miércoles, 8 de octubre de 2025

 El otro día sábado fuimos a eso de las 4 de la tarde a El Pardillo, pueblo de al lado de Majadahonda. Paco quería ver un pinar del que le habían hablado que estaba al final del pueblo. Pero antes, yo le dije que me parara y que le esperaría en una terraza de las que había al lado de la parada de autobús. Me metí en un restaurante peruano y esperé a que viniera Paco. Me instalé de frente a la carretera en una mesa pequeña. Y fui, por unos momentos, muy feliz. No sé porqué allí, viendo pasar autobuses y coches que pasaban por la carretera, me sentí dichoso esperando a Paco. Paco vino diciendo que hacía mucho calor, que había estado en el pinar y que era un buen sitio para pasear. Luego, dimos un paseo por el pueblo, pueblo más tranquilo que Majadahonda, donde sí que se respetan las zonas peatonales, y luego de hablar de unas cosas y otras en un banco, nos venimos a casa. Sorprendentemente, se nos habían pasado tres horas.

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