Parece que las temperaturas nos están respetando y no hace esa calor agobiante del año pasado, cuando yo creo que ya llevábamos dos olas de calor inmundo. La operación salida a un mar lleno de meadas ya se está produciendo. La gente circula en coche muy centrada en la conducción, sin beber alcohol y sin distraerse con el móvil o con el marido o la mujer dando gritos y desesperándose. Me acuerdo de una mujer que en un safari sale del coche porque discutía con su marido y se la come un leopardo. Lo vi en internet. Triste fin. Algunos de los primeros mártires cristianos, compañeros de los apóstoles Pedro y Pablo, fueron untados con brea y quemados vivos para dar luz a las noches de la capital del imperio romano. Roma la nuit. La vida, si lo pensamos, es un enorme fuego que nos va consumiendo, consumiendo hasta el fin de nuestros días. Yo estuve en el barrio de Aluche dando clases de latín a una compañera de carrera. Luego me compraba unos cigarritos en el quiosco del barrio y me venía a Majadahonda. Eran otros tiempos. En la playa se agolpa la gente como una democracia de tontos. Son gente tosca, que solo lee el marca y que no tiene sentido profundo de la realidad. Una pena de playa. El más listo solo ha leído sobre fútbol. El más tonto no sabe si vive en España o en Camerún.
Liado el cigarro, lo fuma
y echa un humazo denso, dulce, cancerígeno.
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