lunes, 27 de enero de 2025

 Hay que ser algo poeta para observar cómo se comportan las palabras. De brother, surgió bro, apelativo que usan hoy los jóvenes. En tiempos en los que yo era profesor, el bro era el primo. Oye, primo, déjame un bolígrafo o te apuñalo, decía un simpático alumno en un instituto de un barrio marginal. Y así todo. Los alumnos, cuando no venía un profesor, a esa hora sabían que se aburrirían y jugaban al ahorcado, que es un juego de letras. En el recreo exhibían su jerga. Jerga es un lenguaje reducido a una profesión (la jerga informática) o a un grupo social (los jóvenes, las mujeres, los homosexuales...). Meterte en una jerga es meterte en un grupo y sufrir las penas y las alegrías de ese grupo. Y manifestarlas.

Las palabras nos dan la libertad, el conocimiento o el aislamiento.

Leyendo se sale de las jergas, de las palabras cotidianas que nos reducen el lenguaje.

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