domingo, 19 de enero de 2025

 Perfección del momento: una bandada de pájaros cruza el cielo azul por doquier. Los pinos, abajo, marcan la paz de los árboles. Hay silencio y calma en dosis masivas. El bosque arde en un sosiego verde que se cuela al alma como agua limpia. Es capaz Dios de darme tanta quietud, es precursor de una tranquilidad muy grande. Mi pensamiento no piensa, se agranda. Mi pensamiento ahora es de los alfileres verdes que están en las copas, en el suelo mullido de arena y hierba, en el cielo tibio de luz propicia. Los ojos no ven, saben. Los ojos admiran tanto empeño de Dios. Los ojos surgen de una mirada y van al pequeño latido del corazón que dice: abrázame, naturaleza nueva y eterna.

Allí estábamos,

al resguardo de los pájaros y el verde de los pinos, mullidos los sonidos.

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