Vivimos en un sistema capitalista. El capital se invierte en coches, en lavadoras, en frigoríficos, en muebles, en bicicletas, en perfumes, en ollas a presión, en leche de muchas marcas, en productos de limpieza, en barcos, en seguros, en viviendas. Entonces, esos que tienen el capital, llamados capitalistas, que son muy muy malos, contratan a pobrecitos obreros que tienen que estar en las fábricas fabricando esos objetos de deseo y se alienan en el trabajo que realizan; o sea, se vuelven medio locos por el proceso de creación de esos productos. Y por eso hay sindicatos, para proteger al obrero. Y luego está el sector servicios, que en España es del 70% o más. Y yo ya no sé muy bien qué es el sector servicios pero también hay mucha gente indefensa y triste frente al capital en ese sector. Y así vamos: somos el bar de Europa, de los alemanes, de los ingleses y de los franceses porque ganan el doble que los pobres obreros españoles. Y el capital tendría que dejar de existir y repartirlo, que es lo que busca el comunismo a través de la dictadura del proletariado, que nunca llegó y a ver si llega algún día.
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