Todos los fontaneros están al borde del mar. Y los abogados. Y los tenderos. Y toda España. No es un buen invento suspender un mes todo el mundo sus ocupaciones y dejar las ciudades en stand by. Se tendrían que repartir los meses de junio a agosto las mareas humanas que se van de vacaciones para que no hubiera esta estampida de gente. Estampida que deja a los que no salen con el culito al aire y la envidia engordando. Luego dicen que Madrid está sola y se aparca bien, pero son tristes consuelos para el que se queda. Es una locura que en este mes no haya ni administración, ni abogados, ni gente que arregla el grifo de la cocina o el retrete. Es una locura. Pero la aceptamos como tal. El mundo está un poco loco en agosto.
Oh qué premura para coger el coche y largarse
Oh qué demencia recorre sus venas, qué ganas de correr después del otro.
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