miércoles, 8 de octubre de 2025

 Ayer puse el despertador para levantarme a las 9:30. Parecerá ridículo para un trabajador pero es que antes me levantaba a las 10 de la mañana y lo veía un poco impropio. Hoy me he levantado a esa hora que marcaba el despertador. La mañana está silenciosa. La mañana ahonda en su calidez de sol inexorable. Los que se levantan tarde no notan la velocidad de la hora. En esta ciudad, aunque te levantes a las 11:00, parece temprano. Es un engaño que tiene esta ciudad. Pronto, voy a beber agua con intensidad porque tengo sed (quizás sean las pastillas de anoche) y luego seguiré escribiendo aquí de lo que se me ocurra. En Madrid, por el barrio de Arenal o similar las calles ya bullen de gentes que van y vienen, que van y vienen con propósito o sin él.

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