Círculos extraños me apretujan de modo inverosímil. Tengo el fusil, pero no la bala. El año está maduro como un melón y las tres gracias bailan arteras al son de un miembro viril enorme. ¿Por qué el tonto siempre está desnudo y vestido a la vez como un muñeco absurdo? Yo le desterraría a la quinta mierda que es de dónde sella sus labios lastimeros. El bodrio que da se lo podría ahorrar. Pero, ¿por qué esto me está pasando a mí? No lo sé. Solo sé que los que creen ser no lo son y los que son son los verdaderos amigos. La pena de ir andando y andando en soledad por un desierto lleno de idiotas me cansa. Pronto el papel higiénico se acabará pero no las ganas de cagar que dan esos.
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