sábado, 25 de octubre de 2025

 Mirar atrás no trae más que un sinsabor. No se repetirán las risas ni  las rosas y ni el agua que bebimos con verdadero placer. Todo permanece o todo pasa, según veamos. A mí me quedan estas ganas de escribir sobre lo obvio quizás, pero escribo y me consuelo. Los años pasados fueron un devenir de horas inmensas, muy intensas en lo personal y social mío. Con todo un pueblo amigo del que disfrutar. Fiestas, jolgorios, madrugadas largas y amenas. Estudios, muchos, muchos exámenes. Alguna sinrazón que a mi razón entorpeció. Luego, muchos chavales en tropel y una pizarra enfrente de ellos y de mí. Toda una vida resuelta en horas de interés. Como dice mi hermano Paco: con lo que he vivido, ya puedo morirme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario