El corazón es de uno solo y así late, a la manera del que lo encierra tras sus costillas. Hay gente con suerte, a la que ni la enfermedad ni la mala fortuna les atañe, casi siempre están felices y alegres. Y si les pasa cualquier cosa saben disimularlo, porque, a la par de gente con suerte, son sibilinos para hablar de sí mismos. No se sabe nada de ellos ni ellos cuentan nada de sí mismos, como si comunicarlo trajera el infortunio. Son gente, por lo común, que se hace desagradable a los demás, pero ellos dicen, como el poeta: ande yo caliente y ríase la gente. En verdad son gente con suerte pues nada les afecta ni les pasa. A lo mejor se quedan calvos y se ponen un peluquín tan a propósito, que nadie les nota nada y parecen más jóvenes que con su pelo natural. Hay mucha gente así, no cabe duda.
Andando, andando se encuentran cosas,
la vida se nos pasa como cualquier cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario