El corazón debe latir siempre. No todo se lo ha tragado la tierra, como dice Machado. Las canciones siguen, las canciones vuelan por el aire. El ardor vital nos lleva a sitios que no pensábamos. Aunque la geografía nuestra sea diminuta, el corazón está ahí para ensanchar la frontera con nuestro cuerpo y nuestro espacio. Debemos apreciar cada hoja que cuelga de los árboles. Debemos apreciar cada línea de esa novela que estamos leyendo. Debemos ser iguales que el que tiene millones y millones. Somos más felices que los ricos pues los ricos temen por su dinero, tienen el dinero como castigo y constante preocupación. Sal a la calle, mira a tus vecinos, esos son los que miden tu persona por encima de todo.
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