Hace tiempo que leí "La voluntad", de Azorín. Me llenó de una gran admiración lo que cuenta porque es el propio Azorín el protagonista junto a otros personajes no menos atractivos. En este libro aparece la figura de una monja que enloquece y muere en un convento. Aparece la figura de un sabio arqueólogo que tiempo después, en Madrid, lejos ya de Yecla, sufre los males de una enfermedad mental. Se da a entender en la obrita esta que, si eras un hombre con reputación, no te metían en el manicomio, sino que se transigía con esa enfermedad que tenías. Azorín lo pasa mal en Madrid, todo va mucho más rápido que en el pueblecito donde nació, pero sabe sobrevivir y convertirse en un periodista y escritor de gran talla. Azorín fue un tipo inteligente y se adaptó a lo que había en esa época. Fue gran amigo de Pío Baroja, aunque don Pío aparece en la novelita de forma tangencial, en ese grupo junto a Maeztu que quiso cambiar España y no les dejaron.
Una maldición que recorre el mundo, un disparate de la mente
surge aquí y allá sin deseo de encontrarle remedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario