martes, 21 de enero de 2025

 Llueve y deja. En casa no hace excesivo frío. La luna no se pudo ver ayer por el estado nuboso del cielo. El hombre del tiempo se vanagloria porque, por una vez, ha acertado. Yo escribo estos renglones para que se pase el tiempo. Tengo tiempo para dar y tomar y el tiempo se ríe de mí dándome más horas feas. Podría coger un autobús e irme a Torrelodones y allá, en Torrelodones, andar de allá para acá sintiéndome alejado por un rato de las murallas que cercan mi casa, de las altas torres que delimitan el piso donde vivo. Sería cuestión de subirme a ese autobús. Simplemente. Decisivamente.

Las montañas están lejos.

Las montañas adquieren la forma de un animal antiguo, muy antiguo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario