Pronto iremos los de la asociación a La Miñosa, de Guadalajara. Allí no hacemos gran cosa que no sea charlar, oír música y tocar la guitarra. También vamos de paseo y visitamos un pueblo de la Alcarria, por donde pasó Camilo José Cela. El año pasado fue Atienza, un pueblo muy bonito, medieval. La vida nos trae y nos lleva y a lo mejor nos quedamos en el mismo sitio, pero lo andado tiene la potencia de cambiarnos, de transformarnos. Hoy voy a caminar. Caminar de un lado a otro arrastra el alma, aviva el seso, llena los ojos de algo nuevo siempre. Andar no solo traslada el cuerpo sino también los ojos que se llenan de avisos de la naturaleza, de sensaciones nuevas, de alegría y felicidad y humor. Andemos, pues, andemos y vidas nuevas viviremos.
El camino extendido como una alfombra
espera el paso de una delicada sombra, de un cuerpo vivo, de la luz de los ojos abiertos.
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