Decía mi madre: la gente no quiere trabajar. El otro día oí a un amigo decir lo mismo. Y me he sugestionado y he empezado a pensar eso reiterativamente. En una tienda de charcutería vi dos señoras de edad que estaban atendiendo a los clientes. Lo hacían bien, con brío. No sé si tendrá mucha complejidad esto de ir cortando en láminas los productos y empaquetarlos, pero lo hacían bien. Una le hablaba a la otra sobre los días libres que tenía. Hoy he pasado por unos arreglos que ha hecho el ayuntamiento. Se veía la desgana de los dos tipos que tenían que ponerse a picar. Como dicen: uno trabajando y cinco mirando, esto es España.
Peso y medida quitan al hombre fatiga.
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