En esta vida creo que es mejor aplicar el juicio, el entendimiento, que el sentimiento. El sentimiento se equivoca mucho. El juicio, si va bien dirigido, acierta a ver qué pasa en tu interior y alrededor de ti. Es tontería perseverar en un error motivado por un sentimiento. El juicio encamina los sentimientos. Bueno, dicho esto, voy a hablar de un mono que se escapó del zoo e hizo las gracias de los transeúntes de la Gran Vía, pues el mono llegó a la ciudad. El mono en realidad era un macaco de Gibraltar, muy poco aguerrido, pues era joven. Como tenía mucha hambre ponía la manita y le daban palomitas y caramelos. Se cogió un entripado y murió a los dos días de regreso al zoo. Más vale estar convencido de un error que estar dando vueltas a una especulación mental.
Si crees que estás en lo cierto, persevera.
Si alguien te hace creer que estás equivocado, no le hagas caso.
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