaría de la mano de las máquinas y se identificó con ellas. Hasta tal punto que consideraba una imperfección al hombre. Se obsesionó con problemas escatológicos, se avergonzaba de tener que cagar y mear. Comenzó a crearse hábitos para ir poco al retrete, comía poco y mal y bebía poco. Se murió pero en el testamento puso todo el énfasis en su epitafio; " Aquí yace un hombre que trató de conseguir ser un robot".
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