sábado, 11 de enero de 2025

 La noche debilita los corazones, feroces pasiones atenúa, noches de vino y rosas, canta mi tocayo Ismael Serrano. La vida está compuesta de mañana, tarde y noche. Así toda la vida. Si no quieres que se sepa tu estado sentimental, alíate con la noche. La noche depara amores clandestinos. La mañana quizás, solo quizás, es para hacer la compra o mandar hacer la compra. La tarde es para estar en una terraza y ver el crepúsculo, ver cómo llega la noche, la de los embelecos. Y cada una de estas partes que forman el día y, por tanto, la vida, valen también para trabajar y ganar un dinero. Hay que seleccionar qué parte del día destinamos a trabajar. Luego, otra parte del día es para los besos, los polvos antiestrés y las comidas en restaurantes que suben la dopamina.

No trabajes, no ganes un duro

y ya verás como te la buscas.

 Hay gente que se instala en la desesperación cuando les pasa algo. Mi hermano se pone malo y hay que ingresarlo (es mi caso y me desespero). Otros dicen: cómo voy a sacar adelante a mi prole si tengo que hacer muchos sacrificios ( y se desesperan). Otros tienen al hijo porrero que da problemas en el instituto. Otros tienen problemas sentimentales porque se enamoran a destiempo. Otros no saben todavía, a sus cuarenta o cincuenta años para qué sirve el dinero y lo dilapidan y no saben ahorrar y luego, piden préstamos y lo ponen todo embarrado económicamente hablando. Otros quedan fatal en una comida porque no pagan nunca y quedan como ratas del dinero. Otros se atreven a pedir un euro cada vez que ven a alguien y también quedan como ratas pedigüeñas. En fin. Nos desesperamos porque no sabemos gestionar la vida. Luego hay broncas, incomprensiones, rupturas de amistades, alejamiento de lo raro que puedan hacer otras personas, etc. Y la gente se desespera. Normal. Son adultos y tienen un edad mental de quinceañeros.

Si haces cosas no admitidas por la sociedad

no quieras luego comprensión de todo el mundo.

 Me quedan unos minutos para salir a la calle y formar tertulia con mis amigos. He puesto en internet que mi ordenador emite unos silbidos pero no he sido capaz de remediarlo. La rumba va y va. En Barcelona hay mucha rumba. A mí me mola la rumba, es muy alegre. Dice una rumba: rambla pa´ aquí, rambla pa´ allí, esta es la rumba de Barcelona. Y dice un jota segoviana: a vivir que son dos días, a los cien años todos calvos. Y dice el arcipreste de Hita: el hombre siempre quiere hacer esa locura. Y dice Jorge Manrique: los hombres somos como verduras de las eras. Y dice Lorca: la muerte me está mirando desde los cerros de Cabra. Y digo yo: si puedes, haz. Si no puedes, ya podrás.

Rumbas, jotas, autores cultos o incultos...

Todos quieren expresar su verdad.

 Hay una vela sobre el mar y el mar probablemente sea toda la humanidad que lucha por hacerse un hueco en la felicidad que se aprecia en el horizonte. La vela es enorme, luce con una luz tibia. Ni siquiera sabemos los seres humanos si es una vela o cualquier otra cosa que luzca. La vela no se cansa de lucir, ha lucido durante siglos o quizás durante milenios. Quizás, y esto es lo verdadero, ha lucido siempre, antes de que apareciera un hombre que pisara la tierra y humedeciera sus pies en la playa. Antes de que hubiera un diálogo, por torpe que fuera, entre los seres elegidos. Antes de que los hombres y mujeres fueran hombres y mujeres. Y por esos seres luce la vela, por sus asesinatos y sus besos y sus encuentros fecundos y sus palabras de amor.

Nos arrepentimos de pensar que nos iremos solos de este mundo.

Pero lo sabemos y en algo creemos.

 Uno busca un encuentro que le ilumine el día y solo encuentra puertas que niegan lo que esconden. Así dijo Sabina en una canción. Todos buscamos algo. Unos, dinero, siempre dinero, aunque sea ajeno, no ganado. Otros buscan a su familia después del trabajo, quieren pasar un rato jugando con sus hijos y su pareja. Otros buscan una amistad que sea pareja a su modo de vida, a lo mejor una amistad a la que le guste jugar al mus o leer libros. Para que se ilumine el día ha de haber una serie de circunstancias amables que se vayan congraciando con el ser que somos. La gente viene y va. Un ser humano que se pare a hacernos caso es más remoto o imposible. Las puertas niegan, los pasillos niegan. Las habitaciones afirman.

La luz del mundo somos nosotros mismos.

Podremos encontrar luz o dar luz.

 Hoy miras a la calle y da sensación de frío. Hoy miras a la gente y da sensación de pobreza o algo así. Ayer no había ni dios por la calle y eso que era viernes y los viernes, por tradición, se sale. Las lunas van sucediéndose cual discos mordidos, cual plata cortada. Cuántas veces pasaste por el camino donde el cuco canta escondido tras las hojas del olmo. Hay un olmo seco en cada alma que pisa esta tierra. Y hay también un río Duero que siempre lleva el sonido de los pueblos hasta el mar. Me mola la cuestión que se deriva de pensar que somos carne sola, materia, cuerpo seco y único. Pero da igual lo que seamos mientras vayamos consiguiendo la felicidad en este mundo. Es cosa de pensar que hay algo más que esta vida. Es cosa de ir viendo cómo envejecemos todos a una. Es cosa de pensar si vamos a algún sitio o la energía que somos genera otra energía.

¿Vemos a Dios algún día?

¿O nos pudrimos lentamente, orgánicamente, materialmente?


viernes, 10 de enero de 2025

 Amuleto. Gran Canaria. Doble fondo. Chiquilicuatre. Dolor de corazón. Había más de uno escribiendo en la habitación, una habitación enorme, sobre los resultados de las elecciones de 2030. La vida es una pena, si lo piensas, es mejor creer en una vida después de la muerte porque si no, te deprimes. Muy importante tenía que ser ese señor para que todo el mundo le hiciese caso. La verdad es que estaba jugando a aislar a su mujer de la sociedad. Mira qué bien sabe este helado hoy por la tarde a 15 grados en enero. Mirarnos a los ojos tú y yo no conduce a nada. Eva andará sola por Galapagar a estas horas pero no  la voy a llamar. Un mono es como una persona, como un centelleante lapsus de la creación.

Si te fijas, casi todo en la vida es fruto de un error o, si cabe, una casualidad.

Un error tú, un error yo y ella y aquellos y ese y el otro.

 Había un niño con un balón en el patio. Le dije que si le podía dar unos toques. Le di unos toques al balón. Se me fue para adelante el balón. Alcé la pierna para controlarlo y me dio un tirón en la ingle. Total: no puedo andar o ando mal, así que me he quedado en casa. Y así, escribo estos párrafos para entretenerme. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, dice una canción de Rubén Blades. Es así. La pena es que no dé sorpresas a esa gente que se suele llamar mala persona. A las malas personas les debería dar más sorpresas la vida, malas sorpresas a ver si aprendían a portarse bien con al gente de bien. No suele ser así. La mala persona reincide y reincide en su mala postura ante el mundo.

Mala persona y con recursos:

menudo dolor de cabeza.

 Pasos por el pasillo, silencio. No había abierto la boca en toda la mañana y cuando la abrió, fue para criticarme. Yo me cansé y le dije que no me hablara ya más. Él era, se suponía, el débil, el que más sufría por culpa de muchas cosas entre las que me encontraba yo. Yo me cansé ya de ser el culpable de todo y me fui a la playa, a andar por la arena. Y me encontré sublime después de 6 kilómetros. Y volví a casa y ya pasé de ese ser melancólico, agrio, desafortunado y triste. Y me puse a pensar, a escribir, a inventar, a aburrirme y a meterme en mí mismo. Y triunfé.

Tú solo no regañas con nadie aunque estés equivocado.

Sigue tú solo, equivocado y triste.

 Mientras en el terreno público no había más que insultos y ocurrencias en contra del contrario (perdónenme la redundancia), en el terreno privado de Manuel no había más que suspicacias y malos humores. Así que a Manuel, le daba asco el mundo público y el privado. Así que se fue al monte a estar con los pinos y se sintió pacífico, contento, exquisito por el tiempo que pasó en el monte. Y luego regresó a su casa y vio el aspecto que tenía su mundo privado y casi se echa a llorar. Pero no lloró. Consiguió estar tumbado en la cama toda la tarde sin comunicarse con su mundo privado ni con el público.

Los políticos dan mal ejemplo.

Está en ti no seguir ese mal ejemplo.

 En esta vida creo que es mejor aplicar el juicio, el entendimiento, que el sentimiento. El sentimiento se equivoca mucho. El juicio, si va bien dirigido, acierta a ver qué pasa en tu interior y alrededor de ti. Es tontería perseverar en un error motivado por un sentimiento. El juicio encamina los sentimientos. Bueno, dicho esto, voy a hablar de un mono que se escapó del zoo e hizo las gracias de los transeúntes de la Gran Vía, pues el mono llegó a la ciudad. El mono en realidad era un macaco de Gibraltar, muy poco aguerrido, pues era joven. Como tenía mucha hambre ponía la manita y le daban palomitas y caramelos. Se cogió un entripado y murió a los dos días de regreso al zoo. Más vale estar convencido de un error que estar dando vueltas a una especulación mental.

Si crees que estás en lo cierto, persevera.

Si alguien te hace creer que estás equivocado, no le hagas caso.

 Tenía en el alma como un corretear de hormigas o un revolar de avispas. Era una sensación extraña. ¿Cómo se la quitaría de encima? El día de antes fue a pegar una patada a un balón que estaba en el patio y se lastimó la ingle. No podía andar. Así que se metió de lleno con sus historias. Alrededor de 20 estaban sin terminar y otras cuantas le llamaron la atención por lo bien escritas que estaban. Pasó mucho rato con el ordenador. Entonces, llamó Sandra. Que si salía un rato. Le dijo que no, que no podía andar. Entonces, Sandra se cabreó y colgó. No volvió a llamar en un mes. Entonces, acabó sus historias con un bonito final cada una y ya pudo andar. Y se fue al monte con los pinos. Se sintió tranquilo, juvenil, exquisito.

Date un paseo largo.

Olvida a esos que no te comprenden, que no te quieren, que no saben lo que te pasa.

 Llamaba a su amiga. Unas veces estaba a punto de irse a la compra. Otras veces estaba estudiando. Siempre estaba ocupada. Un día llamó ella. Él le dijo que estaba ocupado leyendo un libro. Pero ella insistió y él insistió más. No iría con ella a ningún lado. Luego se arrepintió pero no la llamó. La tarde pasó lenta, se dio un paseo largo, hacia el monte lleno de pinos y allí se sintió libre, animado, exquisito. Cuando volvió vio un wasap en el móvil que no había oído. Era ella otra vez. Pero no contestó. Siguió con el libro. El libro cayó en su última página. La historia estaba muy bien escrita. Es mejor un libro que una amiga que no responde, concluyó.

Si no te hacen caso,

no hagas caso tú tampoco.

 Yo iba en metro a darme un paseo por el Retiro y entonces vi que había una chica en el vagón leyendo Moby Dick. Iba de pie. Yo le cedí mi asiento para que leyera más a gusto. Y ella se sentó y dio las gracias. Todo el vagón nadaba en su móvil con los ojos. Yo me fijé en un tipo con muchos piercings en las orejas y las narices, pintada la cara de tatuajes y una mirada fiera. Luego me fijé en otra chica delicada y con especto de tímida que me recordó a una prima de mi pueblo. Y más tarde, me fijé en un señor adusto y con aspecto de cansado que salió del vagón una estación anterior a Retiro. Y no me fijé en más.

Fíjate en la gente.

Te fijarás en ti mismo.

jueves, 9 de enero de 2025

 Yo creo que este blog es bastante variado. Hasta tiene a veces explicaciones lingüísticas de algún tema gramatical. Hablo de lo que veo. No voy al cine, así que no hablo de cine. Me fijo en casos concretos que no entiendo para ver si, poniéndolo por escrito, lo entiendo un poco. No soy muy chismoso en este blog, creo pensar. Invento historias a veces para entretenerme. Pío Baroja se entretenía escribiendo unas novelas un poco chuscas pero nadie se lo tenía en cuenta. Él decía que lo principal en esta vida es matar el rato. Yo así hago con estos blogs. Es muy primitivo eso de matar el rato, pero si no sabes hacer otra cosa... Charlar es muy bonito. Hace mucho que no charlo más allá que con mi padre y con mi hermano. Charlé con un amigo en el pueblo sobre Santa Eugenia, ese barrio. En fin, me gusta mucho charlar, creo que soy sociable. A lo mejor, demasiado sociable para lo que se estila en esta sociedad.

Hablar es algo propio de los humanos.

No me digan que los perros hablan. Los perros no hablan. Punto.

 A veces, cuando escribo aquí, parece que me estoy refiriendo a alguien concreto. Y es verdad. Los seres humanos hablamos y escribimos de lo que sabemos, de la gente que conocemos. Son ejemplos. Pero luego está la labor de generalización. Por ejemplo: yo digo que alguien no habla o le cuesta hablar. No creo que le estoy juzgando sino que es una característica de ese ser humano que conozco. Pero luego extiendo ese ejemplo a todas las personas que hablan poco o que son de una manera y no de otra. Y hago una extensión a toda la humanidad que puede ser útil para el que lee mi blog. A mí me interesan poco los casos que conozco pero sí que admito que me dan curiosidad ciertos comportamientos. Yo no doy nombres, creo que no armo trifulcas si digo que una persona que no habla se parece a un mono o un lobo porque un mono y un lobo no hablan. A eso me refiero. A mí, personalmente, me gusta mucho hablar y socializarme y por eso los que no hablan me llaman la atención, pero no solo esa persona concreta sino en general.

Callar a veces es bueno.

Pero solo cuando se tiene razón. Y no teniéndola, también se tiene derecho a no hablar. Lo que pasa es que no va con mi personalidad.

 Tengo un ordenador que voy a vender. Es un HP que todavía funciona. Pero antes, tengo que resetear el disco duro. En la tienda en la que lo venda creo lo hacen porque el disco duro debe estar limpio. Así, no se verá el trabajo de años en historias que he escrito. Lo vendo porque es mío, lo pague yo de mi bolsillo, mi hermano no puso ni un duro y me costó me parece que unos 700 pavos. Así que iré a una tienda que hay aquí cerca y a ver qué me dan. Tengo yo otro aparato. Es un mp3. En él oía yo música según venía yo de los institutos. Una música elegida por mí. Voy a ver si lo arreglo y la vuelvo a oír.

Los aparatos digitales sirven para muchas cosas.

Son de ayuda, son de entretenimiento, son de trabajo.

 El trato humano es el trato humano. El que huye del trato humano es como un lobo o un mono que no sabe hablar. El meado que he echado hoy olía un poco fuerte, no sé a qué podría deberse. Como decía, el trato humano se hace hablando. El lenguaje hablado es el don más fuerte, importante y decisivo que tienen los seres humanos. Lástima que con el lenguaje se pueda mentir y engañar. Pero ese es otro tema. O es el tema de los que no hablan. La gente se engaña a sí mismo con facilidad, no hace ni falta que otro le diga nada. La gente se cree con unos derechos que no son derechos. Al final son caprichitos de niño bien que ha sido toda la vida. Y se enfurece. Porque no habla las cosas. O porque quiere y no puede. Vete tú a saber las circunstancias que hacen que uno que hablaba poco, luego no hable nada. Caprichos de la sociedad actual.

Mira: allí hay un hombre que no habla.

Estará enfadado. Está en su derecho de estar enfadado.

 Estoy un poco tenso esta mañana. No sé por qué. Los nervios los tengo un poco crispados y no sé por qué. Hay gente que no tiene empatía, así que si yo digo que estoy un poco tenso no me va a entender y más si no explico por qué estoy tenso. El caso es que noto una electricidad en torno de mi persona, noto un cabreo, un no sé qué leches me pasa, noto que me gustaría estar en la ermita de San Antonio de Padua de la localidad de Las Navas de San Antonio en Segovia, según se pasa El Espinar a la derecha. Me gustaría estar allí pero tendría que coger tres autobuses y un taxi para llegar allí y eso es un rollo. Los que no son empáticos ni sienten ni padecen y maltratan a los viejos y no les da vergüenza.

Me noto tenso. 

Pero eso me parece que ya lo he dicho.

 En aquella época había muchos hombres que decían a sus mujeres: me quiero divorciar. Quiero recobrar mi perdida libertad. Y las mujeres se quedaban con unos niños de unos diez años, se quedaban con la casa porque así lo dictaba un juez y los hombres se tenían que montar el rollo vivencial como podían. Y esta es la historia que se repite constantemente, peliagudamente, dolorosamente cada vez con más recalcitrante tontería. Y la libertad que recuperan los padres es ir a tomar un cubata a un pub y ligarse a otra divorciada. ¿Quién entiende a un divorciado? Otro divorciado. Y bailan hasta el amanecer y el lunes añoran a sus hijos que ven el sábado y cuando pasan por la calle, la gente piensa: mira, un divorciado.

Los divorciados. Esa clase social de hoy en día.

Se hacen la pascua el marido y la mujer y desemboca en eso.

Había un hombre que iba a su bola y tenía un hermano en Guadalajara. Cuando este hermano le llamaba para comer juntos, este hombre que iba a su bola, cogía el cercanías y se iba a esa capital manchega. Comía con su hermano pero no decía ni mu. Su hermano pagaba, claro, porque era el que invitaba. Luego iban a la casa del manchego y el hombre que iba a su bola, a su libre albedrío, no despegaba los labios. El hombre que hacía su albur, pensaba que hablar era de tontos pero lo que no sabía era lo desagradable que resultaba para su hermano que vivía en tierras del Quijote. Un día, el hermano de Guadalajara se echó novia y pasó de su hermano que iba a lo loco por la vida. Y se quedó más solo que la una y le ingresaron en una residencia asquerosa y murió. Y no dijo ni pío en toda su vejez. No era mudo pero sí bastante gilipollas el pobrecito.

El que calla otorga.

y el que siempre calla es como el hombre que iba a su bola: tonto perdido.

Yo no sé qué ha pasado con la dana, aparte de lo que he visto por la televisión. Yo no sé qué ha pasado con el fiscal general del Estado a no ser por lo que he oído por los medios. Yo no sé casi nada de lo del hermano del presidente que tributa en Portugal. Lo de Koldo y Ábalos ya es viejo. Lo de la mujer del presidente es un lío tremendo y solo le han descubierto 40 euros en la cuenta. Resulta que Illa, la presidenta del congreso, Armengol, la Ribera y otros estaban en el ajo del desfalco de las mascarillas. Yo solo me he enterado por los medios. La corrupción de este gobierno es un clamor. A ver qué ejercicio se sacan, aparte de Franco, para tapar semejante basura. No es lo mismo hablar de política y de políticos que hablar de ladrones de lo público. ¿A qué te suena el dinero público no es de nadie y los hijos no son de sus padres? Jode que jode. Tira a la barraca y traca y daca y tiroriro y claro, yo no he sido. Vaya mierda de país. Mienten como bellacos.

Corrupción: esa fea acción que Sánchez dijo que combatiría.

Mentiras: la gasolina del gobierno.


miércoles, 8 de enero de 2025

El dinero, quizás, es un bien escaso. Hay que saber disfrutar del dinero. Teniendo dinero, nos podemos permitir el lujo de ser generosos. Eso de yo invito y tú pagas es de miserables. Hay gente que se deja invitar hasta que resulta odioso. Por el amor al dinero. Yo conozco varios de esos rácanos que parecen mendicantes y luego saltan eso de "eso está hecho" o "otro día invito yo" y esas mierdas de arrastrados perros famélicos y sucios. Pero bueno. No nos pongamos enfadados por conocer a este tipo de gente que saca el monedero, lo agita y lo vuelve a esconder. La gente así no merece nuestra compañía, siempre están invitando y nunca invitan. Que se metan el dinero por el culo.

El dinero hace esclavos.

El dinero deja mal a más de uno.

 Al albur de las horas, siempre se me ocurre algo que escribir. Y lo escribo. Ayer escribí de un chaval de pueblo que compra un coche que ya no anda y lo desmenuza entero. Así se le pasan las tardes después de venir de trabajar. No logra que funcione a la primera, porque le sobran piezas al montarlo, pero charlando con un mecánico, se asesora y el aprendiz le enseña las piezas sobrantes y el mecánico le va ayudando y al fin, logra que el coche arranque y ande, después de un año de desmontar y montar el coche. Compra alguna pieza y todo y el coche termina por llevarle a las fiestas de los otros pueblos. Siempre va solo, no quiere líos de pasajeros y se lo monta bien yendo y viniendo, haciendo algún recado a algún vecino, algún porte, y cobrándolo. Se hace taxista del pueblo por las tardes y consigue un montante al cabo de unas temporadas. Compra más coches rotos. Se hace mecánico autodidacta, arregla coches en el pueblo...

La imaginación tiene muchos reflejos.

Un reflejo es el de las letras y las historias.

 Tengo yo un relato (no es novela, es más corto) en el que un ciclista va a su pueblo que dejó hacía ya mucho tiempo, coge la bici y sale a pedalear a otros pueblos. En un pueblo de esos, se hace amigo de un hombre escritor que huye de la fama en ese pueblo, vistiendo como le da la gana y emborrachándose de vez en cuando. El ciclista lee sus libros y le parecen un rollo, pero no se lo dice, sino que le acompaña en sus borracheras y bailes en las verbenas del pueblo. La primavera y el invierno corren por sus venas de ciclista, sube pequeños tramos cuesta arriba y baja las lomas hasta el río. Con la excusa del ciclismo huye de su mujer y sus hijos que son un coñazo. De su mujer que es una antojadiza y de sus hijos que no paran de pedir. Come un plátano en un puente y come un bollo en algún pueblo de los que recorre. La vida es feliz para este hombre que es dueño de una fábrica de harina que marcha muy bien.

Todos los lunes parecen algo.

Y así va la semana pareciendo algo.

 Tengo yo una novelita de una escritora que oye una voz que le dice que vaya al sur y esta señora, que se aburría mucho, va a San Cristóbal de los Ángeles, territorio andado por mí en una época de profesor. Bueno, yo me limité a ir de la estación de tren al instituto porque no era muy recomendable andar por ese barrio. Entonces la secuestran los latin king a esa escritora. Interviene la policía y la rescatan y luego, decide vivir en ese barrio hasta su muerte. Y poco a poco, se va ganando a la gente de allí, que no sé si llamarán cristobalenses o cristobalitos o cristobalajos hasta conseguir fama de santa en ese barrio. La iglesia de San Cristóbal está al lado del instituto donde yo fui a dar clases. Qué recreos de café y churros en ese barrio, qué lucha sempiterna con los alumnos, qué forma de espabilar, qué exámenes especiales creé yo en ese año de docencia.

Escribe o cuenta historias a la gente.

Ganas mucho porque de las historias aprende hasta el que las cuenta.


 Puede que morir sea recordar tranquilamente la vida sin miedo, pero quizás siempre hay miedo en el que va a morir porque va a un sitio muy extraño del que nadie ha vuelto. Morir es irse de aquí. Se parece al dormir. Moriremos sin soñar. Como dijo Terelu Pávez, a mí no me da miedo la muerte sino los hijos de puta que hay en el mundo. No hay que tener miedo a sufrir, dijo Antonio Gala, sufriendo se aprende, dijo algo así. Hemos nacido para ser felices, nadie lo duda, pero a veces nos toca sufrir: es algo que fomenta el crecimiento. Bueno. ¿Todos tenemos una idea similar sobre la muerte por no querida o pensamos de la muerte de distinta manera? Yo tenía un amigo (ahora ya no lo veo) que se tiró de un cuarto piso y dijo un día que se sentía feliz pues todos los años que vivió después de ese intento de suicidio le parecían un regalo. ¿Vivía dos veces ese amigo mío? No lo sé. El caso es que este amigo disfrutaba mucho de la vida, de las cosas pequeñas o grandes que le ofrecía la vida pues pudo no contarlo y estar en el otro mundo. Es agradecido a la vida. Y, a lo mejor, no le cueste tanto morir cuando tuviera a bien la propia vida.

Aprendemos a rescatar el tiempo y a hacerlo nuestro, 

que nos sonría, que valga la pena vivirlo, que cunda, pero si cunde parece que lo estamos pasando mal. Así que...


 La mañana madura como las manzanas en el árbol. Y va avanzando. Y las gentes, como abejas, van danzando un baile y charlando y contándose la vida de unos y de otros o quizás hablen de política, hay gente para todo. O hablen de libros, también de esa cuerda existen. Aunque, ¿quién habla del Dr Jekill y míster Hyde? ¿Y de Robinson Crusoe? Crusoe se hizo a la mar teniendo un solvente modo de vida en tierra. Le gustaban las aventuras marinas en los barcos y ver mundo. Y vio mundo en una pequeña isla él solo. Hoy ha muerto un italiano que estuvo 32 años en una isla desierta. Otra cosa es el libro "El señor de las moscas", donde unos jóvenes en una isla desierta la convierten en un infierno terminando por destruirla por completo. Una teoría de progreso infinito con una distopía después de las dos guerras mundiales. Dos guerras mundiales. Se dice pronto.

Un gracioso cazamariposas agitaba el explorador.

Cazó una, cazó dos en plena selva ecuatoriana. Qué disparate.

 He leído el periódico. Trudeau, el presidente de Canadá, ha dimitido. Me parece que este pollo ha metido todo el rollo woke en ese país. Que le vaya bien. Bastante daño ha hecho. Ha muerto Le Pen padre, otro radical. Y dejo la política. A la orilla del río sembré patatas y salieron cangrejos con alpargatas. Me gusta la palabra alpargata; es como si llamaras tonta a alguna: jodía alpargata o quítate del medio so alpargato. En fin. Hoy me he despertado (no cabe decir amanecido) contento y feliz de estar en el mundo y no sé por qué. Mi hermano dice que estos blogs son derrotistas. No veo yo la derrota en estos blogs. Bueno, solo leyó dos. Entonces, ¿cómo va a juzgar estos blogs? Ayer por la noche tenía yo el diablo detrás de la oreja, a ver si este año 2025 vaya a salir rana. En fin. Patatas y calabacín. Podría hacer puré para mañana, un puré de verduritas rico. En fin. Yo ya no escribo más que bastante he escrito.

Fulgores vegetales surgían de la tierra en primavera.

Para que los ojos se llenaran de una luz prodigiosa.


martes, 7 de enero de 2025

 Yo cada vez vivo menos la navidad. Cenas llenas de gente, que para mí no hay. Una batahola de anuncios para que compres y compres hasta que te dejes el último euro en regalos. La coca cola y santa Claus, el champán, los perfumes, los turrones. Ya no me dicen nada. Y lo peor es que la esencia de la navidad, la encarnación de Dios en la Tierra también me deja frío. No pienso yo en ese hecho sobrenatural que consiste en que Dios baja a la Tierra. Yo solo me preocupo de pasar los días comiendo y cenando y esperando al siguiente evento hasta que se acaba todo. La noche de Reyes fue especialmente aburrida. No había donde ir. Todo estaba lleno de vallas. Todo estaba cerrado. Menos mal que ya acabó todo. No es fácil estar contento en navidad para determinadas personas.

La navidad.

Ese invento que nos venden y que luego, no es bonito.

 Mi madre era muy buena persona. Se reía mucho. Muchas cosas le causaban risa. Se sabía muchos refranes antiguos. Ella se sabía el de la gallinita con su pepita, que yo leí en "La celestina", así que ya ves. Ese libro es del siglo XV. Yo charlaba con mi madre de la familia. Mi madre no entraba nunca en culpar a nadie de nada. La verdad es que nadie tiene la culpa de nada. Es lo que le ha sucedido a cada uno lo que tiene la culpa. Es lo que decía mi madre. "Nunca falta al ahorrador que ahorrar y al gastador que gastar", decía mi madre. Mi madre contaba muchas cosas del pueblo. Estaba ceñida al pueblo aunque se vino a vivir a Majadahonda. Contaba cosas de gente que ya murió hacía tiempo y las repetía como para hacerse una idea de la vida que llevaba ella. Era su soporte, las cosas antiguas, como para mi padre. Iba cantando e iba perdiendo los haces, decía mi madre. Mi madre nos quería ver juntos y hacía la comida los domingos. Mi madre era muy buena, muy buena persona.

Había un concurso antes de ir a la universidad

y mi madre y yo reíamos y charlábamos los dos.

 La incomunicación rompe muchos lazos. La incomunicación la causan muchos aspectos. Por ejemplo, la adicción de un padre o de cualquier miembro familiar a cualquier droga, suele conducir a la incomunicación en toda la familia para tapar esa dependencia. Y así, los hijos serán incomunicativos ya de por vida. Otro aspecto puede ser una gallardía u orgullo tonto en el incomunicativo que hace que se crea alguien superior, y de ahí nace también la incomunicación. Creerse superior hoy en día es casi normal porque la cultura de hoy en día alienta a ese ser exclusivo y sobrevalorado. La incomunicación puede surgir entre hermanos cuando uno de ellos abusa del otro o de los otros, cosa que también se da mucho en estas épocas que vivimos, en las que todo vale. Pero la incomunicación ya digo, no conduce a nada bueno, solo a la exclusión y a la incomprensión de los demás hacia el incomunicativo y del incomunicativo hacia los demás. Y son situaciones muy normalizadas en esta sociedad de pena en la que vivimos.

No hables, no llames, no contactes.

Serás un extraño, un misterio, una fuente de especulación.

 Había un señor que se creía investido de unas fuerzas benévolas o maléficas, según se diera el caso. Pero la primera regla que le dio el ser sobrenatural que le concedió esas fuerzas telúricas era que debía mantenerlas en secreto. Este hombre, entonces, se volvió misterioso a los ojos de los demás. No se sabía nunca dónde estaba, lo que hacía, si vivía solo o acompañado. Casi se llegó a dudar de su existencia. Se creía que era un espíritu inexistente. Una noche evitó una violación usando de su enorme fuerza. La chica le quiso agradecer la ayuda pero él huyó en la noche y no se supo más de él hasta que un testigo vio una tarde de invierno, ya todo oscuro, cómo este hombre golpeó con un bastón a un anciano. La policía no daba con él. Nunca hablaba. Nadie sabía quién era. Pero yo, que escribo esta historia sí sé cómo se llamaba: se llamaba Luis Carrancedo Bermúdez y era de Zamora y tenía 45 años y dos hijos con una mujer. Y era verdad que tenía esa doble naturaleza dada por un diablo llamado Putifás. Unas veces hacía el bien y otras, el mal. Un día le atraparon con un alijo de bellotas y lo pusieron a disposición judicial y ya dejó de tener ese poder, si se puede llamar poder a eso.

La opulencia sincera de la casa

te dice que hoy vas a comer en ella a tu gusto, sin alharacas pero con abundancia y ganas.

Había un señor que se creía que las mañanas duraban todo el día. Se levantaba muy ufano a las siete de la mañana y ya creía que el sol no iba a bajar en las horas que estaban por venir. Hacía un montón de cosas por la mañana: hacía gimnasia, daba una vuelta en bicicleta, compraba el periódico y se lo leía muy pausadamente, hacía su comida siguiendo un recetario del año 400 antes de Cristo, grabado en piedra, de una zona de Egipto muy escondida. Comía y veía que el sol, a eso de las 3 de la tarde ya no era el esplendoroso del sol de mediodía. No se lo podía creer, la mañana caía, la mañana cedía a una tarde que doblegaba al sol a meterse bajo el horizonte. Le entraba una depresión tremenda pues la mañana no perduraba, no se mantenía, no permanecía. Se iba agotando. Y, para no ver la muerte de la mañana, a eso de las 3 y cuarto se acostaba otra vez hasta que llegara el amanecer y poder seguir creyendo que la mañana duraba, duraba, duraba.

El chopo es hijo feliz del agua y del campo.

Dejad al chopo junto a otros chopos que marquen la línea al río tranquilo y dulce.

 El gajo de la torpe luna me pide que siga, que cuente, que comente, que invente, que piense en voz alta. Así que he visto un grajo resplandecer su negro color por entre los árboles y los bloques de pisos. Grajo me parece que es lo mismo que cuervo. Son de mal agüero, eso dicen. Como el 13, como cuando te levantas con el pie izquierdo. Madrid debe de estar esplendoroso, ya sin los atavíos luminiscentes y figurativos de la navidad. Madrid desnudo, Madrid auténtico. Madrid Madrid. Y luego dicen que han pillado un alijo de coca y que ha habido un butrón en un joyería en la calle Blasco de Garay. ¿Quién fue Blasco de Garay? Luego, despacito, iré a ver a mis amigos a charlar, a contarnos algunas cosas de interés o no. Fin del acto primero.

Mucho dicen los antiguos de la palabra nuestra

para que sigamos escribiendo.

lunes, 6 de enero de 2025

 Una vez que he bebido agua y fumado un cigarrillo, sigo. Las montañas no lucían su manto blanco. Los manantiales del sur no abundaban en agua. Los animales ya no sabían cuando era primavera. Los dulces chopos que veo por la ventana están racionados, estresados, de la sequedad hartos. Qué pasará en el cielo que no llueve. Qué pasará en los campos, en las ciudades que todo es ceniciento, que la arena ha hecho un color ocre agrio para siempre. Yo camino y camino con el sol en alto, un sol que ya fastidia con su omnipresencia estéril. Los tiempos en que estamos no dan más que para ayudar al planeta, este planeta azul como los ojos de las damiselas más ardientes del burdel.

La ciudad está hecha para el orgullo de los ricos.

Los hoteles se llenan de gente poderosa.

 Hay personas que se van aislando y van aislando a los suyos quizás para dominarlos o vete tú a saber por qué. El aislamiento no conviene a nadie. Conduce a la soledad y al ocultamiento y al misterio de la persona. Pero hay personas a las que encanta el misterio de su persona. Allá ellos. Acaban mal con tanto misterio. Acaban incomprendidos de todos y ya no sabes si preguntar o no preguntar sobre su vida, tal es la incógnita que ha sembrado sobre su persona. Se ofenden cuando les insinúan que son un poco raros, se ofenden si preguntas qué hacen por las tardes, se ofenden si preguntas por algún gusto personal, se ofenden siempre porque viven en una torre oscura y exclusiva. A los misteriosos les gusta la exclusividad. A los misteriosos se les acaba un día el misterio y pasan a expresar, aunque no quieran, la morbosidad de la soledad y el anonimato.

Ese hombre está solo.

No está solo, es una soledad aprendida y custodiada desde siempre.

Hoy escribo sin el deseo de agradar a nadie, a ningún lector posible o imposible. Ayer tardé en dormirme. El día fue muy anodino, aburrido, cansino. Di un par de paseos largos pero no sirvieron para ahuyentar tanta abulia que me cargaba el corazón. Por la mañana, me he levantado de aquella manera y sigo cansado de estos días tan absurdos. El absurdo no viene solo de estas fiestas sino de un absurdo mayor que protagoniza un tonto sublimado. En fin, hay que aguantar a los sabios por su largueza en el decir y a los tontos en su anchura en el error. Solo sé que mañana me corto el pelo, pues lo tengo largo. Y el aguilucho seguía volando, volando por encima de nuestras cabezas y uno lo quiso cazar pero no lo consiguió.

Hay una discordia entre la gente.

Hay gente discordante, hay gente de la discordia, ya es un amasijo la discordia de plumas y sangre y vísceras asquerosas.

 Una cosa es la bulimia y otra cosa es la abulia. Abulia es la que estoy yo sintiendo ahora mismito. Bulimia es una enfermedad de la alimentación. No me muevo del sitio y escribo. No abandono la tarea de rellenar renglones. En Madrid la abulia es de signo burgués. Por las tierras en que yo vivo, es de signo psicológico. Menos mal que se acaban las fiestas. Este último tramo de las mismas me está cansando bastante. Son tres fiestas seguidas y pesadas como ellas solas que someten al cuerpo a una contorsión peliaguda. La vida no es de aquí, del invierno madrileño; la vida está en Río de Janeiro y otros lugares de verdadero asueto. Yo no puedo ir a ningún sitio de esos. No tengo dinero, no tengo independencia sanitaria, no tengo ni ganas. El sur también existe, luego Getafe también existe. Da amici totam amabilitam, totum cordem, totum tempus.

La amistad es muy bonita.

Mueran los que rompen amistades.

 De la caja no se escapó la esperanza. Estaba acurrucada en el fondo y la invitaron a salir y a participar en la vida del hombre. Todos la llamaron al instante pues eran muchos los desesperados por aquellas épocas. Y se sintieron un tanto aliviados por ella, por lo buena que era y porque miraba al futuro, el futuro incierto que nadie veía. Y las olas del mar depositaron en la playa una ballena y un cangrejo y una Venus con la cabeza desgajada de los hombros, así que no pudieron saber de su belleza sino solo de su cuerpo. Y luego, a la playa vino a dar un náufrago sin un pie y sin un ojo. Y el náufrago llamó Eternidad a esa isla, si es que fuera una isla y empezó a hacer filetes a la ballena y a hacer como si nada hubiera ocurrido.

Me importa poco la bola de ese.

Su bola es equivocada porque no rueda bien.

 El que más y el que menos, todos los políticos se retiran agarrando barro. Y sus primos, sobrinos, tíos, etc se benefician. La política no ha cambiado mucho desde el tiempo de los romanos. Lo llamaban la clientela. Hoy va a ser otro día como ayer en que los minutos pasarán lentos. Yo me cabrearé y la tomaré con el diablo, que fabrica males. Pero mañana ya no hay más fiestas. Me las pagarás, decía el estúpido de turno cuando se hablaba de algo que no le convenía. Me las pagarás, decía el que "yo invito y tú pagas". Y así la vida fue pasando, pasando hasta que Dios me llamó y lo mío no fue de nadie, lo mío fue de quién yo quise, lo mío no fue lo tuyo. Me tengo que cortar el pelo mañana. Es lo único que sé.

Quedarán los pájaros cantando.

Y volarán también al crepúsculo dorado.

Ni siquiera sé si tengo ganas de escribir. Para todo hace falta un acicate. Nos preguntábamos sobre el motivo de la muerte y uno dijo que había que dejar espacio a otros. No solo físico, también las ideas que traen los que vienen detrás se impondrán y buscarán su espacio. Los niños de ahora se irán imaginando otro mundo, con otras particularidades que no hay ahora y las impondrán. Quizás dentro de 60 años ya no haya coches de combustión y las selvas deban ser protegidas con más contundencia. Quizás ya no exista el todo poderoso petróleo y sí exista el poder del hidrógeno, la energía de fusión, ilimitada y no contaminante. Vete a saber lo que hay en la Tierra de aquí a 100 años. ¿Es probable su destrucción? No la descartemos.

Tengo ganas de asomarme al futuro.

Por nuestro presente adivinarás algo del futuro.

domingo, 5 de enero de 2025

 El gobierno es corrupto desde el minuto uno. Y dejo la política a un lado y me ciño a lo literario. ¿Y qué es lo literario? Pues todo lo que está escrito excepto las leyes y los documentos administrativos y la puta publicidad. ¿Y qué trozo de lo literario escoger? Pues voy a escoger un personaje de el libro "La conjura de los necios" que yo leí dos veces. Y es un personaje que casi literalmente, vive en un bar. Y es un negro que no hace más que barrer el bar. Y cuando entran en el bar unas mujeres muy peripuestas y exigentes, el negro dice: qué bien estaría el rabo una escoba espetá por el culo de estas petardas. Y sigue barriendo, que para eso le contrataron. Y este negro es epítome de muchos de los negros de aquella época en que está escrito el libro este. Y si no sabes lo que es epítome, lo buscas en el diccionario y si no lo buscas igual da, que todos somos unos. Y yo ya voy cerrando sesión, como dicen las psicólogas atrabiliarias de este país y me ciño al menú de hoy, que son un filete y una ensalada.

Si buscas acción y aventura

no te quedes en la ciudad sino que lárgate de ella cuanto antes.

 Con este número que trae este año, se nos viene a la boca la rima fácil. Pero hay que contenerse, yo creo. Como contenemos los eructos y otras cosas peores. En fin. El caso es cumplir días y cumplir años y no morirse en el intento. Saldremos adelante como sea, hasta perdiendo dinero y salud poco a poco. Lo mejor es cenar poco, irnos a acostar pronto y ver la madrugada cómo viene. Lo peor es andar haciendo el gilipollas en el corte inglés. Y el que no esté para casar, que no se case. Y el que ande mal de la cabeza que la asiente de una vez, aunque valga el remedio una ostia bien dada. Y el que no esté colocado que se coloque y al loro, que dijo el hi..., el alcalde tan majete que había en Madrid. Y ya casi no escribo más porque no sé ya qué decir de unos y de otros y el humor no me sale así que doy por terminada esta parrafada de andar por casa y por la calle. Un placer escribir esto y adiós muy buenas.

El ser humano yerra con contumacia.

El otro ser humano se queja de los yerros del otro, pero de nada le sirve si no hace nada más que quejarse.


 El gobierno huele a puchero enfermo. Y dejo la política. Un ama de casa sabe más economía que muchos economistas que salen con gráficos y números a asustar a la gente. El dolor de vivir prosigue, no nos deja. Solo con cumplir años, ya está el dolor ahí, haciendo la mellita acostumbrada. Pero vamos a introducir un pequeño bosquejo del humor. Yo me leí, hasta la página 20, un libro de Groucho Marx. Menudo rollo. Ese tipo es bueno ante la cámara. Ante el folio en blanco, no hace reír a nadie. Y el pequeño bosquejo humoroso que yo pretendo no sé si saldrá pero lo intentaré. Decía la pobre mujer que mandó al marido a por patatas y lo mató un camión, ante la pregunta de las vecinas, que le dijeron: Marisiña, ¿qué vas a hacer ahora? Y Marisiña contestó: tendré que hacer lentejas. Y espero que este pedacito de humor sirva para tapar tanto desabrimiento que hay por el mundo y la munda, que diría el tonto sublimado.

El humor es difícil, ya que el ser humano se dedica a fastidiar al otro ser humano.

Con estos gustos del ser humano, al otro ser humano le quita las ganas de reír y hacer humor.

 Los buenos escritores echan mucho culo y lo tienen pelado de tantas horas estar sentados frente al folio, esté este en blanco o emborronado. Los buenos escritores no tienen amo, van por libre y ganan los premios como el Planeta y otros y ya van tirando. Los buenos escritores viajan mucho y dan largos paseos por Venecia y Turín y Londres y Salzburgo y algún pueblo perdido y van observando escenarios donde poner su crimen o a una mujer infiel o al loco o al mendigo o al monstruo. Y ya te digo, después de pasear y pasear narices, oídos y ojos por muchos sitios van dando forma a un lugar en sus escritos que huele distinto, que sabe distinto y que luce distinto a lo que ven todos los días. O se dan muchos paseos por todos los sitios o se clausuran en una hemeroteca y van leyendo de estos o de aquellos y lo apuntan todo y luego, hacen su novela. Los poetas no. Los poetas se meten en casa y hacen un viaje interior por sus sentimientos y de ahí sale la estrella infeliz que habita el cielo sin pretenderlo.

Novelistas y poetas: gente obnubilada 

que persigue escenarios y la palabra sonora.

 Dimite y vencerás. Pero no es así. Es divide y vencerás. La pelea no es izquierdas y derechas sino el ciudadano contra todos ellos. Y dejo la política. Voy a leer un poema de algún poeta que anduvo solo y con la imaginación rondándole y sacaré alguna conclusión a este mar de confusión en el que vivimos. Pero no quiero ponerme importante. Lo que pasa es que el humor no aparece. El humor es mejor que la crítica, pero no acude con facilidad. No soy yo muy humoroso. Leeré el poema. La poesía ayuda al ánimo a vivir poderoso. Y la poesía enmarca las vivencias oscuras. Y la poesía se encarna con palabras. Y los poetas tienen un oficio aparte porque si no, se morirían de hambre.

Es bonito hacer poemas

que nadie leerá. Es bonito leer poesía antes que ver la tele, eso sí.

 Gloria Fuertes es una poetisa con mucho humor. La dama de las camelias sufrió de amores y la hormiga atómica soluciona cualquier caso de abuso entre los insectos. Hay un ciber insecto entre mis escritos. La revolución del hidrógeno fusionado llegará y el mundo será libre o se matará. Energía por doquier. Yo lo que digo es que la vida es terca en envidia y mal querer. No debemos querer a uno que no quiere a nadie. Si no sabes querer, vete del pueblo. Como decía Gila: le pusimos un petardo en la oreja y no aguantó la broma. Bueno, burla burlando ya van unos renglones escritos. Yo me voy a Berlín, aquí no hay quién viva. La vi ayer, me reí mucho. Tú eres tonto chaval. El café está ya a dos euros. Aquí no se puede vivir. En Berlín habrá trabajo para gente como yo, supongo. Y no habrá tanto ladrón inmundo, supongo. Vete ya que te quitan el puesto. Adiós.

Hay gente a la que solo vivir ya le cuesta mucho.

Una oración pido por los deprimidos de este mundo.

Las cosas andan soñolientas, raras, azufradas y carísimas. Llegó el doncel de la triste sonrisa y dijo: aquí estoy yo. Comer turrón a deshoras empecina el estómago, lo pone mal. Torcaces y avefrías andan por el suelo que pisamos tú y yo o andan por las ramas como hacen algunos después del triqui-traca y daca y luego yo no he sido, claro. España, país de drones y ladrones. España emputecida, España torcida y fea. Señor juez: algunos se están riendo de los ciudadanos que le mantienen en el puesto. Haga algo. La cosa es ir tirando sin civismo ni orden, sin orgullo y poniendo el culo, amén. Manifestaciones ya. Contra todo y contra nadie, contra la corrupción. No haremos nada, me temo. Las hormigas son el modelo ideal de civilización: imitémoslas. La civilización del amor también vale. Y nos dicen arre y  después so y obedecemos.

Lo que pasa en España pasa en cualquier lugar.

Españoleando que es gerundio.

sábado, 4 de enero de 2025

 Yo no soy una persona que tenga gran capacidad lectora. Me cuesta mucho concentrarme. Pero voy leyendo de lo que pillo. Una novela puede aburrir si nos habla de cosas ajenas a nosotros o cuenta la historia de manera confusa y aburrida, sin tener en cuenta que las historias han de tener un punto de tensión hipnótica en el lector que se consigue con la musicalidad de la frase y la continuidad de la sorpresa en cada capítulo. Cada capítulo ha de tener algo nuevo que nos conmueva por dentro y haga que el relato avance. Una muerte, un encuentro, un dinero que aparece de improviso, un giro de la fortuna, hace que la acción avance y deje de ser monótona la plasmación de la escritura contadora. Así que yo digo que hay que leer porque se aprende, se labra un gusto estético por la palabra contada y se pasa el rato divinamente.

Los libros son siempre amigos, nos acompañan en un camino o una aventura.

Demos a los ojos libros.

 Juan Ramón Jiménez escribió las poesías más bonitas que yo he leído nunca. Otros poetas también escribieron grandes poemas pero no de la pureza lírica del onubense. Yo transito por los campos de la literatura disfrutando de la buena prosa y de los versos ajenos. Ayer, en una biblioteca leí unos párrafos de "Madera de boj" que creo que es la última novela que escribió Cela. Y me gustaron mucho. La gente debería leer a sus poetas y novelistas patrios. Algo saldríamos ganando. Pero la gente no va a las bibliotecas a leer. Va a estudiar. Y los libros se sienten tristes porque nadie los abre y los lee. Los vates y narradores de la patria fijan el idioma común, abren campos nuevos a las realidades humanas, inventan metáforas y párrafos expresivos y amenos para los ojos del lector. En fin, leamos versos, leamos novelas y aprenderemos y nos regocijaremos con lo que otros inventan.

Yo he leído novelas para aburrir.

Me refiero a la cantidad, no al propósito.

 Yo que he sido lector por dos veces de la novela "1984", de Orwell, opinaré sobre ella. Orwell vino a España a defender la república. Y vio y sufrió todas las ideologías en su ebullición. Primero escribió "Rebelión en la granja" que es otra distopía sobre una dictadura. Orwell fue muy pesimista. Creía que la política nos conduciría a una dictadura de todos modos. En estos tiempos, en España, la política nos tiene divididos, cualquier cosa que digas es delito de odio. Delito de odio es una neolengua. No ha existido nunca un delito de odio. Han existido delitos, ni más ni menos. Pero volvamos a "1984". En esta novela, el Gran Hermano lo controla todo. Todo el mundo está vigilado con las telescreen. Todas las noticias son falsas. Siempre hay guerra. La gente cada vez vive peor. Se fuma tabaco de la victoria y se bebe ginebra de la victoria. Siempre huele a col hervida. Existen los proles. Pero Orwell no cuenta para nada con el progreso humano y la ciencia. La política vale más que la ciencia. No hay ciencia por ningún lado en "1984": solo hay política. Una política horrible que existe por el poder. Un  poder por el poder. Un poder que no conduce a nada. "1984" es la novela por excelencia de un poder omnímodo que se perpetúa eternamente. A mí no me gusta esta novela porque es demasiado cerrada en su planteamiento, mata toda la libertad humana. No creo que llegue ese sistema al mundo nunca. Pero sí llegan cosas que se retratan en esta novela, como el afán de cambiar las cosas por el hecho de cambiarlas o destruir las que había.

Las distopías son como las utopías.

No existen. Son una creación exagerada de lo que existirá pero no existirán nunca.


Me gustaría hacer un blog de cachondeo sobre todes y niñes pero sería un coñazo. Los tontos sublimados repiten consignas, no tienen criterio ni cultura lingüística. Dicen lo que dice el partido. Un tonto sublimado dice que la economía va como un cohete, no ya como una moto. Por los puertos de Cabra me perdí un día. Amanece que no es poco, una gran película de mucho humor en el culo, un dicho muy acertado por otro lado. Mira cómo canta el pajarito no es lo mismo que mira al pajarito que te voy a retratar. El presidente ya se ha retratado, qué tendrá el presidente. La princesa está triste. La de la boca de fresa. No me sale el humor por ningún lado y esto se está acabando. No hay criterio narrativo alguno. Son frases sueltas. Es para los niños, decía Rosalía de Castro, digo, Gloria Fuertes. Otra vez otro rollo de gobiernos y lujos.

Yo me parto de risa.

Pero luego a ver quién me junta.



 Dominaremos el mundo con una neolengua, dicen los poderosos. Lo que pasa es que antes hay que cambiar la realidad. Lo trans, ¿mola? A mí no me mola nada. Pariendo sandeces y mentiras este gobierno se supera día a día. Un 2 por ciento de no sé qué, que más da lo que diga el vocero de turno. Yo enviaría una carta a un juez y le diría: por favor, usted está viendo, como yo, cómo se ríen de nosotros los políticos, cómo al ciudadano de a pie, que le mantiene a usted en el puesto, le faltan al respeto impunemente. Dé el merecido a esos que han robado del dinero público. Lo que pasa es que con los gobiernos socialistas no hay manifestaciones ni huelgas, hagan lo que hagan. Pero no quiero hablar de política. Hagamos una enorme raya y sigamos hablando, qué sé yo, de la mañana nublada que se ha pegado a mi ventana. Y va bola. Y nos olvidaremos de todo esto más pronto que tarde. Y a los cien años todos calvos. Y cien años de soledad que no los vive casi nadie. Y no hay mal que cien años dure.

Salir por la mañana y andar y andar hasta el confín del pueblo

donde nacen los caminos que van lejos...

viernes, 3 de enero de 2025

 La lengua trabaja por la ley del mínimo esfuerzo, como tantas cosas en la vida. Así, es una necedad decir: los españoles y las españolas etc. Con decir los españoles todo el mundo se da cuenta de que hablamos de las españolas también. Menos los feministas. Y no digo "y las feministas" por la misma razón. Porque feministas somos todos, como Hacienda, que también somos todos y no digo "y todas" por la misma razón que aduje antes, la razón del mínimo esfuerzo. Es como si hicieras en la hormigonera dos tandas de cemento cuando con una tanda tienes. Y esto tan sencillo de comprobar y de ver en todos los terrenos de la vida diaria, pues en la lengua no se ve y así, hay que decir quizás, pájaros y  pájaras y otras gilipolleces del estilo en ciertos ambientes igual de gilipollas. En fin, las leyes, estos días absurdos que vivimos, solo valen para hacer más difícil la vida del obrero (y no digo obrera), sacar dinero a todo el mundo y confundir a todo el mundo y no digo munda, que habrá algún tonto que lo diga.

Pájaro y pájara.

Qué bien y qué pronto, le dijo la tonta al tonto.

 Ya he echado unos tragos de agua y continúo. Continúo por una senda por la que han ido pocos y, esos pocos, a lo mejor errados. Me refiero a la senda de la imaginación que surge de las palabras. Todo es relativo. Encumbran a uno y otro está calladito escribiendo, escribiendo. El que dice las verdades incomoda porque la verdad incomoda, ofende, martiriza. Los lunes son los lunes, no hay modo de que sean viernes. Los aterrizajes forzosos dan mucho miedo, pero hay que hacerlos de vez en cuando, cuando algo falla. El amor a los semejantes no es inaudito en la Tierra. Ya amaron mucho muchos hace ya un tiempo. Me divido en siete y salen trozos de fe por algún lado. Yo ya no soy el que era. Nadie es el que era, pero casi no hay ni que afirmarlo. Yo soy ese que dice la mar y lo sencillo.

El chopo tiene su alma y la más tierna brizna de hierba.

Y Dios nos hizo así, como al chopo.

Cuando la luna es un cascabel; cuando el sol es una gigantesca farola, estamos en terrenos poéticos. La poesía, mejor con una jarra fría de cerveza, sin alcohol, eso sí. Y ya contamos aquí la historia de ese hombre que estaba en la terraza, en pleno mes de agosto, tomándose un vinito, acariciado todo él por la ligera brisa del mar. Qué placer irrepetible. Andando los días, quizás yo pueda hacer lo que hizo este señor. Pero qué pereza da acercarse al mar para que la sutil brisa marina te empape de felicidad. Solo fue una tarde, pero una tarde memorable, de las que dejan huella en el calendario. Y así, yo llego a la playa, coloco la sombrilla para hacer frente al astro rey y me voy al mar, a ese mar tan grande que no le veo el fin.

La trágica alegría de desear

es dada a todo el mundo.

 Con 55 años, la noticia de la muerte ya no te es tan ajena. Pero líbreme Dios de todo mal o me colme de todo bien. Ya los días pasan raudos y casi sin hacer nada, se te pasa la mañana y el día entero. Patidifusa y asombrada, va la chica a hacer los recados. Dormía el león y nadie osaba despertarle. Dormía la oveja y estaban todo el día impacientándola. Mi madre fue buena madre. Los rayos del sol que caen a mediodía levantan con su luz a las cosas y las hacen visibles. Al albor del día, nacen también las ideas de renovarse y vivir de acuerdo con la naturaleza. Hoy es viernes. Viva el viernes, pues. A vivir como sea, donde sea y cuando sea.

Despacito, pasín a paso, 

se va lejos.


jueves, 2 de enero de 2025

 Dice la prensa francesa que a Baroja no se le ponía tiesa. Yo escribía para pasar el rato, Ana Mola confiesa en el mismo diario. Dormir es el placer de los que sufren por el día, pero no nos engañemos: hay una ocasión de reír en las horas iluminadas. Por lo menos una, dicen los psiquiatras más entendidos en la materia gris. Yo, por lo menos, me río de Janeiro, me río de agua y me río hasta mearme. Y eso que Sánchez no es materia de broma; si no, nos reiríamos hasta la muerte. Se ha puesto de moda ese apellido porque lo lleva el presidente pero yo conozco a Martín Sánchez, pastor por las tierras de Zamora. Y me reí más con él que con este siniestro presidente del pucherazo. Para puchero, las lentejas que voy a preparar. Stultium numerus infinitus est. Colócate y al loro que es de oro.

Pásmate de lo que está pasando

y te parecerás al rey pasmado, de él abajo ninguno.

La nanotecnología la practican mucho en Valencia. El arcipreste de Talavera tenía un cipote. Pon tú el adjetivo. Las amas de casa ya no existen a ciertas edades, las edades de las amas de casa son unas cuantas. Duérmete y soñarás. Despiértate y verás el mundo este tan material y gris. El romanticismo está muy bien pero hay que comer y vestir todos los días. Y eso cuesta no solo dinero. Dedicación, para qué te quiero. Para luchar contra el taedium vitae de todos los días. Dicen que Cela se bañaba con agua de sifón y así disimulaba. Los días pares de cada mes no se qué tienen que me aparejan al aburrimiento. Mañana, al dentista. Y pasado, al nutricionista. Que la coja la que ande más lista. Gloria Fuertes tenía un vozarrón de galerna de Irún.

Pasmarotes hay bastantes por la calle

Yo me quedo pasmarote de ver la vida cómo va.

 La nanotecnología está pensada para los gnomos. Acaríciame y luego, ya veremos. La bioquímica se multiplica en estos estados de la nación imperante. Bulgar se escribe con v pero a mí no me da la gana. Gilipoooooollas, decía el hombre sentado en un banco a un viandante. Correr tras una quimera le es dado a cualquiera. Ir romera y volver ramera le pasa a cualquiera. Hoy, lentejas, por cojones y porque las puse en remojo ayer noche. También los chorizos han tenido algo que ver y la cebollita. Pan no hay. Pero qué lindos ojos en frente de porcelana, por Dios. Utilízame para tus fantasías eróticas. Yo no huyo nunca, sino que corro delante de un rufián. Ya van las cuarenta dos veces, qué abusón del naipe.

Si yo te dijera que follo dos veces a la semana...

Una quimera dada la situación.

Virginia Wolf no se lavaba muy a menudo. Bienvenido a la universidad de Salamanca. Alcolea me parece que está en Alicante. Sufro y fumo. Oceano conciso. Diccionario de sinónimos y antónimos. Mamporro. Coscorrón. Golpe. Golpetazo. Me voy a ir este verano a Torremolinos, antes de que las hordas turísticas arrasen con todo. De es una preposición indica lejos de y temporalmente cuando. De un tiempo a esta parte, los días han dejado de bailar encima de las mesas para mi solaz y solaz de mi cuerpo. Acude cuando te llamen a la guerra que va a empezar pues la política ya no funciona. Putas al poder. Cómo me alegraría comer multiplicados paces y panes por la mano de algún demiurgo. Paz, qué dolor invocarla porque no se cumple. Yo ya me iba. La sinrazón que a mi razón se hace...

Los disparates de Goya son aburridos.

Molan más los disparates de P. Sánchez.

 No es vivir la vida, es sentirse vivo. Stop pintadas. Castellanos a la huelga. Yesca. Es el momento de avivar las brasas del día para que calienten un ánimo que está por los suelos. Mil días iguales, mil días multiplicados por uno. Hasta ahora nunca me habían dado miedo los aeropuertos. Temo que no encuentres el camino de regreso. Pasaban horas rostros. Creo que anunciaron tu vuelo. La noche atenúa fuertes pasiones. Para no tener que pensar lo mejor es no sufrir. Si sufres, piensas y lloras. Piensas cosas negativas, que te llevan a la depresión y lo pasas mal.

Desde ahora mismo, proclamo mi condena para todo el año:

taedium vitae.



miércoles, 1 de enero de 2025

 Las horas hermosas se sucederán después de este primer día del año. Y la gente que nos aprecia pertenecerá a esas horas hermosas. Charlaremos hoy como charlaremos mañana de cosas bonitas al entendimiento, si es que hay entendimiento. Y todos, enfáticos y felices, veremos las palabras como aliadas y no como engaños que fabrican otros. Somos hijos del amor desde los primeros días de la creación. ¿Por qué negarnos a ese origen cuando todo fue bello y bondadoso? Todos nos queremos aunque nos cueste reconocerlo. Todos queremos ser amigos del otro más que enemigos. Este primer día del año, tan tranquilo en acontecimientos, debería servir de vara de medir para todo el año.

Mírate al espejo y dime lo que ves:

una persona que, sin las demás, vale muy poco.

 Hay quien pretende regir toda la mar, con lo grande y espantable que es la mar. Hay quien paga voluntades para que lo alaben y entronicen. Hay quien quiere siempre reinar sobre los hombres y mujeres. Pero caerán. Caerán todos los que todos los días se hacían presentes en miles de pantallas. Caerán. La mañana disuelve en luz lo que unas horas antes era negro. La luminaria cotidiana no falla a aquellos que viven de la paz de todos los días. Este año será bueno. Este primer día del año merecería repetirse en días siguientes. Este uno de enero de 2025 debería ser unos de enero con la calma que ha venido. Toda la lluvia que ha caído en este año en mi pueblo cabe casi en mi puño. Viva la civilización del amor. Viva la vida. Vivamos nosotros por mucho tiempo, amén.

Despachemos estrellas 

como el que despacha panes.

 Estoy un poco embotado frente a este primer día del año, estoy frente a la página en blanco como un asombrado y despistado hombre de letras sin inspiración. Pero voy escribiendo, como ves, hasta la última línea. Es un despropósito querer que este día de hoy se repita mañana y pasado y así todos los días. Es una especie de ilusión tonta. Pero todos tenemos en nuestras manos, con un esfuerzo de la voluntad, la posibilidad de que todos los días sean primeros de año. En cuanto mañana se espabile el año, ya nos castigarán los días con sus aprietos. Pero debemos luchar para que la paz que hay en las calles hoy dure un tanto en nuestras vidas. Debemos luchar para que la felicidad que ha habido ayer y hoy perdure un tanto en los días que vienen, acoger la magia del año que muere y nace en nuestro corazón y hacerlo perdurable.

La belleza dulce de frente para abajo

aquí se muestra, como una ofrenda venida de otro mundo.

Ojalá este año venga con salud para todos. Es lo mejor que nos podría pasar. Ojalá este año venga con la ilusión que tienen los niños por cualquier cosa. Ojalá este año acuda raudo a la llamada de lo sencillo y amoroso. La civilización del amor venga a nosotros. La sucesión de los días es muy arbitraria pero yo quisiera cierta mantenencia de la salud, lo digo otra vez, y la ilusión. Ojalá este año selle el cariño de las gentes, reúna lo mejor de nosotros hasta hacerlo verdadero. Ojalá este año venga con paz y el deseo de ser felices por bandera. Ojalá venga este año dulce, fructífero y apaciguado por todas partes.

Cruzaremos el umbral de un mundo mágico

para ser más que humanos, dioses ciertos.

 La mañana trepa como una cucaña, como una colmena hacia su cénit, hacia su realización plena a mediodía. El sol, él solo, hiende el cielo con sus rayos beatíficos, ilumina el día, lo hace amable a la vista y a la piel humana. Todo es creación, todo es alborada mientras yo, bajo mis ropas, humillo la cabeza, maldigo mi suerte, agito en mi alma un dolor que atisbo un rato frente a la ventana: el primer día del año es muy tranquilo, no hay ruidos de coches ni de gentes, diríase la calle desierta de ciudadanos. Diríase la luz no acompañada, diríase el primer día del año 25 un poco raro. Hoy, como ayer, como todos los días, está el hombre enganchado a una quimera que no baja de la altura, que no se allana nunca, que se niega.

Los años rumorosos ya pasaron

dejando en mí el recuerdo de una canción alegre.