Este jueves que viene se cumple un ciclo: cocino otra vez y por última vez las costillas de cerdo que compré en una carnicería hace un mes. Cociné 6 costillas a los pocos días de comprarlas y fui haciendo diversas recetas hasta que pasado mañana repito. Son muy fáciles de hacer: se pica ajo, se pica cebolla, se sofríen, se echan las costillas, un chorro de vino blanco. Luego se agregan las patatas cortadas y se cuecen. Hace poco vengo de dar un paseo pasando por la calle Santa María de la Cabeza. He tomado café y he vuelto a casa. Lo hago por no fumar. Ojalá se me apareciera, aunque solo fuera por verla en vivo, la chica que baila la lambada en los cortos de YouTube. Ojalá de los ojalases la vida fuera un pelín más divertida.
En el principio el agua vino por cordeles de seda pura
para apaciguar al lento calor juvenil.
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