sábado, 4 de enero de 2025

 Yo que he sido lector por dos veces de la novela "1984", de Orwell, opinaré sobre ella. Orwell vino a España a defender la república. Y vio y sufrió todas las ideologías en su ebullición. Primero escribió "Rebelión en la granja" que es otra distopía sobre una dictadura. Orwell fue muy pesimista. Creía que la política nos conduciría a una dictadura de todos modos. En estos tiempos, en España, la política nos tiene divididos, cualquier cosa que digas es delito de odio. Delito de odio es una neolengua. No ha existido nunca un delito de odio. Han existido delitos, ni más ni menos. Pero volvamos a "1984". En esta novela, el Gran Hermano lo controla todo. Todo el mundo está vigilado con las telescreen. Todas las noticias son falsas. Siempre hay guerra. La gente cada vez vive peor. Se fuma tabaco de la victoria y se bebe ginebra de la victoria. Siempre huele a col hervida. Existen los proles. Pero Orwell no cuenta para nada con el progreso humano y la ciencia. La política vale más que la ciencia. No hay ciencia por ningún lado en "1984": solo hay política. Una política horrible que existe por el poder. Un  poder por el poder. Un poder que no conduce a nada. "1984" es la novela por excelencia de un poder omnímodo que se perpetúa eternamente. A mí no me gusta esta novela porque es demasiado cerrada en su planteamiento, mata toda la libertad humana. No creo que llegue ese sistema al mundo nunca. Pero sí llegan cosas que se retratan en esta novela, como el afán de cambiar las cosas por el hecho de cambiarlas o destruir las que había.

Las distopías son como las utopías.

No existen. Son una creación exagerada de lo que existirá pero no existirán nunca.


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