Debo estar una hora sin fumar. Ya se han cumplido 10 minutos desde que fumé el último cigarrillo. Lo que voy a contar lo podría contar un aprendiz de escritor, un joven que ama las letras pero no tiene dotes para armar una historia con un principio y un final. La historia que contaría este neófito narrador podría ser así: Raúl es inefable. Es una persona que, cuando va al mercado o a la cafetería, todo el mundo desea que le salude afablemente y cuanto más tiempo transcurra en ese saludo beatífico, más honrada se siente la persona. Raúl es inconmensurable en su simpatía, en su transcendencia social, pues Raúl despacha prebendas y favores a todo el mundo. Raúl es la persona más agradable que puedes encontrar en el mercado o en la cafetería. Raúl es dios a ratos. Raúl es muy querido. Raúl trabaja en el ayuntamiento. Y se deja admirar por las mañanas pero por las tardes juega al golf. El golf es su deporte favorito.
La huida del destino es imposible.
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