lunes, 13 de octubre de 2025

 No muchos escritores viven de lo escrito. Solo unos pocos son los elegidos por las masas que los leen. Los demás también escribimos pero no tenemos repercusión pública. Es como lo del Real Madrid: solo un puñado de jugadores puede aspirar a jugar en ese club de fútbol tan elitista. Pero si me leen en este blog, ya me doy por contento. Una vez dicho esto, me paro a contemplar el día gris pero sin lluvia, la mañana escurridiza de pasión alguna y los pasos por casa, todos muy medidos y sin sorpresa alguna. Y luego pienso: debo estar agradecido por lo que tengo, no debo llorar por lo que no tengo. Y escribo aquí unas letras sometidas a la razón, unas letras que transitan el conformismo más hondo. Y me doy la razón a mí mismo.

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