El País no habla de la corrupción y en la SER todo es crónica deportiva. Voy a ver si consigo el libro "Pasaje a la India", de un tal Foster. Y voy a ver si consigo "La tierra de Canaán" de Isaac Asimov. Los pediré en la librería del barrio. Cuando yo era profesor, recorría varios kilómetros al día, por lo menos, 40. Ida y vuelta. En el cercanías o en bus. Eran otros tiempos, quizás tiempos gloriosos en los que yo me hacía entender entre el alumnado sin perder los papeles. Dar clases es parecido a tener un hijo. Como el hijo te busque las vueltas, se te hace muy cuesta arriba que te obedezca y haga lo correcto. Así con los alumnos. Cuando te ven débil, van hacia ti y se cachondean en tu cara. Es muy duro de llevar esa situación porque te conviertes en un pelele, en su pelele, en su pim pam pum donde ellos hacen diana. En fin. Podría haber sido un infierno mi paso por las aulas pero gracias a Dios no lo fue.
La aulas son como las jaulas.
no sabes qué tipo de animales hay en ellas.
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