He dado dos paseos de un media hora cada uno. Y luego he venido a casa a fumar. He saludado a Miguel, el de la Once; al leonés, propietario de numerosos locales; a Héctor, que antes iba por el "Tú decides" y ya no va; a Francesco, el mendigo del Dia; sin contar a todos los camareros del Sanuz. Y bueno, he pasado la mañana. En casa fumo y me aburro o me aburro y por eso, fumo. La gente trabaja, la gente se saluda (como el del camión de la Coca Cola que saluda a uno de su barrio que también es de la Coca Cola), la gente habla sola, dice cosas como "hay que joderse" o "nos ha merengao" Otra gente es más discreta, nunca se queja, nunca maldice, nunca ofende a Dios con su boca.
Si dudas, o calla o pregunta.
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