El dolor de vivir es fuerte si ayer es igual que hoy. Si no coges el coche y te vas lejos a ver otros paisajes, la pena de vivir lo mismo te pone depre. El año que viene vamos a viajar, parece, y lo vamos a pasar mejor que este año, que ha sido un verano atroz. A lo mejor en invierno vamos a algún lugar donde esparcir nuestros pasos por doquier. La vida de ahora no merece mucho la pena pero me lo paso bien leyendo en la biblioteca libros de escritores jóvenes o de escritores ya muertos hace un siglo. La pena de no vivir experiencias bonitas es que envidias a todo aquel que ha corrido un poco mundo, que ha cogido el coche para descubrir sitios nuevos, que ha tomado el tren para largarse de Madrid. El otro día estuve en el Retiro y lo pasé bien.
Provincianos antiguos vuelven a la tierruca
y ven los signos del tiempo por donde vayan.
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