miércoles, 8 de noviembre de 2023

 Dar alaridos no es solución de nada. Discutir solo conduce a que se enconen las posturas cada vez más. Antes de discutir, hay que contar hasta 10 y no entrar a reprochar conductas ni comportamientos. Hay que actuar, no discutir. Lo fácil es discutir, lo difícil es volver las tornas y decir algo agradable a esa persona con la que discutes habitualmente, unas palabras que apacigüen el tono que está subiendo cada vez más. Humillarse para que el otro se calme, dar un abrazo, responder con unas palabras amables, dar la mano a aquel al que querríamos echar en cara esto y lo otro, hacer un regalo que enfríe el ambiente oscuro al que se van sometiendo los que discuten. Y si no hay solución posible, si todo es discusión, si el hábitat ya es terrible, separarse.

El mundo informe que lo abarca todo

nos tiene pequeñitos uno contra el otro.

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