Había un niño con un balón en el patio. Le dije que si le podía dar unos toques. Le di unos toques al balón. Se me fue para adelante el balón. Alcé la pierna para controlarlo y me dio un tirón en la ingle. Total: no puedo andar o ando mal, así que me he quedado en casa. Y así, escribo estos párrafos para entretenerme. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, dice una canción de Rubén Blades. Es así. La pena es que no dé sorpresas a esa gente que se suele llamar mala persona. A las malas personas les debería dar más sorpresas la vida, malas sorpresas a ver si aprendían a portarse bien con al gente de bien. No suele ser así. La mala persona reincide y reincide en su mala postura ante el mundo.
Mala persona y con recursos:
menudo dolor de cabeza.
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