Hay una teoría psicológica que dice que los que son capaces e inteligentes y hacen cosas virtuosas, lo tienen por poco y son muy escépticos sobre su propia obra. Sin embargo, las personas menos capaces, que quizás hagan un trabajo más sencillo y normal, están muy orgullosas y tienen lo que hacen como una tarea que les llena de emoción y satisfacción y orgullo. Yo debo de estar entre las primeras porque lo que he hecho y lo que hago no lo precio un higo. No sé la importancia que tendrá escribir en este blog. A veces lo veo absurdo pero sigo escribiendo. Mis ideas las veo como ideas que ya expresaron otros antes que yo y por eso, no las aprecio. Esta teoría psicológica puede que sea cierta pues ha habido escritores que han querido quemar sus obras o las dan al olvido, no se preocupan de ellas. Yo ya no sé muy bien por qué escribo, sino por pasar el rato. Todo lo que me haga pasar el rato lo aprecio en esa medida.
Pasaron dos horas de insatisfacción,
mientras la brisa marina entraba en la bahía de Cádiz como una diosa.
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