Las doradas vacaciones (que mis niños vean el mar) llevan a la gente a endeudarse. Un endeudamiento proporcional a la calidad de las vacaciones. El que se va a Mallorca, despilfarra, ya que una semana en un piso vale 3000 euros. Y así casi todo. Los que se van a Andalucía van a una chicharrera continua pues en esa comunidad se alcanzan todos los días de 35 a 40 grados. Así que los que han ido de vacaciones se deberían buscar una esquinita donde no corra mucho el aire y ponerse a pedir. Es trágico, sí, pero sus niños han visto el mar. Y eso no tiene precio, dicen ellos. Pero yo digo: vaya si tiene precio. Y muy alto. Y así toda España ha estado en el mar. Claro. España tiene costa mil quilométrica. Pero después de que pase agosto, ya todo el mundo pisa tierra firme. Menos algunos, que tienen mucho que deber y el poco dinero de su bolsillo no le ata a la tierra. Pero sus niños han visto el mar.
Mira qué gentes van y qué gentes rompen el horizonte
zoquetes, zoquetes empedernidos que rompen la noche.
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