En agosto, frío al rostro. Pues será en otras latitudes. O habrá sido en otras épocas. La verdad es que ya, a estas alturas, está España harta de calor. La casa está vacía de emociones, la casa muere de melancolía. La belleza del mundo está hecha de su miseria. Unos por poco y otros por mucho, hacen igual de daño a su prójimo. El aceite está muy caro, demasiado caro, a 8 o 9 euros la botella. Ir al supermercado es una tarea de héroes. No sé lo que está pasando en España, pero sus políticos no se dan cuenta de nada, metidos en sus tiroriros particulares. Resulta que el gobierno depende de partidos nacionalistas, esos que quieren una nación de naciones. Qué progresismo más grande es ser único y especial, distinto a todos los demás, destacando la diferencia de un pueblo frente a otro, la desigualdad más chabacana. En fin. ¿Para qué ha votado la gente? ¿Para que los menos impongan sus condiciones a los más? Menuda mierda.
Haz amistad, pero con moderación.
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