viernes, 31 de octubre de 2025

 En redes, hay una canción que dice: que dimita tu puta madre. Deben de dar de comer muy bien en la Moncloa. A los españoles, este gobierno les ha robado. Muchos millones, no uno ni dos. Y hay caja B. Y hay ladrones por todos los sitios. Y la gente no se queja, no sale a la calle a protestar de estos hechos delictivos. La izquierda es lo que tiene: que se enguarra y no pasa nada. A mí me da mucha rabia que los de la izquierda ponen el grito en el cielo cuando hay algo de la derecha pero su propia mierda pasa por delante de sus narices y no se tapan ni las mismas. Pues ahí tenemos este gobierno que iba a regenerar la democracia. La ha puesto pringando. La ha pisoteado. La ha enfangado, esos que hablaban del fango. Pero, ya digo, nadie protesta aunque nos hayan robado impunemente para putas y fiestas. Para putas y fiestas.

 La llanura del mar es casi inmensa o nos la imaginamos inmensa, no tiene fin ni en el horizonte. Así pasa con las ideologías mafiosas, que se meten hasta debajo de la alfombra. Pero si esas formas de pensar tan insidiosas van acompañadas de una cleptomanía abrumadora, esas ideologías mueren o van muriendo poniéndole parches penosos que no tapan nada, que lo que van haciendo es enseñar al país a esa mafia con tintes delictivos. El gobierno ha robado a todos los españoles. La gente que proclamaba la abolición de la prostitución como una enseña feminista, no dice nada, calla ante la red de prostitutas de los ladrones. El gobierno está corrupto y nadie sale a las calles a protestar. Es el signo de esta izquierda guarra, putera, ladrona. Todos los que la votaron achantan y callan.

 No sé si habrá pasado ya lo woke, eso de poner el sexo y la sexualidad en medio del juego político, unos que se declaraban "fluidos"; otros trans, etcétera. Lo woke ha sido como una especie de peste ideológica que ya parece que va pasando. De hecho, no se ha vuelto a hablar de lo trans ni de lo tránsfobo ni de lo homófobo. Parece que se ha aparcado un poco el tema. Ahora viene el tema de que no hay que sacrificarse profesionalmente, que debe haber más fiesta y más siesta. Que no debemos estar "en modo automático" cumpliendo nuestras obligaciones y sí debemos ir mucho más lentos porque si no, no apreciaremos nuestra vida como tal. Bueno. Todo tiene su término medio y creo que es nuestra obligación buscarlo. La vida es especialmente compleja para que no tratemos de entenderla.

 Era diminuto, uno solo pero capaz él solo de provocar una desazón grande. Donde tengo mi descanso apareció y me puso nervioso y casi no puedo dormir. Era uno solo, negro y feo, diminuto. Lo aplasté entre mis dedos pero no supe si había más. Limpié la zona, la di de desinfectante. No encontré ninguno más. Pero él seguía en mi mente, como el presidente. No calla esta voz que va diciendo: el presidente, el presidente. Y así todos los días, se le menciona mil veces. Como la palabra puta dos piedras decían cuando pasaba la Celestina. Así con el presidente, ese apellido constante, esa hez dicha a todas horas del día. Era como ese bichito diminuto que no se sabe de dónde salía. Era Sánchez y Sánchez y Sánchez. Hijo de Sancho. Qué pesadez.

jueves, 30 de octubre de 2025

 Cada vez que veo a un anciano en una silla de ruedas, se me cae el alma a los pies pensando cómo se las apañará el cuidador y el anciano mismo para hacer cosas que los demás consideramos normales. Y pienso que esa persona estaría mejor en una residencia, cuando veo a un anciano de estos muy demacrado y postrado. Parece que la vida que llevan es totalmente dependiente de su cuidador y eso me da pena, me pone hasta nervioso cuando veo a una persona en estas condiciones. Algo se activa en mí al contemplar a un individuo de estas características que me pone tenso, alarmado e imaginando un circo cuando vayan al servicio o se levanten de la cama.

 Poco ofrece la calle últimamente. En mi barrio hay una plaza, la plaza de Pizarro, que se llena de gente de mal vivir. Se drogan, piden cigarrillos a los transeúntes, son ocupas. En verano amanecen algunos tumbados en un banco. El invierno los dispersa, nadie les ofrece trabajo. Ni ellos pueden trabajar en nada en esas condiciones. A veces, viene la policía y detiene a alguno de ellos. Yo he presenciado una detención. Deambulan por calles adyacentes dando voces y peleándose entre ellos. Se insultan, crispan los nervios de la gente que pasa por allí cuando lían bronca. Pero somos más los que queremos tranquilidad. Debería haber una campaña que los rehabilite para la sociedad, no sé si lo deberían hacer agentes sociales o quien sea, pero me gustaría que la administración les diera una oportunidad. Aunque hicieran solamente bolígrafos, estarían mejor que en la calle, malviviendo.

 Cuando un escritor o periodista no sabe de qué escribir, un ente imaginario le dice al oído: escribe, escribe de lo que sea. Escribiré sobre un libro llamado "La regenta", de Clarín, un escritor decimonónico. En este libro es muy importante la catedral de la ciudad sobre la que escribe. En la catedral, hay una serie de personajes eclesiásticos a cada cual más ruin. Pero es que la sociedad de esa ciudad también es mezquina, de difícil trato, cínica. No se salva nadie. La regenta está en un mundo lejano a esa facilidad de ensoñación que tiene ella. Ella sueña con paraísos y Vetusta, la ciudad, le ofrece guiñapos humanos. Y acaba mal la cosa para la regenta, pues su marido muere en un duelo. Y se queda sola y vilipendiada en esa ciudad, esa ciudad en la que un galán y un hombre de iglesia se la han disputado.

 Ayer estuve oyendo a un señor en Youtube que habla de libros. Y tiene una oratoria mayúscula, da gusto oírle hablar. Ayer habló de escritores que, una vez escrita su obra maestra, se retiran al anonimato. Habló de Harper Lee, autora de "Matar a un ruiseñor", de Salinger y su "El guardián entre el centeno". Habló de Poe y la creación de la novela de terror. Habló de Bukowski y su novela "Cartero". Fue muy ameno oír cosas de autores y sus escritos, la forma que tienen algunos de huir de la fama porque no son sociables o porque ese mundo de conferencias, presentaciones de libros, etcétera, no les va. O simplemente, porque prefieren el vino de las tabernas al mundo literario. El caso de Sylvia Plath es un caso extremo de huida de la realidad. Me gustó mucho oír  a este tipo en su sección "Semillas de papel".

miércoles, 29 de octubre de 2025

 Todo el año molan las playas. El mar parece hacerse amigo de los humanos y tiende su mano de arena. El color del cielo hoy es gris. Los políticos hablan engoladamente, con hipocresía de años. Son astutos, siempre pensando en qué puede hacer daño al contrario. La política es una guerra de palabras. Pero digo que las playas molan, son un primor las playas de toda la costa española. Un taxi a Torremolinos no sé lo que costará. Tengo un libro a mi lado que reza: "The cartoonist". Y va de un dibujante de superhéroes que no se entiende con su hijo. Llueve fino, llueve tranquilo. Llueve en las playas.

 Siento que se me olvida cocinar. No sé ni de sartenes ni de ollas. La caldereta de ternera solo está en mi imaginación. Ayer fuimos a un centro comercial. Me gustó ver una trenza muy bonita que llevaba una chica en el autobús. No me gustó la comida. Tuve ardores de estómago por la tarde. Son las 12 del mediodía en el reloj. Una hora mágica pues el sol sube todo lo alto que puede, hasta llegar a unas regiones no imaginadas. Me he planteado escribir toda la mañana y también estar toda la tarde en casa. La luz natural es pobre hoy, parece que pide rayos de sol que nadie le da. El libro está en reposo pero pronto contará líneas de maravilla, invenciones originales.

Me siento flojo, me siento gordo, me siento triste. Llueve. Pero la lluvia no me hace sentir flojo, gordo ni triste. Las cavidades de la ciudad que ocupan cuerpos humanos gimen. Andan con paraguas los transeúntes. Son pequeños milagros que Dios hizo cuando estuvo un tanto despistado. Ahora, esos ciudadanos tienen que vivir o sobrevivir. El infierno, dicen, está aquí abajo. Se inicia una cuenta atrás para que lleguen esas fechas, esas increíbles fechas. Se unirá la compra con las ganas de querer. Daremos muchos besos como esas fechas, también increíbles besos en las mejillas. Dios se hizo carne, es lo que no hay que olvidar.

 Un libro. Unas ganas de saber una historia. Unas horas echadas en el sofá. La luz eléctrica gana a la natural. Salgo un tiempo a la calle. Es un tanto informe el paisaje humano que veo. No avanzo las líneas de ataque. Me quedo mirando las batallas de otros. Cruza por mi mirada un tren interminable (Sabina). Las frases se encajan en un pensamiento oscuro y torcido. Lo mismo de hoy avanza como avanzó ayer, pero con más pena. Al doblar la esquina, has de ver esa calle que no olvidarás nunca, que siempre te perseguirá en tus recuerdos cuando seas viejo. Lamento estos minutos de indecisión ante la máquina. Hay muchas horas que tengo que matar puerta adentro.


 Está el día como tristón, acaban de dar las once. No hay mucho que decir hoy más que la mañana avanza, menos mal. Los días estos se diluyen como un trozo de carne en coca cola. Llegarán otros días de mucho frenesí, de muchas familias juntas. Los corazones ya empiezan a latir fuerte pensando en esas icónicas fechas. Los almacenes guardan regalos para esos días de emulsión de la felicidad. Lo material se funde con lo amoroso. Las luces nos inundan felizmente, arduamente, impetuosamente. Yo no hago más que leer sentado en el sillón esos días de sentidos superfluos. Noto que la gente está harta de solemnidades.

Descansa la sien en el cristal. Está todo nublado. No tiene uno ganas de escribir. Lucha la nube contra el cielo. Lucha la gente contra el día. Los efímeros relojes dan una hora equivocada. Se plantea el corazón si seguir latiendo. Campos y campos de tierra mojada se sitúan ante el mediodía con la fuerza de colosos de barro expuestos a la semilla. Semilla de papel que me agrada. Vamos ganando terreno al tedio. Continúan las voces que dijeron un día: nos ahogamos. Dormiremos hoy como invocación al dios de los cansados. Octubre, octubre: fechas revolucionarias. Hay que saber para no mentir. Las montañas deshechas por la niebla acucian al madrugador. Hoy es miércoles, un miércoles absurdo, destemplado y sin mucha ventura.

martes, 28 de octubre de 2025

 Una vez fui a la casa de una amiga de la facultad. Era una casa pequeña. Su habitación, por tanto, era pequeña. A mí me gustó comprobar que se puede vivir independiente por un módico alquiler. Y esta amiga decía: no quiero nada que ocupe espacio. Y luego decía: casi todo ocupa espacio. Tenía una mínima hilera de libros y no quería aumentarla. Tomamos café y nos fuimos a dar un paseo. No recuerdo qué hablamos, pero recuerdo a aquella chica con cariño por dejarme entrar en su casa. La cosa de la vivienda no estaba tan tirante como hoy en día. Seguro que esa chica fue a engrosar la cuenta de profesores de secundaria, como hice yo.

 En la Biblia, que yo leo por párrafos y al azar, hay muchas batallas de los israelitas contra otros pueblos. Hay mucha violencia. Pero solo en el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento lo conforman los Evangelios, los hechos de los apóstoles y las cartas de Pablo de Tarso. Yo lo voy leyendo. Si no me gusta lo que leo, lo dejo y paso a otras páginas. Pero siempre encuentro algo interesante. Como yo iba a misa antes, me sé mucho de los Evangelios, de las cosas que le pasaron a Cristo y lo que dijo Cristo a los que le seguían. Es como si en cada paso te dieran una lección. Una lección más bien de humildad, ya que somos perecederos como los yogures. Y lo poco que vas a estar en la Tierra, más vale que lo trasciendas un poco y no hagas la Pascua a los demás. Porque es verdad, esta vida son cuatro ratos y tres, malos.

 Este hombre que describo proclama unas afirmaciones rotundas, sentenciosas, categóricas. Para él, en lo que no cree, no existe. Es muy cerrado de mente. Solo acepta unas ideas, las suyas y las de los que le dan de comer. Le gusta la eutanasia, el aborto y la sencillez, pero para los demás. Se cree portavoz de algo, de algo que no es universal, como él cree. Se cree este menda que todo el mundo piensa como él porque se ha endiosado, ha llegado a una cima desde la que se permite dar carnés de bien pensantes. La verdad es que da mucha pena porque ni tiene estudios, ni sabe de nada en concreto. Solo que los suyos le han puesto ahí, en una posición cumbre. Pero lo que opina y sobre lo que pontifica no tiene ningún valor. Debe de ser muy rico pero no en pensamiento sino solo en dinero.

 Si este presente no me gusta, puedo imaginarme mi futuro o retraerme a mi pasado. El recuerdo va llamándome a la puerta y el futuro es la calle principal. Cada uno es responsable del futuro que le aguarda y también sabe mucho de los días del ayer. Con el recuerdo se fabrica el dulce sabor de la memoria. El pueblo, las playas, los viajes antiguos y poderosos. Todo está en la mente, todo rememorar, todo tiempo por venir, todo el presente. Como te lo tomes, así de dulces son los minutos que pasan. Lo escribo, lo construyo, lo remiro, lo acepto. Eso es lo que queda en el hoy más preciado.

 El periódico "El País" y la cadena ser mienten mucho. Llevo leyendo ese periódico mucho tiempo y también oigo esa emisora de radio. Y mienten. Mienten mucho o mienten selectivamente cuando les interesa. El público del estadio de Valencia, Mestalla, no llamó "mono" a Vinicius, sino que le llamó "tonto". Una de las mentiras que propagó esa emisora no sé con qué fines. Bueno, sí lo sé. Para agitar una polémica racista que no existió. A estos dos entes, les interesa la polémica, la tensión. Pasó con los ancianos que murieron en el covid. Fue toda una campaña basada en hechos falsos. Estos dos entes que hablan de los bulos, son los que fabrican bulos según les convenga. Otro detalle: a Hamas, grupo terrorista, el País los llama milicias. No me gusta el blanqueo de realidades asquerosas ni el invento de unas muertes con responsabilidades políticas según convenga. Claro, todo es una cadena: ser, País, psoe.

Los que critican lo que desean para sí, son muy peligrosos, porque viven en una mentira constante. Y la mentira conduce a no entender y al engaño continuo. Estos que dicen: no comas cigalas porque es de ricos. Y luego ellos se atiborran, precisamente, de cigalas. También dicen: no hay que aburguesarse, hay que dejarse la piel en la lucha. Y son los primeros burgueses, burgueses a tope, y de la lucha no saben nada. Todos estos han vivido entre algodones y luego, se han metido a la política y han destrozado las buenas costumbres de la política, que las había, y han hecho un daño irreversible a la convivencia entre los españoles. Esta gente más vale que se vaya lejos, que nadie los vote y que se los olvide para siempre pues han traído mentiras, engaños y una hipocresía muy fina y muy lamentable a España. Les queda poco en el convento me parece a mí.

lunes, 27 de octubre de 2025

 Hay como 50 trucos para que no le salgan brotes a las patatas, pero no sé ninguno de ellos. Las carreras de motos son muy populares, todo el mundo sabe el nombre de los pilotos, pero yo no los sé. En el fútbol hay muchos penaltis pero no me entero de ellos ni de los que los cometen. Asaltos a farmacia parece que no hay. Tengo que cocinar, eso sí lo sé. Unas patatas con costillas son muy buenas, alimentan y reconfortan el estómago, eso sí que lo sé. Los libros me aguardan con sus entretenidas páginas. He leído de un hombre que va a una pensión, escribe la primera frase de su novela (siempre la misma) y luego va a dar un paseo por al lado del mar. Tus ojos me recuerdan las noches de verano, los trigos requemados, un suspiro de fuego de los granados campos (Machado).

 Como una rotonda que hay que esquivar, como un stop en el que hay que parar, yo ya voy derecho hacia mi soledad. Aunque soy social y me gusta la gente, la gente que veo no me es suficiente. No aprueba ni uno de todos mis amigos. Con mis pensamientos yo ando conmigo. He sido de valía en algunos momentos, seguiré siendo válido y todos contentos. No me gustan aquellos que no valoran la amistad, así que los dejo por mi soledad. Que tengo que pasear solo, mejor hacerlo así que con un tonto el bolo. Ya no voy a mi pueblo, me quedo en la ciudad, en todos los sitios habrá siempre soledad. La soledad es querida cuando lo que hay alrededor son sombras y más sombras que no entiendo yo.

 Cuando sz dijo lo de la fachosfera, se equivocó. Porque dio a entender que él solo gobernaba para los suyos, para los que le habían votado. La fachosfera eran el pp y vox. Los que no le habían votado. Y creó una división. sz es muy bueno creando división, crispación e insultando. Le gusta mucho insultar y decir en los mítines eso de "no como otros". Siempre, en sus mítines, hace alusiones veladas y no tan veladas, a los fachas. sz vive en un mundo de rojos y fachas. Mundo que debería abolirse de una vez. Pero no. A sz, como a zp, les gusta la tensión, el enfrentamiento. Pero en el psoe hay mucha corrupción. Hay gente que iba a los mítines de sz y ya no va. A lo mejor, esos que ya no van, ya no le votarán más.

 Creciendo al 3 por ciento, nadie se puede quejar. Las tropelías y los abusos de gasto se han de perdonar. Son solo tres compañeros que se lo pasaban muy bien. No les jodamos la fiesta, vaya todo a todo tren. Dicen de Venezuela, dicen de Delcigate, dicen de unos dineros, dicen de corrupción. El presidente no dice, pues que siga todo igual. Hay que poner mucho impuesto para poder recaudar y así veremos a la gente que casi se va a ahogar. Se han gastado de lo público pero lo público no es de nadie. ¿Quién se atreve a criticar? Los políticos hacen sus leyes, las mandan para cumplirse. Y si no las cumplen ellos, ¿qué más da?

 Dicen que era un hombre que perdió toda la esencia de su juventud demasiado pronto. Este hombre tenía 65 años y envejeció del todo a los 66. Ya no reía nunca, la vejez se le echó encima borrando de su cara la más mínima expresión de felicidad. No le gustaba el mundo en el que vivía. No le gustaban las gentes que le rodeaban. Odiaba la política, los toros, el fútbol y cualquier manifestación de fiesta que hacían los hombres de su alrededor. Este hombre tenía la costumbre de, una vez desayunado, hacer unos 20 kilómetros en línea recta hasta un claro de un bosque. Y allí se sentaba junto a una gran encina y se ponía a hablar con ella. Era su única amiga. La hablaba y se consolaba con ella de los desaires que le habían hecho los años en su espíritu. A eso de la una, hacía el camino contrario y comía a las 4, muy tarde. Los acontecimientos no le gustaban. No le gustaba ni él mismo. A eso de las 6, se acostaba con un sueño dulce. Dormir sí le gustaba. Dormir sí le gustaba.

 Hoy dice el periódico que a tauro y a leo les toca la lucha y el sinsabor de la vida. Hoy dice el periódico que las lunas de este mes estarán manchadas de la mugre y la contaminación de los hombres. Hoy dice el periódico que ayer un esquizofrénico tuvo que echar mano de 5 somníferos para poder dormir. El sujeto tenía una obsesión sobre las lechuzas y sobre los buitres. No pudo dormirse hasta las 4 de la mañana. Pero el periódico no hablaba de los casos más graves de adoctrinamiento de la gente. La gente no cuenta para ese periódico. Solo salen los mismos de siempre en ese periódico. Ese periódico no cuenta más que chascarrillos inofensivos para el poder. No me gusta ese periódico. No me gusta este lunes. No me gusto ni yo mismo. Mueran los tiranos. Mueran los periódicos sumisos. Muera el ayer para que pueda ser hoy.

Son las 9:35. Tengo que estar aquí hasta las 13 horas. Me tomaré algún descanso pero este es el horario que me he marcado. Hoy tengo que hacer empanadillas. Tienen su dificultad, tienen su algoritmo, como dicen ahora. Primero, se pone la sartén mediana, no la grande, en el fogón de la vitrocerámica. Luego, se hace la mezcla en una cazuela del bonito en lata con el tomate frito de tetrabrik y también se coloca en un fogón de la vitro. El espacio que queda, se va llenando extendiendo las obleas que son circulares. Me parece que son doce obleas. Con la mezcla atún-tomate se van rellenando las obleas hasta que no sobre nada de la misma. Luego, se van doblando las obleas hasta hacer un semicírculo, una luna alimenticia. Con un tenedor, se sellan las obleas por sus bordes y ya están listas para echarlas a la sartén, en la que debe el aceite estar muy muy caliente. El paso de obleas a empanadillas se da cuando las obleas están fritas. No puede pasar que la oblea se vaya al fondo de la sartén. Este caso estropea toda la receta. La oblea debe quedarse bailando en el aceite y dorarse. Una vez frita por un lado, hay que darle la vuelta y se fríe ya del todo y se saca la empanadilla como tal.

domingo, 26 de octubre de 2025

 Me acuerdo mucho de la película "Aterriza como puedas". En esta película, todo es rápido y desternillante, todo pasa a manera de chufla y si hay un actor que da risa, hay otro con el que te meas también. Todo es de puro cachondeo. Todo lo que pasa en el avión es un disparate, todo hace reír. La vida tendría que ser así, pero ya se encargan periodistas y políticos de que la vida no sea así. Que si este ha dicho. ¿Y a mí qué me importa lo que ha dicho este cantamañanas? Y que si este ha hecho. Y que si las leyes tal y las leyes cuál, que las hacen nada más que para enredar y por sus intereses políticos. La verdad. El mundo es muchísimo más aburrido por los políticos, las leyes de los políticos y los comentarios de los periodistas políticos y la puta mierda de la televisión.

 Tengo que escribir hasta las 12:00. No sé si esta imposición redundará en la calidad de mis textos, pero así ha de ser y sigo escribiendo. Un día en el que nos pongamos todos de acuerdo, iremos al congreso y les diremos a los políticos: está visto que sobráis. Apearos del burro y a casa. Y viviremos todos mucho mejor. Se acabaría eso de: este ha dicho que aquel ha dicho. Y eso de: esto es inaceptable, cuando este que lo dice ha hecho lo mismo o peor. Pronto, los telediarios dirían las cosas claras para que las entendiéramos, no pasadas por el tamiz de los políticos. Los políticos todo lo dan mil vueltas, se tapan las miserias, hinchan el pecho por cosas que ha hecho el pueblo, no ellos. Son cobardes, tristes, amargados, soberbios y estúpidos a la postre. La verdadera revolución es quitarse a los políticos de encima.

 No me gusta estar solo, soy un ser social. Pero todo falla en este mundo. Falla la gente, falla el que está enfrente de ti pringando un churro en el café. Y te condenan a la soledad los estúpidos. Porque no se puede estar mucho tiempo junto a un imbécil. Los tratados de sociología universales dicen que el número de tontos en el mundo se podría asimilar a un plaga bíblica. Así que tendré que doblar mi soledad, como si de una manta se tratara, y salir al camino, yo ya solo y entendido, a ver qué gente anda por él y entretenerme ágilmente, en los dominios de la soledad. No queda otra, pues soledad amena es mejor que compañía tarada.

Hoy vamos a comprobar cómo, a las 6, ya es de noche. Menuda gilipollez. Esto de la hora es como un castigo de los burócratas europeos. Como si la gente quisiera oscuridad en sus vidas. Pero bueno. Esto es como las consignas del gobierno. Que el psoe está limpio, que el psoe no es corrupto. Y no hace falta que lo repitan mucho, como decían de las mentiras que de tanto repetirlas, se convertían en realidad. Tienen la suerte nuestros gobernantes de izquierdas de que, solamente decirlo una vez y ya vale. Los votantes del psoe están subyugados desde el primer momento a este gobierno, a este líder de los bulos que anda diciendo mentiras por doquier. ¿No hubo Bárcenas? ¿Por qué no hay Ábalos?

 Hoy es un día para aburrirse uno mucho, pues ni está la muchacha ni está el bollo listo. Corazones atrapados en la sinrazón de la soledad, se escapa el amigo, se escapa la felicidad. Cuando una persona es imbécil, ya es imbécil para todo. No se refrena, no sujeta a esa estupidez en la que ha nacido. Me da igual que su infancia fue un infierno. Hace ya mucho tiempo que pasó su infancia. El cambio de la hora les pilla a algunos sumidos en su gilipollez. O no los pilla de ninguna manera y no cambian la hora. La gente, por tendencia natural, suele ser más estúpida que inteligente. Stultium numerus infinitus est.

 Hay que tener cuidado con lo que se dice en esta España de borregos porque, si te atreves a disentir de las consignas del gobierno, te miran mal. Si el gobierno dice que los impuestos están bien (incluido el de basuras y el de los autónomos), todos estos borregos dirán que los impuestos están bien, aunque haya un claro abuso de los mismos. Se ha visto con la ministra que ha tenido que recular porque los socios no aceptaban este nuevo impuesto a los autónomos. Aún así, los borregos decían que están bien los impuestos porque si no, ¿de dónde se saca el dinero para sanidad y educación? No ha habido otro gobierno que haya puesto más impuestos que este, de modo que la recaudación ha sido récor. Y si el gobierno dice que hay que hacer el pino nada más levantarse, pues así dirían los borregos del país.

 La gente está loca con esto de la jubilación. En el periódico, cada tres días, hay una noticia sobre el tema. Unos dicen que ya no habrá dinero por la pirámide poblacional negativa. Otros dicen que la generación boomer hará que el sistema colapse. Luego yo leo que hay 200.000 jubilados cotizando. Este país es incomprensible porque no se ajusta a normas simples, somos los españoles muy imaginativos. Sí que creo que haya jubilados cotizando pues la edad de los 65 o 67, hoy en día, es una edad joven para dejar de trabajar. Así que habrá gente que cobre pensión y trabaje. Por otro lado, están los inmigrantes, que ocupan muchos puestos de trabajo. Y el mito ese de que habrá un cotizante por pensionista habría que verlo. Lo que debe hacerse es dar oportunidades buenas a los jóvenes, que son el corazón de la sociedad. Lo que es inaceptable es que un joven se prepare en España para trabajar en el extranjero. Eso sí que es un crimen económico y social. De todos modos, los periódicos, erre que erre con las pensiones. Y no lo explican fácil, sino con tecnicismos que no hacen inteligible la noticia.

sábado, 25 de octubre de 2025

 Esto de los comics tiene algo que entender. Se crean comics protagonizados por superhéroes que salvan a la Humanidad. Se crean comics para hablar de padres e hijos, de relaciones difíciles entre padres e hijos. Los comics son como novelas dialogadas con el rostro de los personajes bien definidos. En las novelas, nosotros debemos imaginarnos el rostro de los protagonistas y secundarios. Yo tengo un cómic que se llama "The cartoonist". En él, sale un padre que echa horas y horas dibujando descuidando el trato con su hijo. Luego, el hijo sale contestatario y agrio de carácter. Hasta que entiende lo que su padre hizo por él. No es fácil llegar a la cima y mantenerse. Aunque diga Séneca que la manutención de uno no es algo difícil, es difícil seguir un camino que no sea vagabundear, andar errante, dormir entre la paja y comer bocadillos en un pueblo lejano de donde naciste.

 Mirar atrás no trae más que un sinsabor. No se repetirán las risas ni  las rosas y ni el agua que bebimos con verdadero placer. Todo permanece o todo pasa, según veamos. A mí me quedan estas ganas de escribir sobre lo obvio quizás, pero escribo y me consuelo. Los años pasados fueron un devenir de horas inmensas, muy intensas en lo personal y social mío. Con todo un pueblo amigo del que disfrutar. Fiestas, jolgorios, madrugadas largas y amenas. Estudios, muchos, muchos exámenes. Alguna sinrazón que a mi razón entorpeció. Luego, muchos chavales en tropel y una pizarra enfrente de ellos y de mí. Toda una vida resuelta en horas de interés. Como dice mi hermano Paco: con lo que he vivido, ya puedo morirme.

 Job, aunque haya perdido todos sus bienes y su mujer y sus hijos y le haya tocado la lepra para su cuerpo, no deja de rezar a Dios. Lamenta la hora de haber nacido, pero no se cabrea con Dios. Vienen amigos a consolarle y nunca reniega de la divinidad. Se queja, se queja como cualquier mortal al que le haya tocado sufrir males, pero no deja de querer seguir viviendo para Dios. En esta vida no sabemos qué bombón nos va a tocar, como decía Forrest Gump. Pero hay que seguir siendo agradecido con la vida que nos dio Dios y ver qué cosa es buena en nosotros mismos para seguir viviendo. Todos tenemos un destino en nuestras vidas. Uno vive para otros algunas veces y sin una gota de agua que somos, el mar no sería el mar. Dios nos hace y nos da en vida males o bonanzas. Pero hay que mirar a Dios siempre.

 Oí una conversación de dos jóvenes. Es vergonzoso, decía la chica. Yo me moría de vergüenza. Y dijo el chico: es que fulano se ha hecho vagabundo. No sé qué tenía que ver la vergüenza que pasó la chica con esto de ser vagabundo pero fue así la conversación. Para hacerse uno vagabundo no hay más que echarse una mochila a las espaldas y colarse en el primer tren que salga de la estación hacia un lejano pueblo donde a uno no le conocen de nada. Si puede uno trabajar en algo, pues bien. Si no, pedir en algún sitio un bocadillo y seguir ruta en otro tren hasta que llegue uno hasta la costa de la muerte o similar a base de bocadillos o alguna comida caliente de vez en cuando. Y no desistir nunca de alejarse uno de donde se ha criado. Ahí está el truco de ser vagabundo: extraer como si algo malo fuera toda la raíz que uno tenía en el mundo. Y los vagabundos son queridos del dios del olvido y de la lejanía.

 ¿Qué pasa si uno se toma un café con churros con una amiga y cuando uno va a pagar entra en la churrería y cuando sale, esa amiga se ha largado? Es una pena de ver cómo están las cabezas últimamente. No se respeta la amistad, no se respetan los buenos modos, la educación ni se respetan las costumbres milenarias. La gente anda ya por la vida como pollo sin cabeza, como si fuéramos monos que no saben lo que hacen ni tienen modales a los que obedecer. Duele ver cómo no se respeta ni al de al lado ni al amigo, ni a los mayores ni a los necesitados. Es una pena comprobar que nadie ya vale un céntimo, nadie es de fiar, todo el mundo puede defraudarte. La vida que llevamos llevará a un gran fracaso colectivo amparado por musiquillas y pantallas igual de estúpidas que el que las mira.

viernes, 24 de octubre de 2025

 Dice un afamado novelista que, cuando España va mal, es cuando sale a relucir lo mejor de los españoles. Yo digo: los españoles somos gilipollas, ya que, cuando España va bien, nos dedicamos a insultarnos y a ver en el otro un enemigo. Y no lo digo por los tertulianos. Lo digo por la mala baba que hay entre la gente, a la que le da por mentar todos los males de quien tiene delante. Si es por los impuestos o porque uno es autónomo o porque uno tiene dinero ahorrado o porque uno come o no come y no se gasta el dinero. Parece ser que todo lo que se habla en la calle es para poner al otro en el disparadero de críticas porque no es de esto, no es de los míos. Vamos mal así y no se ha de esperar a que España vaya mal para sacar lo mejor de nosotros. Más vale que nos entendamos de una puta vez y no creemos barreras por la estupidez esa de la política. Nos tienen atormentados con eso de fulano ha dicho de fulana y esas imbecilidades. Somos los más tontos de todos los países del mundo. Nos enzarzamos a insultos mientras podríamos vivir bien con acuerdos.

 Tirando de un grande sarcasmo, Churchill dijo que España es la nación más poderosa del mundo ya que han intentado destruirla muchas veces y se ha recompuesto. A mí no me gusta que se haga de la política un juego de a ver quién dice la cosa más ingeniosa y punzante sobre el contrario. A mí me gustaría que mi presidente gobernara para todos los ciudadanos, que para eso está, y no saliera con eso de la fachosfera, denigrando a parte de los ciudadanos a los que gobierna. Si le abuchean, se tiene que aguantar, por otros que le aplauden, pero un presidente como Dios manda no pone muros entre la gente a la que gobierna. A mí este presidente me parece un pijo, un niño mimado al que le ha dado por la política y que era corrupto desde el minuto uno de gobierno. No merece estar en la Moncloa, no por ideología ni izquierdas ni derechas sino por dignidad.

 Cuando Inglaterra llevaba más o menos 100 años industrializada, atada al progreso que significaba la revolución industrial, España era un país agrario con abusos de poder por todas partes. Aquí prendió la mecha del anarquismo con mucha fuerza (un texto de Bakunin y una pistola no podía fallar en el equipamiento). La semana tragica de Barcelona fue un aviso de los altercados que vendrían después. Tiros por Madrid todos los días, esto parecía el Far west. Un Far west muy político, muy enfrentado en los más de 30 partidos políticos que había en la época. Se veía que tenía aquello mala solución pues todos estaban descontentos, estaban polarizados, estaban inyectados todos en odio al contrario, un odio que rebasará el vaso, como anunció Machado, y que dio, como todos saben, en la debacle.

 El tan manoseado concepto del paso del tiempo en literatura, ya cansa. Pero es que al ser humano, lo que le duele de verdad no es la rodilla o el riñón, sino los minutos que le marcan las canas en la cabeza. Y son muchos minutos al cabo del año y, al cabo del año, el ser humano llora por dentro. Parece que el pasar las horas no es motivo de llanto. Uno no llora por ser un poco más viejo porque está vivo. Pero hay un llanto interior y fuerte cada vez que nos sentimos mayores. Y esa es la dolencia personal y más fuerte que el hombre y la mujer pasan, cuando miran atrás en el tiempo y ayer estábamos en la playa. Y ayer mismo, sintiéndolo mucho, era como hoy.

jueves, 23 de octubre de 2025

 Hay personas que piensan que todos deberíamos ser de izquierdas y otras personas, al contrario. Si no hubiese no, no existiría el sí. En política, mejor ser de centro. Una idea que está desterrada en este mundo de radicales. El centro aglutinaría a aquellos que ni son de derechas ni de izquierdas. El centro tomaría medidas sociales justas, salarios justos, precios justos. Pero el centro quizás tampoco dejaría de colocar a los ministros salientes en empresas del Estado. Y ahí le veo yo el fallo. Porque la clase política quiere vivir bien siempre, no solo cuando está en el poder. El centro quizás nos quitaba de ideas estrambóticas y de algún exceso de poder. Pero no. Los políticos son todos unos jetas asquerosos, sean de lo que sean.

 Vi y oí a Ricky Martin en una gala de nochevieja decir: paz mental, paz mental. Eran los tiempos de la crisis. De la crisis del 2008. Necesitamos constantemente esa paz mental para asimilar todo lo que ha venido después. No es un consejo malo el de que nuestra mente no bulla como una olla de garbanzos. Si mantenemos la cabeza fría alguna solución llega a nosotros. Hay épocas de transición que a algunos les cuesta pasar, haya crisis o no. Parece que en España se crece casi al 3 por ciento. Es buen dato macroeconómico pero todo está más caro y se cierran tiendas todos los días. La política de los impuestos tiene un límite. Hemos visto un ejemplo con la ministra del ramo desdiciéndose. No es magia.

 Mientras dormimos viene a nuestra mente una oleada de creatividad en los sueños. Aparecen personas que hace mucho tiempo que no las ves o situaciones extrañas de las que no sabes cómo salir. Luego, te preguntas por qué has soñado ese sueño. La vida puede parecerse a un sueño si esta vida es bonita de vivir o a una pesadilla si es al contrario. Son obviedades que digo porque todo esto ya se sabe. Lo más duro de llevar es si ese sueño se repite todas las noches. A lo mejor nos está avisando de algo. Yo no he vivido esa circunstancia pero mi hermano, cuando salió de su ingreso, tenía pesadillas todas las noches. Rezo a Dios para que mi hermano no ingrese más.

 Las costumbres buenas que se dejan luego duelen. Yo acostumbraba a leer el diario todos los días. No sé si es costumbre buena pero mataba parte de la mañana. Ahora me doy a estos blogs. Quizás es una costumbre contra otra. Estos días de lluvia no he ido a pasear. Las nubes negras traían como un presagio de cosas malas. Hay muchas cosas malas en el mundo. Hay guerra en Europa. Un dictador no quiere parar la guerra. El olvido de Dios es grande. Se olvida de los seres humanos. Es un dolor ver la televisión. En España, hay corrupción. Menudo blog me ha salido. Sin imaginación. Sin una triste metáfora. Pero digo lo que siento. La vida da pena. Quisiera yo que las circunstancias fueran otras.

miércoles, 22 de octubre de 2025

 No quiero ni pensar el día en que mi hermano Paco no quiera coger el coche e ir a dar una vuelta, que se niegue a conducir. Iremos, a partir de ese día, en transporte público. Y ya no sé si iremos muy lejos. En esta vida está claro que hay que poner en un papel las renuncias a las que tenemos que renunciar (valga la redundancia). E ir diciendo que no a muchas cosas que creíamos estables, que creíamos que nunca se iban a acabar. Pero todo acaba. A lo mejor iremos a una playa de esas comunales, a un charco de pobres, como dice un conocido. E iremos en autobús o tren. A una hora avanzada, a eso de las 3 de la tarde.

El amigo decidió que ya no quedaba más con el aprendiz de escritor. Y ya no hubo más comidas mensuales al mediodía. El amigo, conocido en la carrera de Filología, trabajaba en un edificio lleno todo de abogados en Príncipe de Vergara. Trabajaba mucho, esa era su pasión. Y también estudiaba el lenguaje español portugués de una zona de Cáceres. Lo que hacían, una vez al mes, como ya digo, es comer en una casa de comidas cercana al trabajo del amigo. Pero un día no sé qué le dijo el amigo por teléfono, algo sobre el teletrabajo, algo sobre que no tenía tiempo, algo que le hizo decir al aprendiz de escritor: bueno, pues que te vaya bien. Y ya no hubo contacto ni telefónico ni mensual. Y ya el amigo dejó de serlo por lo menos en presencia.

 Aunque sea telefónicamente, uno que te apoya es uno que te apoya y no deberías olvidarte de él. La vida es larga o corta pero hay que tener aliados más allá de la taberna. Los días pasan, el recuerdo no debe pasar. La gente que llama y que se preocupa llega al corazón. Los hospitales son edificios grandísimos con muchas penas dentro. La pena atendida es menos pena. Hay gente que no se da por aludida cuando alguien sufre, solo te esperan al pie de la taberna para beber y fumar. Hay quien se asoma a tu número y lo marca a ver qué tal estás. Hay otra gente que no sabe ya tu número, tu pena, tu desolación.

 Los cheyenes decían, antes de ir a la batalla: hoy es un buen día para morir. La vida es una batalla que últimamente se ha reducido a una batallita para luego poderla contar. Los jóvenes miran la ginebra del vaso y se marean porque su futuro es incierto. Cuando yo hacía la carrera, el futuro era incierto también. Había quién decía, en quinto curso, ya acabándola, que trabajaría de cajera, que a ella no le asustaba el trabajo. No he oído una declaración de realidad más fuerte en mi vida. La gente se movía en aquellos tiempos por aspiraciones pequeñas, por un dinerito pobre y que había que pelear. Ahora vuelven a cocer habas. Pero los jóvenes se adaptan a lo que sea, a lo que venga. La sociedad debería cuidar a su juventud, no debería driblarle el futuro pero así es.

 Es eventual pero le da igual, al que le dan no pide, aguanta el tipo, son 65. Te invita al cine, si le das de lao ya te la has buscao. El trabajo cura muchas enfermedades porque mientras estás trabajando, no estás al vinillo ni al cubata. La cultura del trabajo no se instala en España con mucha fuerza. La gente va al trabajo renegando de él. Sueña la gente con las fiestas y los días libres antes de pensar en rendir en su trabajo. El trabajo, en España, es castigo divino o de la empresa para la que trabajas. En España, el trabajo está bien visto y está, a la vez, mal visto. Hay bares en España para dar de beber a toda Europa. Una vez que cierra el bar en un pueblo, el pueblo se va muriendo. Ayer salió en las noticias un banco que trabaja para lo rural, para los agricultores. Me gustó verlo. Las horas echadas en la obra o en el colegio o detrás de la barra tienen su recompensa.

Madrid es como una torre de la farándula y la bohemia. Por Madrid andan de madrugada los poetas, los novelistas y los cierra bares. Uno que trabaja en una academia y tiene 50 años coge de la mano a una chica de unos 24. Y se besan y se quieren aunque el amor es difícil en estos tiempos. Aquellos que emborronaban folios de jóvenes, hoy dan el biberón a sus hijitos pequeños. La rueda debe seguir ampliando población sobre la Tierra. Es el signo de todos los tiempos. Madrid es cuna y sepultura de mucha gente todos los días. Madrid engulle gente y vomita gente cada alborada, cada minuto de su día. El día, en Madrid, es todo sorpresa, es todo andamiaje humano, es todo taberna tras taberna. 


martes, 21 de octubre de 2025

 Son ya la una menos cuarto. Ha pasado la mañana quizás del mejor modo: escribiendo. Temo las horas que vendrán ya sin la novedad del sol que se está haciendo viejo al pasar el meridiano. Las tardes en Madrid son muy entretenidas. Los estudiantes, en su piso compartido, tratan de estudiar y, si no pueden por algún ruido molesto que haya, salen y se dan un paseo por las calles antiguas, fijándose mucho en los balcones y aderezos arquitectónicos de las fachadas. Compran un bollo en la tienda china. Toman un café en una terraza. Y vuelven a ver si el ruido se ha acabado, quizás era una reforma de algún piso de al lado y habrá que acostumbrarse a los ruidos y estudiar para ser, qué se yo, ingeniero, doctor en psicología, filósofo o matemático. Pero ser algo por medio del estudio.

 Matinal mujer que va cumpliendo años, que hace de su vida un pequeño misterio. Semejante que anda por la calle y asombra a la vista de otro mortal que mira también su pequeño misterio. Todo ser vivo es una dotación de resortes y miradas y movimientos y caridad humana. Desde la brizna de hierba, que cantó el barbudo, hasta el león magnífico que está en el zoo, pasando por el herrerillo pequeño, todo tiene una vibración celestial. Y el hombre, en medio. El hombre aprende hasta que se muere que la vida es ¿un regalo?, ¿un áspero pasar de días?, ¿un algo que trasciende al mismo ser humano? ¿Qué es la vida? Quizás el frenesí que cantó Calderón hace mucho tiempo.

 Se vuelven complicados algunos escritos que escribo aquí. Pero es que la inspiración no es fácil a veces. Leo algunas frases que luchan, que desean salir del anonimato de los libros cerrados. ¿Quién lee a Gerardo Diego? ¿Quién lee a Cernuda o a Aleixandre? O a Edmundo de Ory o a Claudio Rodríguez? No sé si habrá personas que los leen a menudo, como distracción de las horas o como ese amigo mío de la universidad, que leía poesía antes de irse a dormir. No sé si alguien los lee, a los poetas. La poesía es la ciencia de revolver palabras que digan de la inmensidad del mundo. Estoy muy confuso hoy y eso se nota en estas líneas un tanto oscuras y difíciles. La sencillez de lo expresado viene de un orden mental. La vida no es todo lo que vemos, también es lo que no vemos ni veremos nunca, como el sol salir por el oeste.

Necesito alguna ayuda para crear estas líneas y así, consulto con los poetas de los libros, los famosos poetas de los años 20 y 50. Los poetas dicen versos consumados en páginas publicadas para su lectura. Y así, leo: a nuevo resplandor restituida. O leo también: todo ya cielo, ¡asómate! Y voy inspirándome en palabras que me precedieron muchos años. Dan ganas de gritar, de decir versos que truenan, que relucen como lunas, que agotan el ingenio de los compositores. Pero no. En la esfera en que yo vivo, no suenan estos poemas, no los oigo de voces amigas, no los compongo ni los invento. Son versículos de antaño, difíciles voces ya perdidas.


 Esta semana he decidido no cocinar. El jueves iremos a comer a Madrid en vez de hacer la comida en casa. Hoy se ha levantado el cielo nublado. No se oyen ruidos, los ruidos de la ciudad. Reposo y movimiento en uno es, como dice Cernuda. Los años pasados llegaron al presente como una canción muy gastada, como los paraísos que se venden de saldo en un gran almacén. Sin embargo, los oasis están cerca, los días perdidos claman para que consigamos una fresca fuente de placer. La vida perdura mientras sabemos qué hacer con ella. Desespera la rutina en los cristales. Me asomo a lo mismo una y otra vez. No sé cuándo he perdido la ilusión por la mañana, por la vigilia temblorosa, por la luz empedernida que da fe a los ojos. Quizás debería, como los pájaros, visitar al psiquiatra.

lunes, 20 de octubre de 2025

 Mientras busco en mi memoria la palabra exacta, mi mente se despega de la nocturnidad inconsciente que ha vivido. Y la mente que dirige mis manos al escribir, recupera mi persona para la vigilia, para el día de hoy. Es un recurso bueno este de escribir porque la mente reacciona, busca, piensa razones que expliquen un estado de cosas sobre mi alma y sobre el exterior a mí que me condiciona, que me habilita para vivir el día. Esta mañana me he levantado preocupado por mi pereza y mi pequeña tristeza que me ha acompañado. Pero solo hasta que me he puesto a escribir y diseñar mi pensamiento. Ahora estoy más tranquilo, más conforme con mi ser y quizás se lo debo a haber buscado la palabra exacta. 

 Si me levanto del asiento, ya no haré más que pasear por la casa o leer de algún libro, así que seguiré aquí escribiendo aunque sean disparates sin sentido lo que se me ocurren. Unos dicen que la vida es larga y dura. Otros dicen que la vida es breve y sin sentido. A ver a quién haces caso. La vida está hecha del presente que vivimos. El presente puede ser duro o lento o sin mucho que hacer para llenarlo. Yo, a Dios gracias, tengo algo de pasión por leer y escribir. Últimamente, me viene a la cabeza muy a menudo la idea de que el mundo es caótico, inmenso, incomprensible. El mundo y la vida no sé si es lo mismo. La vida es particular, el mundo son los millones de seres que habitan el planeta. ¿Cabe más confusión que en este mundo en que vivimos, con tanta gente, con dirigentes locos, con disputas que surgen todos los días nuevas? La verdad que algo más complejo que un ser humano no creo que lo haya.

 Calavera, chupador. El rico chupa en su mesa y el pobre en el mostrador. El cóndor sube muy alto, muy alto. El cóndor es un animal extraordinario, grandísimo, vuela por encima de los Andes. Los seres humanos vamos a ras de suelo, no nos elevamos, no actuamos más que ruinmente, desconfiadamente de lo que vemos y tocamos. No nos podemos fiar los seres humanos unos de otros; así el padre de los hijos y los hermanos de los hermanos. Hasta ese punto llega la bellaquería del ser humano. Salimos en tropel del vientre de nuestras madres y ya es todo discusión, empeño vano, obsesión por las cosas y nuestros contemporáneos. La vida nos juzgará pasado el tiempo. Otro perdedor que malinterpretó el mundo que le tocó vivir, dirán los que le conocieron.

 Me está costando escribir estos asuntos de mi voluntad, de los dineros de los demás, de la luna que persigue al cometa. La manera de levantarse uno por la mañana ya define todo el día. Este lunes traerá lo que todos los lunes traen: una hartura de vivir, una galbana triste, un doblegarse de la voluntad para hacer algo que merezca la pena. En mi caso, seguir la historia que estoy creando sin muchas pretensiones. Las historias son buenas por cómo se cuentan, no tanto por lo que pase dentro. A estas alturas de la vida ya hemos oído muchas historias y todas se confunden, todas van al mismo saco de invenciones. Por eso digo que es mejor el estilo, la frase, el párrafo que sostiene la letra. Las novelas turcas o colombianas disputan la tarea de contar historias a las novelas que no se venden. Por eso, mejor cuidar el estilo, no la leyenda.

 El papa está con los pobres. La luna circunvala el cielo alrededor de la Tierra. La niña ya se hizo mujer. El tiempo corre y no se entretiene con nada ni nadie. Hoy es lunes, un día que olvidaremos pronto, casi antes de que haya nacido. En Madrid hay grandes firmas que firman negocios enormes, ajustan dinerales de un plumazo, acumulan capital en un momento. Luego, fuera de Madrid, en los pueblos agrestes de la meseta, sus gentes miran y remiran su guita y no da casi para nada. Es la gran diferencia de lo grande y lo pequeño, de lo abundante y lo precario y triste por escaso. Pero esto ha sido así desde hace mucho tiempo y la gente se acostumbra. Cuando la gente trabaja lo llaman negocio; cuando la gente protesta, lo llaman violencia. Ojalá mi espíritu no se venza tanto que no me deje ser yo en este mundo.

 Compro obleas de hacer empanadillas, se me pasa la fecha y no las hago. Así todo. La pereza va llenando mi cerebro y mi voluntad. No sé qué haré mañana para comer. Me da una sensación de abandono muy grande. Y lo paso mal. Hoy he tenido el sueño ligero. Toca algo ligero porque estoy como ausente, que sea ligerísimo, palabras sin más misterio. ¿Me reharé de mis cenizas? La desilusión y el desaliento tocan a mi puerta. Procuraré que no acaparen mi habitación, el escritorio, mi cocina. Se me tuerce la idea, se me inclina la constancia hasta que cae al suelo. No sé si dejaré que todo se lo trague el fregadero de los días.

domingo, 19 de octubre de 2025

 Cuando se liaba la madeja, siempre había uno que pegaba más voces que los demás para llevar razón. Y se la dábamos por no oírle ya más. Y siempre era el mismo. Y la conversación ya se perdía en la tarde y todos resultábamos como agredidos conversacionalmente por este cantamañanas que llevaba los asuntos como a terreno personal, como si le ofendieran en lo más íntimo lo que se trataba. Y siempre derivaba todo al terreno político. No había manera de decirle a este gallo de pelea que no nos interesaba lo más mínimo su postura política tan exagerada. Hasta que un día, en el ardor de la trifulca, se cayó de la silla. Y nos reímos todos un montón. Porque cuando defendía sus locos argumentos, accionaba con manos y pies. Y se cayó. Y fue un día memorable que le recordábamos todos cuando se encendía: que te vas a caer de la silla.

 Iba andando por la carretera. Era de noche y el alcohol hacía efecto en su caminar. Las estrellas parecían sonar como los grillos sonaban a los lados del camino. Pasaba algún coche de vez en cuando y le pitaban en son festivo. El mar estaba allá adelante al fondo de su caminata. Él quería al mar, quería bañarse desnudo en el mar. Salió de la fiesta abandonando a sus amigos. Intentó recordar algún chiste o algún chisme de los que se contaron, pero no se acordaba de ninguno. Los zapatos le hacían daño al pisar en el arcén, en la gravilla del arcén. Solo le quedaba ya un kilómetro para llegar a la playa. Esperaba que la playa estuviera desierta. Haciendo un esfuerzo más, llegó a la arena, se desnudó, hizo un ovillo con su ropa y se lanzó al mar, al lindo mar fresco y antiguo.

De la última novela que he leído, me ha gustado esa descripción, ese soplo de navidad que llega al departamento de la administración. Todo el mundo está contento, se olvidan las jerarquías, comen turrón y beben champán todos juntos y olvidan su propio ser para incidir felizmente en el otro. No se sabe lo que dura este ánimo festivo. Una mañana, un día o dos... Luego la novela acaba con el examen de oposición hecho trizas. También es bonito cuando la protagonista conoce a Sabina, la informática. Es una novela un tanto claustrofóbica que se salva por los que rodean a la auxiliar administrativa interina que, al final, renuncia a trabajar, renuncia a la oposición. La novela se llama así, "Oposición" y es de Sara Mesa.

sábado, 18 de octubre de 2025

 Dicen que los escorpio son como el ave Fénix, resurgen de sus cenizas. Nuestras cenizas son la bajada a la enfermedad mental. Conozco un chica que lleva tatuada en la mano a ese ser mitológico. Los días malos ya pasaron. Ahora el buen sueño asusta a la psicosis. El otoño ablanda los delirios y las alucinaciones, las vuelve inexistentes. Los días de andar de allá para acá sosteniendo la vivencia de la manía, el pensamiento alegórico de las aves de la ciencia, de los misterios de la tristeza y las confusiones mentales han pasado. Llegará la navidad y la sufriremos pues ya todo está disgregado. Ojalá que la navidad pase alegre de algún modo y si no, no muy onerosa.

viernes, 17 de octubre de 2025

 Hoy he soñado que daba clases. Todo transcurría con normalidad en el sueño. Casi se trataba de una conversación. Otras veces, en mis pesadillas, las clases eran caóticas e infernales. Suele ser un sueño recurrente. También sueño con que me tengo que examinar y no llego a tiempo al examen. Los sueños son parte de nosotros, explican asuntos de nuestro ser. Yo, mil veces examinado o mil veces puesto a prueba ante unos alumnos irrefrenables, parece que debo soñar eso que tantas veces he vivido. Son las 11: 00 de la mañana. Ya he bebido agua en abundancia. Ya me he fumado 3 cigarrillos. Ya la vida se ha recortado en el marco de la ventana una vez más.

 Cuando un trabajador se jubila, habiendo estado casi toda su vida trabajando, no sabe qué hacer con tantas horas que vienen como un montón de arena a sus bolsillos. Entonces va a dar un paseo y el paseo no le llena de emoción, no le satisface. Prueba entonces a hacer unos barquitos con palillos en casa pero los nervios no le dejan acabar esa manualidad, ese trabajillo de consuelo a los minutos. Entonces se va a Madrid y ve mucha gente diferente, ve todos los modos del ser humano y eso le gusta, le llena de una emoción antes no sentida. Y decide ir a Madrid todas las tardes y Madrid no le decepciona, Madrid asusta los minutos adheridos al riñón de todos los días de no hacer nada.

 En los institutos, hoy se vive un día de gloria porque mañana no hay clases. Los profesores también se dejan llevar de esa flaqueza de la voluntad y dan las clases más livianas, más frescas y ligeras. Los alumnos, que saben que hasta el lunes no hay la misma tortura de todos los días, se dan a la alegría de los viernes, a intervenir un poco de modo jocoso en clase. Los empollones también participan de la fiesta y procuran estar en sintonía con el resto de sus compañeros y hacen alguna gracieta. Cuando suene el timbre a última hora ya está todo ultimado. Salen en tromba los muchachos como locos a abrazar el prometedor fin de semana. El interino coge su mochila y coge tren y coge bus y llega a su casa muy tardío. Es viernes por fin y todo es bueno esa tarde de descanso.

 Me estoy acostumbrando a no salir de casa, como hace mi hermano. No sé si hago mal o bien. Solo salgo a dar el paseo por las tardes. No creo que por desear una amistad, se llegue a algo concreto. Las mañanas en casa se hacen tediosas. Pero es preferible a salir a la calle y ver desconocidos. He leído que la novela americana se extiende en el espacio y la novela europea se extiende en el tiempo, con "En búsqueda del tiempo perdido", de Proust, como exponente máximo. La lectura me centra, le da cierto sentido a mi tiempo, de modo que procuro leer bastante. También escribo folios a mano sobre diversas cosas, como por ejemplo, una amistad breve que ha surgido estos días. Aguanto en casa, ya sea paseando por el pasillo o escribiendo o leyendo. Mi cabeza está despejada de discusiones sobre los amigos.

jueves, 16 de octubre de 2025

 Un psicoanalista es un señor que estudia la carrera de psiquiatría y  luego psicoanaliza a la gente que tiene una psicosis: Psicosis es cuando la mente de uno no anda bien. Entonces, esa persona psicótica se sienta en un diván y empieza a hablar. Él solo, el psicótico, según vaya hablando, se va curando. El psicoanalista va apuntando las contradicciones del sujeto a curar, los puntos oscuros de su personalidad, aquellas cosas que el psicótico oculta para protegerse psicológicamente. El psicoanalista puede preguntar por los sueños y la infancia del psicótico. Los psicoanalistas cobran un pastón por oír al enfermo mental y curarlo. Casi 100 euros la hora.

 "Suave es la noche" es un libro que trata de una actriz joven que va a la Riviera francesa y se enamora de un joven que está casado y tiene niños. A mí no me gustó esta novela porque era un rollo, apenas había conflicto, no había motor de la acción. Las descripciones de lugares y la introspección psicológica de los personajes era buena pero el desarrollo de la acción era muy aburrido. O sea, que el libro será pasto del contenedor azul, sin miramientos. Esta mañana me he levantado y he escrito sobre lo que sé de economía marxista pero he desistido pronto porque no es mi tema. Yo soy apolítico, no como los de izquierdas, que dicen que todo en el mundo es política. Los garbanzos con callos que me voy a comer hoy no son políticos. Y el amor que yo tuve por una chica no es político tampoco.

 Vivimos en un sistema capitalista. El capital se invierte en coches, en lavadoras, en frigoríficos, en muebles, en bicicletas, en perfumes, en ollas a presión, en leche de muchas marcas, en productos de limpieza, en barcos, en seguros, en viviendas. Entonces, esos que tienen el capital, llamados capitalistas, que son muy muy malos, contratan a pobrecitos obreros que tienen que estar en las fábricas fabricando esos objetos de deseo y se alienan en el trabajo que realizan; o sea, se vuelven medio locos por el proceso de creación de esos productos. Y por eso hay sindicatos, para proteger al obrero. Y luego está el sector servicios, que en España es del 70% o más. Y yo ya no sé muy bien qué es el sector servicios pero también hay mucha gente indefensa y triste frente al capital en ese sector. Y así vamos: somos el bar de Europa, de los alemanes, de los ingleses y de los franceses porque ganan el doble que los pobres obreros españoles. Y el capital tendría que dejar de existir y repartirlo, que es lo que busca el comunismo a través de la dictadura del proletariado, que nunca llegó y a ver si llega algún día.

 En una celda coinciden un homosexual y un obrero sindicalista. El homosexual le cuenta una película al obrero. El homosexual está muy mal de la paliza que le han pegado los policías. El obrero quiere salir de la cárcel para seguir con su lucha sindical. Ninguno de los dos lo tiene fácil. Me parece que el homosexual muere de una hemorragia interna. La película contada les evade de la celda, quizás los haga mejores a los dos. La película va de uno que va al zoo y ve una pantera negra. Lo demás de la película pertenece al cine sentimental, quizás a la cultura pop norteamericana. Actrices guapas que disputan un amor que al obrero sindicalista no le interesan pero oye con paciencia. Al final, creo que el homosexual muere. Deja un recado al obrero: ve a ver a mi madre.

 Creo que la lucha de clases tendrá que ver con la conciencia de clase. Los obreros de este mundo han de saber que luchan contra una burguesía, contra los ricos. Los ricos tienen el dinero para invertir. Y, si no lo invierten, no hay trabajo. Pero los parias de la tierra han de unirse, han de cantar la Internacional todos juntos e ir contra el capital. Los marxistas de hoy en día, que se hacen llamar comunistas aunque el comunismo nunca ha existido en la faz de la Tierra, dicen que viene la ultraderecha. A la ultraderecha no hay que dejarla gobernar. Los obreros unidos son más que todos los burgueses pero  a los burgueses les ayuda el sistema, el maldito sistema opresor, como la policía, la iglesia y los gobiernos que no se atreven a dar el paso definitivo para la revolución y que gobierne de una vez la dictadura del proletariado. Las masas han de salir a la calle y convocar huelgas duraderas y perniciosas para el sistema capitalista. Viva Carrillo y la Pasionaria. Viva la II república. Viva Largo Caballero. Viva yo.

miércoles, 15 de octubre de 2025

 La gente no tiene dinero. Se ha gastado el dinero en las vacaciones de verano con táper en la playa. Se ha gastado todo y ahora tiene que seguir pagando. Es una tortura esto de pagar. Hay que pagar siempre. Hay que pagar por vivir la vida, una vida pobre, no vayamos a pensar que somos ricos, nunca lo fuimos. Pero hay que pagar. Hay que pagar al estado grandes sumas de dinero para que hagan carreteras y hospitales. No es cuestión de magia los servicios que tenemos del estado. La vida es pagar, pagar y pagar. La vida es un gasto, como decía mi primo. La vida, si lo piensas, se nos va por el bolsillo y no vuelve.

 Una pequeña dosis de melancolía no está mal para empezar el día. Luego, esa dosis habrá menguado cuando se deja el puesto donde has ganado tu dinero. Si no eres una persona que piense mucho, no te cuestionarás el mundo, el cielo, la libertad, a ti mismo. Pronto estarás en casa tomándote un café y viendo la tele. La calle está llena de preguntas por hacer. Cada individuo que anda por la calle es una pregunta que Dios nos hace pues ha creado a esos individuos en última instancia, en la última escala de la creación. Y esas preguntas son las mismas que se hace uno frente a la verdad de los días, frente  a la realidad engañosa que vemos y oímos. No es verdad que haya una persona que no se haya preguntado nunca: ¿quién soy?

 Los malos gobiernos roban al ciudadano vía impuestos y roban al ciudadano vía corrupción. Luego la culpa es de los ultras. La vida te espera cada mañana en tu puesto de trabajo. Ama tu puesto de trabajo, no te queda otra. Y, si no puedes amarlo, quiérelo un poco porque abandonarlo, te supone caer en un abismo que no conoces y que tampoco querrías conocer. La vida te espera allí donde empieza una obligación. No entiende este mundo más que de imposiciones al individuo. Pero esa obligación tiene un límite: las horas de asueto que debes aprovechar al máximo. Sal a pasear, mira los árboles sujetos a un tiempo y a un lugar, siempre el mismo. La bondad de la naturaleza puede acudir a ti en forma de consuelo.

 Aprendamos por fin de las tinieblas, dice Gloria Fuertes. En las tinieblas parece que estamos constantemente. En un ir y venir de inseguridad y miedo, de no saber muy bien qué hacemos aquí. En el buen sentido, vamos mal, como dice Rosendo. ¿No sabremos dotar de sentido los días y días que nos agobian? Porque casi todo lo que vivimos casi no lo entendemos. Hay que aferrarse a algo que perdure, a una verdad que no se tambalee. La vida tal cual es, extendida a la larga, no nos da la razón de la existencia. El mundo parece equivocarse en la suma y en la resta. En la suma de respuestas y en la resta de placeres. Hagamos fuerza para entender este estado de cosas neblinosas. No podemos caer en el caos que nos tiende la vida.

 He visto por la tele que van a dar otro palo a los autónomos. Salía una mujer que no descansaba, era una pescadera. El afán recaudatorio parece que no tiene fin en este gobierno. No es magia. Son tus impuestos, dicen. Por lo demás, la calle estará bullendo de ese sector flotante de la población. La calle se improvisa todos los días, la calle se va haciendo de la mañana a la tarde. Hay un sol tenue a las 10 de la mañana, sol que luego calienta bastante a mediodía. Por esta zona de España, tenemos sequía. No llueve. Nunca un estado ha recaudado tanto. ¿Se ve esto reflejado en los servicios que nos dan? Esa es la cuestión.

martes, 14 de octubre de 2025

 El jubilado ha salido a dar un paseo después de desayunar un café con leche en casa. Se ha tomado otro en los montaditos. Ha visto a sus semejantes. Este día martes no es como ayer, que no conseguía meterse en el ambiente del lunes. Hoy ha visto gente que andaba despreocupada por la calle. También ha visto a una señora que hablaba sola. Las cosas y los seres humanos este martes parecen más alineadas con su alma, esa fortaleza con la que contamos todos. El alma y la voluntad son dos armas indispensables para andar por el mundo. Ha llegado a casa y debe entretenerse, debe matar un rato, debe olvidarse de que existe y debe ser él mismo, como hace la gente que muere en el mundo antes de morir de verdad.

 Aparta la envidia de tu corazón y, una vez apartada, llénala de cosas que están a tu alrededor: esa chica que va al trabajo, ese hombre mayor que anda despacio y solitario, ese barrendero que limpia las calles. Todos son dignos de tu aprecio. Son los tuyos, no lo olvides. Tú eres ellos para ellos. Se monta un señor en un taxi y es educado y habla de algunas cosas. Es eso el día a día de los que trabajan y escriben y cantan y silban canciones populares. Yo escribo que la vida no es hacer nuestra voluntad, es aguantar la vida a pulso, es decir que sí a los nuestros, es estar conforme con las horas que anudan la existencia. No todos somos ricos pero en el aura mediocritas hay una gran virtud.

 El corazón debe latir siempre. No todo se lo ha tragado la tierra, como dice Machado. Las canciones siguen, las canciones vuelan por el aire. El ardor vital nos lleva a sitios que no pensábamos. Aunque la geografía nuestra sea diminuta, el corazón está ahí para ensanchar la frontera con nuestro cuerpo y nuestro espacio. Debemos apreciar cada hoja que cuelga de los árboles. Debemos apreciar cada línea de esa novela que estamos leyendo. Debemos ser iguales que el que tiene millones y millones. Somos más felices que los ricos pues los ricos temen por su dinero, tienen el dinero como castigo y constante preocupación. Sal a la calle, mira a tus vecinos, esos son los que miden tu persona por encima de todo.

 Se pasan las horas, se pasa el día. pero no es lo mismo. Las horas son duras y el día muere en la cama y me pilla tranquilo. Los compañeros de viaje son la soledad y el aburrimiento. Quizás debería ir a alguna exposición. Me da miedo la muerte pero también, o más, me da miedo el tiempo que no pasa. Ayer vi el final de una película: un niño estaba encerrado en la casa del primer ministro. Los padres acuden. La madre es cantante. Se pone a cantar eso de qué será, será y el padre rescata al hijo. Muy bonito todo. La vida es como un caramelo que damos vueltas en la boca hasta que se deshace. Depende de si el caramelo es dulce o sabe demasiado intenso o es muy pequeño o parece que nos dura poco.

 Batallando con la realidad, las horas me tienden una trampa infinita, llena de minutos que no terminan de pasar. El tiempo mío se convierte en un espacio de lucha, de estar atento al reloj para comprobar que las actividades del corazón no son como yo querría sino más lentas, más oscuras en el fondo de mi vida. Los hechos desaprueban mi felicidad, la vuelven mentira o algo inexistente. Las calles no ofrecen más que vulgaridad a mis ojos que miran asqueados y solo me vale ir a la capital, a Madrid, para que esos ojos vean algo de luz, algo de novedad para el alma pasajera de la habitual residencia. No soy ese que antes era dichoso con su trabajo. Ahora y después de ahora toca resistir, abrir los ojos a la normalidad aburrida.

 Parece que el presidente de España sigue y sigue. Tiene muchos planes para la nación, está contento de ser presidente, nota el apoyo popular, nota que es necesario para parar a la derecha y a la ultraderecha. La corrupción no existe en su partido, su partido está limpio. Lo dice en la cadena ser. Lo dice también en cualquier parte. El presidente está pletórico. Las cifras le avalan. Poco a poco, cuando se disipen algunas dudas sobre su mandato, podrá acabar la legislatura y ganar las próximas elecciones. Es como él lo siente y lo debe sentir la ciudadanía. No se siente imprescindible pero casi casi. Tenemos presidente para un rato largo.

lunes, 13 de octubre de 2025

 Se trata de lo siguiente: tomar un café bien calentito mientras ves  a la gente cómo va. No perder tiempo con ningún tonto de estos que abundan por la ciudad. Ver la telenovela turca en la que salen hombres muy guapos. Leer un libro que te haga imaginar mundos que ni se te pasaban por la cabeza. Andar unos kilómetros por el hecho de andar y hacer ejercicio. Regalar a tu pareja una hora o dos de intimidad y pasarlo bien. Comer con apetito y dar gracias a Dios por nuestro pan de cada día. No lamentarse y ver que tu vida esta llena de cosas buenas si las sabes ver. No quejarte internamente de lo que no tienes pues probablemente, ya no lo tendrás. Así que la vida que vives te conduzca a la vida buena, no a desear otra vida que no existirá.

 El que acepte en la vida lo que hay y se conforme, ese es un héroe de la vida contemporánea. El que tenga una sonrisa que dar a los demás, ese es el supermán de estas épocas baldías de toda la tranquilidad y de toda satisfacción. Nos acosan con anuncios. Tenemos que estar delgados, tenemos que viajar, tenemos que probar esta comida en tal sitio, tenemos que estar contentos a todas horas, tenemos que comernos un kit kat, etcétera, etcétera. La gente va como por impulsos, como traída y llevada por estímulos cada vez más raros de cumplir. Y si no reaccionas a esos latigazos, tu vida no merece ser vivida, te hacen pensar. Pero para eso está la razón: para que disfrutes del desayuno que más te guste y disfrutes de las cosas cotidianas, no artificiales, que trae el día para ti.

Ya he dicho aquí que los psiquiatras, mediante las pastillas, nos tienen a los enfermos mentales a raya, de forma que estamos ni alegres ni tristes sino con una pasión mitigada. Por eso quizás mi tono en este blog es oscuro, tristón, de un perfil muy bajo en cuanto  a las emociones. En este día nublado se puede conquistar el mundo tuyo si pones un poco de atención en todo lo que tienes. Vivimos bien. Comemos bastante bien, hay muchos productos buenos en el mercado para hacernos felices. Por ejemplo, un melón y unas lonchas de jamón. Con la televisión podemos pasar gratos momentos de huida de la realidad y con los libros, también. No debemos quejarnos porque, a nuestra manera, somos ricos. Más ricos de lo que nos imaginamos. Celebremos el lunes y mañana martes también. Hay que sentirse a gusto con la vida. La vida está llena de paraísos terrenales por descubrir.





 Un torero que se corta la coleta, un taxista que hubiera preferido ser rico, una ama de casa que va a la cocina, un dolor que no se expresa, un abogado que hubiera preferido ser poeta, un poeta en la ciudad mesetaria al que le hubiera gustado ser marinero, un cantante que querría ser pirata con un parche en el ojo, una pasión que hay que apaciguar todos los días, un padre que se asombra de sus hijos y que no sabía que ser padre es ser padre. Una chica joven que se vende en las redes sociales como única dedicación, un camionero que llora cuando está muy lejos, la vecina de enfrente que hoy tiene que hacer comida, el cura que ya no cree y no lo dice. Somos todos un deseo que no se cumple en este mundo feo. Somos todos lo que no quisimos ser y lo somos. Somos pasión, querencia refrenada por el día a día.

 No muchos escritores viven de lo escrito. Solo unos pocos son los elegidos por las masas que los leen. Los demás también escribimos pero no tenemos repercusión pública. Es como lo del Real Madrid: solo un puñado de jugadores puede aspirar a jugar en ese club de fútbol tan elitista. Pero si me leen en este blog, ya me doy por contento. Una vez dicho esto, me paro a contemplar el día gris pero sin lluvia, la mañana escurridiza de pasión alguna y los pasos por casa, todos muy medidos y sin sorpresa alguna. Y luego pienso: debo estar agradecido por lo que tengo, no debo llorar por lo que no tengo. Y escribo aquí unas letras sometidas a la razón, unas letras que transitan el conformismo más hondo. Y me doy la razón a mí mismo.

domingo, 12 de octubre de 2025

Un señor dibujaba comics, luchaba con la viñeta siguiente. A veces la viñeta siguiente no acudía a su mente y lo pasaba mal, se quedaba atorado en mitad de la historia. Pero casi siempre salía triunfante porque se daba un paseo por la ciudad y le venía la continuación al ver a una señora que decía tal cosa u oía en la cafetería, mientras se tomaba un café, una historia que le valía para rellenar su cómic de la siguiente viñeta. Pero llegó un día en que la gente solo hablaba de papeles, de política, de asuntos administrativos y de otros asuntos que no creaban una historia. Y el hombre se quedó sin historia que contar, se quedó agarrado a la brocha, se quedó solo frente a su cómic. Y no fue capaz de seguir el cuento porque la gente ya no tenía cuento, solo tenía problemas político burocráticos.

 Yo, a los 14 años, lo tenía claro: yo quería ser escritor. Pero me ponía a escribir y solo me salían descripciones. La descripción es contar cómo es una persona, un lugar, un ambiente determinado. No me salía una historia. Mis referentes eran, en aquella época, Delibes y Cela. Compraba libros y leía. Pasaba muchos ratos con los libros. Recuerdo que me compré "La guerra de los botones" y también "Memorias de un niño de derechas". Yo no leía los clásicos juveniles como "Los tres mosqueteros" o "Viaje a la luna" sino lecturas demasiado literarias en las que primaba el estilo sobre la historia. Y creo que por eso no me salía ninguna historia, solo descripciones de gente de mi pueblo o de lugares que me inventaba. En mis creaciones literarias, no pasaba nada. Solo salían personajes retratados o situaciones, nunca había acción propiamente dicha.

 "Pane lucrando" es una expresión latina, un latinismo que viene a decir cómo se gana el pan cada uno en esta vida. Séneca decía en una máxima que no es muy difícil ganarse el pan en esta vida. Siempre hay un oficio o dedicación que permite comer caliente como mínimo. La vida la hacemos difícil el propio ser humano poniendo trabas, impuestos y burocracia al arte de ganar un dinero. El otro día vi un hombre que vendía boletos de navidad por la Gran Vía. Otros venden cupones de los ciegos. Otros hacen remiendos y arreglos a la ropa. Otros hacen recados o venden libros usados. Otros... En fin, cada labor que se inventa el ser humano está justificada por ser para "pane lucrando".

 ¿A qué has aspirado toda tu vida? ¿Se han cumplido tus sueños?¿ O solo has ido pasando etapas y aprovechando ocasiones que se han ido presentando? La gente que no ha tenido una vocación fuerte, ha tenido la oportunidad de irse metiendo en un nicho laboral o social que se han ido fabricando sobre la marcha. Estudiar algo te da la opción de que se abra un abanico de conocimientos que puede dar lugar a una vocación. No estudiar nada te conduce a que tengas que aceptar lo que se venga, lo que no ha sido elegido. Pero todo es bueno para ganarse la vida, que es el principal objetivo de la existencia. Si no te ganas la vida, la vas perdiendo en horas de hacer el ganso y matar horas sin ningún sentido.

sábado, 11 de octubre de 2025

 Viene un viento por la ventana no fresco, sino frío y he tenido que cerrarla. Este mes de octubre ha sido muy anómalo, ha sido una continuación del verano. Llevamos desde abril del año pasado, seis meses sin llover. El clima algo estará indicando del modo en que se comportan los meses de otoño. La vida va en estos días de un modo un poco tonto, siguiendo los patrones del mes de julio o agosto, sentándose la gente en terracitas, tomando refrescos en esta aberración de los atmosférico. Los camareros ya no dan a basto ante este verano de cuatro meses que tenemos, ante la gente que se agolpa en los asientos, en las mesas, en la calle y pide de beber.

 Los psiquiatras, cuando actúan con el enfermo mental, procuran, mediante la medicación (lo único que tienen a mano para curar esta enfermedad), tener al enfermo mental en un tono vital bajo, medio contraído de emociones, medio tristón. Es para evitar emociones fuertes que podrían derivar, en mi caso de trastorno bipolar, en una manía, en una euforia que llevara a cometer cualquier locura. Y así, los enfermos mentales parece que están en un limbo o en un sentimiento muy modesto de emociones, no se ríen apenas, quiero decir no nos reímos, no desbordamos nuestra emoción, estamos medio tristes, medio bobos por la vida. Así es la manera de controlarnos.

 Sin ninguna duda, lo más duro de tener un problema o pasar una calamidad, es no poderlo contar. Se crea una bilis fuerte en el cuerpo que hace difícil la vida. Yo creo que antes de estas épocas hubo otras en que la gente convivía más, se contaba sus fracasos y alegrías. Pero ha venido un tiempo de polarización, como lo llaman, de modo que el vecino y el que pasa por la calle es un enemigo potencial porque piensa de manera diferente. Nos han dividido a los individuos de esta sociedad española, somos todos diferentes porque hablamos hasta de manera diferente la lengua española. Somos tontos todos los españoles porque hemos caído en la trampa de que somos diferentes. Y no somos diferentes. Cualquiera ve que sufrir sufrimos todos, obviando todos los malditos politequeos.

 A veces se siente uno ofuscado con la realidad. La realidad es muy contundente en algunas ocasiones. Solo te ofrece A o B cuando quizás existan otras opciones que no aparecen. Pero adaptarse a lo que hay es una de las hazañas no contadas que vive el ser humano casi siempre. Y lo hace bien pues no suele quejarse, sino que se pone el traje de camuflaje y avanza por la selva o por el desierto con cierto donaire que le hace otro héroe mucho más real que el de las películas. Y así debe ser porque siempre cuecen habas en nuestra casa y en la del vecino. Lo malo es que ya no hay a quién contárselo, ya nadie habla con el vecino. Ya nadie habla en el bar con nadie o, simplemente, ya nadie va al bar a distraerse. Ese ejercicio de supervivencia de la vida solo lo sabe el que va sobreviviendo.

viernes, 10 de octubre de 2025

 Escribir una novela entraña un esfuerzo intelectual grande y un tesón fuera de toda duda. Yo ya he escrito varias y mi trabajo me han costado. Ha habido un momento, en la novela española, en el que las novelas no tenían ni personajes ni argumento. Eran una especie de fragmentos sin sentido, una colección de escritos involuntarios e irracionales que no llevaban a ningún lado. Me gusta que existiesen esas novelas para compararlas con lo que yo escribo, que sí tiene un sentido, que sí debelan un esfuerzo literario exhaustivo. No seré yo ese autor que se refleja en la vitrina de una librería pero sí seré yo, en el fondo un escritor que escribe esto del blog y algunas historias originales.

 Me estoy leyendo un libro sobre una catedrática de Filosofía. Hay que ver qué cantidad de libros se tiene que leer esa señora. Tiene que ir también a conferencias y tomar nota de ellas. Tiene que preparar una especie de oposición muy dura. Tiene que buscar en los libros que lee una novedad académica que solo ella tendrá. Tiene que investigar en más y más libros el pensamiento de los clásicos y de los modernos. En fin. Una tarea bárbara. Yo no me puedo considerar un erudito, esos que saben un poco de todo, pero sí que me he tenido que estudiar una oposición de 70 temas durante ocho años. Y eso se debe de notar. La pena, lo digo siempre, es que no tengo con quién hablar de mi libro.

El otro día, leyendo la Biblia, me topé con el Libro de Job y quise leerlo de principio a fin. Todo el mundo sabe el refrán ese de tener más paciencia que el santo Job, pero son pocos los que lo han leído. Yo lo voy a leer con un poco de paciencia y un poco de interés. La Biblia, ahora que lo pienso, esta llena de situaciones extrañas, de enviados de Dios a la Tierra, de reyes crueles, de batallas, de profetas, de versículos que quieren amar a Dios, etcétera, etcétera. La Biblia es interesante al permitirnos acceder a un mundo distinto, un mundo lleno de violencia, lleno de santidad, lleno de sabiduría. Los Salmos, por ejemplo, son una poesía muy bonita, ya quisieran los poetas de hoy en día escribir así.

 Unas veces me siento gordo y otras veces me siento feo. La percepción que tengamos de nosotros mismos nos condiciona bastante. Las pastillas que tomo hacen que engorde solo por el hecho de tomarlas, no porque yo coma demasiado. Si me siento feo es por el poco contacto social que tengo hoy en día. Aunque dicen que más vale solo que mal acompañado. No tengo con quién evaluar si soy guapo o feo. Solo tengo una amiga que veo los sábados por la mañana. Ser guapo o feo no lo he considerado importante en mi vida, solo que entro en el ascensor y hay un espejo y unos días me parezco feo a mí mismo. La verdad, el físico mío me importa poco. Lo que me importa es tener buenos hábitos y pensar positivamente, cosa que, por mi enfermedad, no siempre ocurre.

 Si lograra traspasar el estilo de estos blogs a las novelas que escribo que digo que escribo, no estaría mal. Porque creo que el estilo de estos blogs es bastante bueno, son ocurrencias bastante originales. Luego, lo que contara en mis novelas, sería algo menos importante. Ayer me tiré una hora de reloj escribiendo una novela o lo que fuere eso que escribía y me sentí bien, como un trabajo beneficioso para mi mente. No solo beneficioso para mi mente, sino que me facilitó eso, pasar una hora de la tarde entretenido. Luego de escribir, me siento mejor, me siento satisfecho de mí, como si hubiera hecho lo debido. Esta tarde pienso volver a reanudar la marcha literaria vespertina.

 Ese hombre, que debía ser médico, me hizo unas cuantas preguntas. Después, me mandó firmar en un papel y dijo: la plaza es tuya. Aprendí una palabra de él: sinusoidal. O sea, tres días triste y tres días alegre. En un vaivén continuo. De la risa o del gozo a la melancolía en cosa de días. Había que saber llevarlo, dijo el tipo. Yo ya he aprendido y he notado a lo largo de mi vida que sí, que es así la cosa. Aunque he notado que los días felices duran ya cada vez menos y son menos intensos. Las ideas negativas se me quedan más tiempo junto a mí. Ese es el llamado trastorno bipolar, que es el que yo padezco. Pero ni un día de mi vida he estado yo borracho. Me he tomado siempre las pastillas. Y mi vida no ha sido aburrida hasta estos días de hoy. La vida del enfermo es hacer caso a la enfermedad.






jueves, 9 de octubre de 2025

 En la farmacia puedes preguntar, venden pastillas para no soñar. El cabreo incomprensible de Paco que no dice por qué está cabreado. La mañana luminosa pero deprimente hasta que llegue mañana. Las luces del cielo a reventar de claridad. Los libros quietos, alejados de mis manos y de mis ojos estos días. Menos mal que hay una buena noticia: Hamás e Israel acuerdan un alto el fuego. Cuecen habas en todos los sitios. A eso debemos atenernos, a las habas. No a una ensoñación marítima gastronómica. He visto al diablo por la calle. Iba vestido con unos pantalones grises y una americana también gris. La parafernalia del sentirse mal se agita como una bandera sucísima.

 Parece que fue ayer cuando andaba por los institutos peleándome académicamente con los alumnos. El tiempo pasa, no para. Hoy es jueves y también es el domingo que viene. Hay un bolígrafo en mi mesa que ha apuntado de todo este año. Me derrumbo de pena frente a los años pasados, frente a los días. Ayer fui a Madrid. Anduve por Moncloa. Me tomé unas cervezas mientras caía la tarde. Compré un libro. No sé si es bueno o malo. La vida es un acierto cuando se tienen gustos normales. Yo quisiera olvidarme de que soy pobre y eso es fácil: hay gente que no tiene para comer hoy carne. Todos somos un producto de lo que pensamos. Por eso, piensa bien.



 Pío Baroja se decantó por las novelas, escribió muchísimas novelas en trilogías o sueltas. Azorín escribió "La voluntad", que  a mí me parece un gran libro. Pío Baroja escribió "El árbol de la ciencia" que es un libro muy muy pesimista, en el que todo falla en la vida del protagonista. También escribió "El mundo es ansí" que va de una mujer extranjera que se casa con un español de aquella época, un español mujeriego y jugador que se lo hace pasar mal a esta mujer. Unamuno escribió novelas también, a las que llamó nivolas. Un ejemplo de nivola es "Niebla" que a mí no me gustó. Otra nivola fue "La tía Tula" que a mí tampoco me gustó. En fin, la vida es pura novela. Somos los protagonistas de una novela que no sabemos cómo acabará. O sí.




 La capa está rota. Como la capa está rota no me dejan entrar en los sitios. Fuera, me enfrío o me aso de calor. La vida tiene estos caprichos, estos principios que funcionan como una llave y su cerradura. No voy a ver a los que se sientan en el parque. Estar solo es una incomodidad del alma. Voy a comprar el periódico esta mañana de octubre, esta mañana de tanta sequedad en el aire. Las raíces de los árboles están hartas de ahondar en la tierra en busca de humedad. Ha muerto un vecino. La hojarasca se acumula, la hojarasca da forma a este siglo infernal. Comeremos hoy macarrones con carne picada y tomate y queso que se funde. La vida no da para más pero da para seguir viviendo y quizás ya eso sea mucho. 



 Ya van tres días que me levanto a las 9.30. Las mañanas huelgan, las horas traspasan el deseo, lo vuelven volátil. Me gasto dinero en humo, un humo malo. Las avenidas se llenan de autobuses, coches, ambulancias y gentes andantes que buscan un ideal que quizás no encuentren hoy y ningún día. El que se lamente de ser pobre, peor para él, va a ser pobre y lamentoso. Viene un viento fresco por la ventana. Lo noto, lo albergo en mis pulmones y lo expulso como si no valiera para nada. Y, sin embargo, sirve para que viva, para que se oxigene mi cuerpo. Agradezcamos lo que tenemos, no deseemos de lo que carecemos y nos irá mejor. Hoy el día se hará largo o corto si nos llega a gustar. Vivamos con paz mental y deseo de mejorar.



miércoles, 8 de octubre de 2025

 Ya he bebido bastante agua y se me ha pasado la sed que provocan las pastillas de la noche. El mundo se agita en constante pelea. Putin desea la guerra. Otros dirigentes desean la guerra. El campo de la Tierra está minado por los deseos de unos y de otros de empezar conflictos. La diplomacia se agota. Yo, por mi parte, he de ir aprendiendo a estar solo, no me queda otra. La soledad es beneficiosa cuando trae alguna dicha. La soledad querida no es mala. A ver si me cruzo con alguna puerta abierta en medio de la calle, puerta que conduzca a un conocimiento bueno y deseable. En la vida hay que hacer descartes, abandonos de los corrillos de gente aburrida, escapatorias de grupos sosos y lentos en el pensar.

 El otro día sábado fuimos a eso de las 4 de la tarde a El Pardillo, pueblo de al lado de Majadahonda. Paco quería ver un pinar del que le habían hablado que estaba al final del pueblo. Pero antes, yo le dije que me parara y que le esperaría en una terraza de las que había al lado de la parada de autobús. Me metí en un restaurante peruano y esperé a que viniera Paco. Me instalé de frente a la carretera en una mesa pequeña. Y fui, por unos momentos, muy feliz. No sé porqué allí, viendo pasar autobuses y coches que pasaban por la carretera, me sentí dichoso esperando a Paco. Paco vino diciendo que hacía mucho calor, que había estado en el pinar y que era un buen sitio para pasear. Luego, dimos un paseo por el pueblo, pueblo más tranquilo que Majadahonda, donde sí que se respetan las zonas peatonales, y luego de hablar de unas cosas y otras en un banco, nos venimos a casa. Sorprendentemente, se nos habían pasado tres horas.

 Ayer puse el despertador para levantarme a las 9:30. Parecerá ridículo para un trabajador pero es que antes me levantaba a las 10 de la mañana y lo veía un poco impropio. Hoy me he levantado a esa hora que marcaba el despertador. La mañana está silenciosa. La mañana ahonda en su calidez de sol inexorable. Los que se levantan tarde no notan la velocidad de la hora. En esta ciudad, aunque te levantes a las 11:00, parece temprano. Es un engaño que tiene esta ciudad. Pronto, voy a beber agua con intensidad porque tengo sed (quizás sean las pastillas de anoche) y luego seguiré escribiendo aquí de lo que se me ocurra. En Madrid, por el barrio de Arenal o similar las calles ya bullen de gentes que van y vienen, que van y vienen con propósito o sin él.

 Voy a hablar de los que nos reuníamos en Colón. Solo había un señor que leía libros y podía hablar de libros con él. Los demás que iban, se callaban muchas veces y no había diálogo. Quedábamos a la una del mediodía hasta la una y media o dos. Era una hora bastante intempestiva. Se hablaba de lo que ocurría en la ciudad y lo que ocurría en el país a veces. Contábamos nuestros problemas médicos. Todos los que formábamos el grupo éramos pensionistas, pero con poca cultura en general. A uno de estos pensionistas le gustaba inventar cosas, no te podías creer ni una palabra de lo que decía. Otro de los que se reunía allí decía que estaban todos mejor colgados cuando se hablaba de delincuentes o políticos corruptos.