Ayer oí en la radio a una locutora que decía que tenía amigos que se proponen este mes de enero no beber. Ella decía que estaba en contra de ese propósito. Ella dijo que bebía pero que bebía champán y, como es caro, bebía más bien poco. Luego pusieron una canción y dejó de hablar la locutora y ya no seguí oyéndola porque la canción era muy mala. Si la canción hubiera sido buena, quizás hubiera yo esperado a que se acabara para seguir oyendo a esta locutora un poco más. Porque, la verdad, me cayó muy bien esta mujer que decía las cosas como las sentía, creo, y decía que bebía más bien poco. Así que busqué otra emisora y oí otras cosas más convencionales y predecibles, no como el rollo del champán y todo eso que tanto me gustó. En fin. La vida te ofrece, de vez en cuando, alguien que dice cosas interesantes y verdaderas. Pero todo se acaba.
La radio puede ser una buena amiga.
Solo hay que escucharla.
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