No tengo libro que leer. Cogí prestado uno de la biblioteca pero no llegué a leer más que unas páginas. Iba de un ligón que vivía de su madre. Sin embargo, he leído muchos empieces de libros en la biblioteca. Hoy iré otra vez. El cuaderno donde apunto si el libro es bueno ya se me está agotando. Ayer lo pasé mal por unas melancolías que me dieron relacionadas con no haber ido a algún sitio este verano. Pero bueno. Hay cosas peores en la vida que no haber visto la playa un año. Paco dijo ayer en la asociación que está deseando ver a la psiquiatra a ver si le baja la dosis de una pastilla. Vaya preocupaciones las de mi hermano: pastillas, tripita, algún otro dolor que le surja. Así es mi hermano el hipocondriaco. En vez de preocuparse de pasarlo bien está obsesionado por una pastilla.
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