Paco no puede conducir. No queremos ninguno de los dos ir al pueblo. En el pueblo no encontramos a nadie con quién charlar. La gente del pueblo nos es ajena totalmente. Apenas conocemos la gente que allí hay. No se ven más que jovencitos oyendo música y mirando los móviles. Si a esto añadimos que en la casa de al lado se montan fiestas que duran hasta las 5 de la mañana y Paco no puede dormir, pues otra razón para no ir. Ya iremos cuando pase la vorágine del verano. A lo mejor hay comportamientos estúpidos que se empeñen en que vayamos. Les diremos que no vamos. No vamos a ir al pueblo. Listo. En el pueblo no nos saludan apenas. En el pueblo no tenemos ya amigos. En el pueblo no nos encontramos a gusto.
Igual que las raíces de un agua inacabada
así mis pies en mi casa de antes.
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