El que acepte en la vida lo que hay y se conforme, ese es un héroe de la vida contemporánea. El que tenga una sonrisa que dar a los demás, ese es el supermán de estas épocas baldías de toda la tranquilidad y de toda satisfacción. Nos acosan con anuncios. Tenemos que estar delgados, tenemos que viajar, tenemos que probar esta comida en tal sitio, tenemos que estar contentos a todas horas, tenemos que comernos un kit kat, etcétera, etcétera. La gente va como por impulsos, como traída y llevada por estímulos cada vez más raros de cumplir. Y si no reaccionas a esos latigazos, tu vida no merece ser vivida, te hacen pensar. Pero para eso está la razón: para que disfrutes del desayuno que más te guste y disfrutes de las cosas cotidianas, no artificiales, que trae el día para ti.
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