viernes, 31 de enero de 2025

 En el horario que me daban al entrar en un instituto, quizás había un día o dos que no tenía que madrugar. Entraba, a lo mejor, a las 10, pero salía tarde. Las últimas horas de los viernes no las quería nadie pues los alumnos ya estaban hartos de clase y solían estar muy revoltosos. Esas horas las tenía yo que vivir con mucha dificultad. Pero, al cabo de dos clases de esas horribles, de mucha indisciplina, inventaba yo una forma de pasarlas más entretenidas y llevaderas. Y así, llevaba el periódico al aula, después de habérmelo leído, lo comentábamos (lo que se podía comentar) o les pedía a los alumnos el día de antes que trajeran recortes de revistas para hacer un collage. Todo valía para pasar una hora sexta de forma tranquila y relajada. Lo agradecían ellos y yo también.

A la vida hay que hacerla ligera a veces.

Para que todo pase más rápido.


 Había un alumno en un instituto de Alcalá de Henares que se había aprendido un montón de batallas y las contaba en la pizarra para asombro de toda la clase. Se sabía tanto batallas entre romanos y cartagineses como las de la II Guerra Mundial. Nos las mostraba con círculos y flechas que querían decir las tropas que entraban en una ciudad o los aviones que bombardeaban esa misma ciudad. Me hice muy amigo de todos ellos, de todos los alumnos que eran compañeros del contador de batallas. Era una clase muy especial de alumnos con dificultades de aprendizaje, pero logramos hacer una piña ellos y yo y las clases que di en ese curso fueron muy gratificantes para ellos y para mí, se salieron del contexto académico y las lecciones tenían para ellos y para mí un significado más grande que el mero dictado de unos conocimientos. Sacamos ideas sobre la amistad, sobre el futuro, sobre la vida... Me sentí muy bien con ellos.

Saborear la vida junto con personas queridas

es lo mejor que te puede pasar.

 Cuán bella es la vida y no lo vemos. Solo el dibujo que hace el sol por las mañanas, desparramándose de luz por todo el orbe, daría de qué hablar a los poetas por semanas y semanas. Todo lo creado tiene su perfección y su salero. Alcanzan las nubes ese cielo con la dejadez de lo suave y lo olvidado. Me he paseado por la calle, después de unos días de cielo encapotado y he visto las esquinas relucientes y los reflejos del sol por todos lados. Ando tranquilo y las gentes vienen de sus casas a la calle, a pisarla y a llenarla con su vida. Andan algunos cabizbajos y otros altaneros y soberbios. En mitad de esa diferencia está la verdad de la existencia. Llego a la cafetería, tomo un café y leo el diario y ya todo me parece extraordinario.

La vida es un misterio en el que unos disfrutan de lo que ella da.

Y da para todos, si lo queremos ver.

jueves, 30 de enero de 2025

 Dice un verso: mi pequeño tesoro quiere ver cosas. No sé lo que veía yo de pequeño pero he vivido en un plaza, en una plaza se desparramó mi infancia. Aprendí a montar en bicicleta. Aprendí a jugar al fútbol. Aprendí que quería ser mayor, tener responsabilidades conmigo mismo. Y no ha salido mal ese deseo de ser mayor. Burlé el oficio de taxista. Fui profesor. Escribí mis historias. Y luego, pasé mi vista por mi casa y cargué con errores ajenos. Mi hermano gemelo es mi hermano gemelo. Eso no lo discuto con nadie. Estuve un tiempo junto a una chica. Mi vida no ha sido de mucho hacer maletas. Pero estoy contento con lo que soy más que con lo que tengo.

Si eres alguien, 

no te hace falta mucho dinero.

 El insomnio de los lavabos acecha a las mujeres desnudas que, de madrugada, se levantan de sus lechos, acuden a la necesidad, ansían el dolor del sexo abierto. No son mujeres cualquiera sino las que quieren probar lo nuevo, lo prohibido. Están estas mujeres vigiladas de día, con cien ojos encima, con el calor de la vergüenza todo el tiempo en sus caras. Estas mujeres barren los dormitorios una y otra vez y limpian los insomnes lavabos antes de irse a acostar. Estas mujeres viven la distopía de la nueva sociedad, viven la dictadura del gran hermano y sienten sobre sus cuerpos las órdenes del ministerio del amor. Hoy, las mujeres están atrapadas por una política errónea y confusa.

Mirad a las mujeres quejándose.

Siempre hay una queja en ellas. ¿No podría ser de otra manera?

 Cuando hay tensión entre las personas en cómo ven el mundo, la comunicación entre esas personas, se rompe. Yo he hecho cosas en mi vida que casi me parecen increíbles, como haber podido ser profesor 20 años. Yo he visto profesores que han tirado la toalla y han dicho que no a enseñar. De esos me consta que hay muchos, que no siguen adelante. Yo he seguido hasta el final. Y estoy orgulloso de ello pues he conseguido una meta con la dificultad de ser enfermo mental. Lo cuento en un libro que se llama así: "El profesor enfermo". Y todo lo doy por bueno en mi vida. Hay otras personas cabreadas con su forma de vida. No han alcanzado metas por sí mismas, todo ha sido un poco dado y reniegan de sus propios logros porque no los creen suyos. Y desean más que nadie tener más que nadie. Y así les va. Mohínos todo el rato y enfadados con el mundo.

Que nadie te dé nada en esta vida.

Así no tendrás que estar agradecido siempre.

 Somos lo que somos y no lo que tenemos o pretendamos tener. Y, además, algunos, por el tener, han dejado de ser lo que eran y han llenado su vida de error. Hay mucha gente que se compara con el que más tiene, no con el que menos tiene y sufre por ello. La vida es corta y no es necesario llenarla de deseos que nunca se cumplirán. Eso de los deseos no de ser mejor sino de más tener es una trampa que pilla a muchos y les deja en la cara una mueca de descontento continuo. Disfrutar de lo que uno tiene bastaría para hacernos felices y no desear. Es como el chiste: papá, yo de mayor quiero ser hijo puta. ¿Cómo dices eso, hijo? Sí, porque tú dices: mira el hijo puta qué coche tiene. Mira el hijo puta qué chalé tiene. Hay que desear ser mejor nosotros mismos, mejores personas, y, para ello, hace falta una cura de humildad y no tanta soberbia. La soberbia mata todo lo que tenemos dentro de nosotros, lo que realmente somos.

Pide a la vida riquezas que no tienes y te amargarás.

Pide a la vida por tus seres queridos y te alegrarás.

miércoles, 29 de enero de 2025

 Se deslindan los caminos y cada uno va a un sitio. Yo conozco mi camino y me deben dejar caminar por él. Hay un grupo de muertos detrás de la puerta que juegan al dominó. No traspasan la puerta. Es demasiado para ellos porque están muertos. Son como gatos podridos que se encharcan de luna llena, son como peces fríos que nada dicen a los semejantes. ¿Quieren a alguien esos muertos? No se sabe. Quieren demasiado a la moneda, a la pobre moneda de cobre, eso sí. La quieren con toda su alma, la quieren en sus manos. Oye, dicen, vente al bar y pagas. Y un perrito como un niño va y paga. Uno invita, el otro paga. Y nunca compran pasteles para celebrar los cumpleaños infinitos de sus hijos. Nunca están porque se han enfadado. Nunca perdonan ya porque el rencor lo llevan como una montaña, como un barco enorme, como el mar entero.

Piensan en dinero. 

Piensan como heridos, como seres dormidos, como dolores.

 En tus caderas se tiende Apolo, se hace luz de la mañana en el tibio corazón del temeroso. La gente no quiere hablar. O tiene prohibido hablar. O es mejor que no hable. Los que no llegaron nunca al umbral de mi casa no tienen derecho a enseñar la mano. Fuimos dos barcos por el mar mientras se agitaba la tormenta. Las lenguas que llaman por teléfono no calman las olas, las hacen más feroces. Nada se resuelve por teléfono. Luego se llama, todo resuelto, y dicen qué tal. Bien. Pero no acuden a este techo que cobijó todo. Y los que quieren mandar no saben mandar por su exceso de orgullo y porque pecan de gandules y no cruzan las jambas de la locura aquí ni allí. Y se van de vacaciones y llaman al enfermo y le ponen peor. Y no saben nada. No saben nada.

Qué mal está todo.

Pero hay ejércitos detrás de ti que no concibes ni en sueños.


 Tu esquiva soledad te conduce a los hoteles. Allí montas un pequeño tinglado de palabras durante toda la tarde y lo envías a los grandes hombres y mujeres que viven la vida tranquilos porque no les pasa nada. Y sales del hotel de noche y paseas por la ciudad que destila una lluvia menuda como el ombligo de un niño. Antes de ir a los hoteles, ibas a la montaña y a los castillos y a las afueras de los barrios de Madrid a ver si los dioses tenían alas o no. Y ya dejaste aquellos viajes de ir andando por el sendero hasta la laguna. Y ya dejaste de dar besos a una mujer. Y ya dejaste de hacer kilómetros en un coche barato como la coca cola. Y ahora temes una enfermedad, un desliz, una debilidad. Pero yo soy yo y no lo que tengo.

Mira mi nostalgia cómo fluye.

Mira ayer y ayer era distinto.

Paco, por estas fechas, el año pasado, ya dio señales de que estaba mal. Le entraba un enfado grande y decía cosas incoherentes. Me insultaba y estaba cabreado. Se pasaba la tarde viendo la tele, un programa de charlas de derechas. Y hacía cosas raras como un día que fuimos a pasear y de tanto correr, se lesionó la pierna. Paco no estaba bien porque su psiquiatra le dijo que se quitara él mismo la medicación. Se llama Izquierdo esa psiquiatra (hace honor a su apellido) y todavía sigue en Salud Mental supongo que haciendo de las suyas. Mi hermano ya pidió que le cambiaran de psiquiatra. Todo estalló del todo hacia la semana santa, a finales de marzo. Estuve con él todo abril y el 5 de mayo por fin ingresó. Mi sobrino vino a buscarnos en coche y yo se lo agradeceré siempre. Nadie intervino.

Quieres ayudar quizás y llamas por teléfono.

Pero así no es.

Cuando estuve junto a Eva, los dos juntos dábamos muchas vueltas por ahí. Íbamos a Manzanares el real, íbamos a Cotos, a Navacerrada, a Segovia, a Salamanca, etc. No tenía yo conciencia en esos años de que otros pudieran mandar sobre mí. Los que podrían mandar sobre mí, no hicieron apenas nada cuando las crisis de Paco. Tendría que estar yo enfermo o Paco y yo enfermos para que alguien mandara sobre mí o sobre nosotros, diciéndonos qué deberíamos hacer. No sé si deberíamos dejarnos mandar o no si los dos estuviéramos mal, no se ha dado el caso. Imagino a veces qué pasaría si a mí me diera el cáncer: qué haría yo. Qué harían los otros. En fin. Desde que no viajo lo suficiente me da qué pensar en si yo estuviera vulnerable a una enfermedad y en esos que pudieran intervenir. Pero la verdad es que somos lo que somos, no lo que nos ocurre.

Si eres débil, otros actúan.

Para mejor o para peor.

martes, 28 de enero de 2025

 Todos los filósofos coinciden en que la vida es corta, muy corta. Este hombre desafió a los filósofos diciendo que no, que la vida era larga. Crecieron sus hijos dando algunos problemas, pronto cumplieron 15 años o más sin darse ni cuenta ni los hijos ni él mismo. Y se puso en los 60 años. Y a esa edad es cuando dijo que la vida era larga, cuando se había dejado años y años atrás en el mero recuerdo. Y decía que haría grandes cosas ahora que había cumplido 60 años. Y la gente se rio de él hasta más no poder. Y no hizo otra cosa que cumplir más navidades y veranos sin poder hacer lo que él quería porque no tenía ni dinero, ni ganas de hacerlo ni edad para hacerlo. Se le oyó decir un día, para su cuello: sí, la vida es muy corta. Cuando lo dijo ya tenía 76 años y murió a los 79. Algunos pensaban que qué vida equivocada vivió al pensar que la vida era larga. Larga fue su estulticia, quizás.

Admitamos eso: que lo que se nos va de entre las manos es la vida, que de pronto son años.

Y no hagamos dramas y tragedias que sientan muy mal al estómago.

 La cabeza y el corazón se le fue llenando de cólera, de una cólera pequeñita que bastó para que se fuera a un rincón y no quisiera saber nada de nadie. Así pasó un día y otro hasta que ya nadie supo de él, nadie habló de él pues él con nadie quería hablar después de que la ira diminuta se instalase en su cabeza de niño bien. Y llegó el día en que se acercó. Lo hizo con sigilo, sin saludar a nadie, pues eso de saludar ya se le había olvidado. Los demás le miraron raro, como que habían estado sin verle muchos años. Parecía más delgado, más enfadado con todos, más silencioso pues no abrió la boca en todo el día. Y pasó ese día de verlo y se metió en la cueva otra vez, en una cueva oscura, sin fuego, sin cariño y sin palabras.

La luna salió pero no le alumbró

pues ya estaba dormido para todos.

 Llevamos una semana de nubosidad. Pero luego nos atiborramos de luz solar todo el tiempo. Me levanto de la cama y en la casa no hace apenas frío, me visto despacio pues mis carnes no sienten el verdadero invierno. No hay verdadero invierno pues a las 9:30 de la mañana no hace nada de frío. Salgo a la calle y lo mismo: ¿dónde está el frío? Bueno. El caso es que ando poco, ya hace una semana que no voy a Las Rozas. Me lesioné estúpidamente y no sé si la pierna responderá ante los kilómetros que pueda yo andar. En fin. La vida es como viene, no como quisiera uno. La gente puede pecar de terca, de incomprensible, de falta de afecto y hay que transigir con ella, no queda otra. Los bueyes para arar son unos, no puedes cambiarlos por otros mejores. No hay bueyes mejores a la vista.

Cabezas huecas hay muchas.

Cabezas pensantes, pocas.

 A las cuatro de la madrugada, mi hermano dejó de dormir. Pasamos la mañana como pudimos hasta que, a las 9, llamó el sobrino. Mi hermano y yo ya estábamos vestidos. Salimos a la calle, montamos en el coche del sobrino y fuimos al hospital. Yo estuve dos horas en urgencias y enfrente de un psiquiatra hasta que se produjo el ingreso de mi hermano. Al fin descansé y le agradezco a mi sobrino que hiciera ese favor por mí y por mi hermano. Yo le había llamado el día de antes muy confuso por todo lo que estaba pasando. Y él me ayudó. La sangre diferenciada de los hechos, un cable, una mano amiga, una ayuda. Gracias, Alberto.

No es lo mismo este es mi hermano

que este me ayudó.


 Un amigo puede sorprendernos por su lealtad y un familiar puede decepcionarnos por lo contrario, así que hay que deslindar muy claramente los sentimientos de unos y de otros. A la gente que dice eso de que "es sangre de tu sangre" no me la llego a creer porque a la vista está que hay familiares que no hacen ni caso a nadie. Será su forma de ser. Con su pan se lo coman. Dice un refrán: los familiares y los trastos viejos, mejor cuanto más lejos. Y puede que acierte pues en mi caso los familiares van a su bola sin contar con nadie, situación que pienso que se repite en muchas familias. Lo que me gusta es que los amigos de verdad sigan ahí. Los amigos no son como los familiares, los amigos hablan con sus amigos y no hacen diferencias. Los amigos son queridos; los familiares, impuestos.

Nací, nacieron y ahora ya ni los conozco.

El comportamiento de una persona dice mucho de esa persona.







 Estoy pobrísimo de llamadas y de amigos cuando llama hoy una amiga de Segovia. Recuerdo una vez que viví la crisis de mi hermano que fue ella con la que pude contar para, precisamente, contar lo que me estaba pasando con mi hermano. Esta amiga ha vivido vicisitudes nuevas en su vida pero no se ha olvidado de mí. Hemos hablado de su hija, de sus familiares y del pueblo. En el pueblo ya casi nadie se acuerda de ella. Pasa lo mismo con mi hermano y conmigo. Si dejas de estar presente entre los del pueblo, te olvidan, cosa que es natural. Me acuerdo cuando íbamos a la piscina juntos antes. Me acuerdo cuando bajábamos a su casa a charlar. Todo cambia. En esta vida todo cambia. Es de agradecer que se acuerden de uno. No todos lo hacen.

Los familiares han de ser amigos.

No basta solo con ser familiares.

lunes, 27 de enero de 2025

 Piensa la gente que leer es muy pesado. Incluso dicen algunos que leyendo se duermen. No se da cuenta la gente de lo que se aprende leyendo. Leyendo primero ganas el gusto por la palabra y tu vocabulario se verá incrementado quizás un 50 o 75 por cien. Sabrás explicar mejor los asuntos a los que te oigan, con más precisión. Tu lenguaje gana en precisión si lees. Te enterarás de historias que pasaban hace años o en la actualidad pues los libros son ejemplos de lo que pasa en el mundo. Sabrás cosas que te harán pensar y así, no estarás con un pensamiento único todos los días. Los libros tratan temas humanos, muy humanos. Nada tuyo es ajeno a un libro. En un libro estás tú, tu clase social, tus intereses, etc. También en un libro están  otras clases sociales, otros problemas que no son los tuyos habituales y así, podrás evadirte de tu realidad más cotidiana. Y no es muy caro: un libro suele costar 20 euros.

Leer: algo básico en el ser humano.

Me gusta tratar con gente que lee. Sabe más.

 Hay que ser algo poeta para observar cómo se comportan las palabras. De brother, surgió bro, apelativo que usan hoy los jóvenes. En tiempos en los que yo era profesor, el bro era el primo. Oye, primo, déjame un bolígrafo o te apuñalo, decía un simpático alumno en un instituto de un barrio marginal. Y así todo. Los alumnos, cuando no venía un profesor, a esa hora sabían que se aburrirían y jugaban al ahorcado, que es un juego de letras. En el recreo exhibían su jerga. Jerga es un lenguaje reducido a una profesión (la jerga informática) o a un grupo social (los jóvenes, las mujeres, los homosexuales...). Meterte en una jerga es meterte en un grupo y sufrir las penas y las alegrías de ese grupo. Y manifestarlas.

Las palabras nos dan la libertad, el conocimiento o el aislamiento.

Leyendo se sale de las jergas, de las palabras cotidianas que nos reducen el lenguaje.

 La mañana enfurece mis terminaciones nerviosas, las pone tensas y de mí surge una ansiedad que logro dominar a duras penas. Los días encapotados pero sin lluvia son asquerosos. Los bancos de los parques están húmedos. Los árboles captan esta humedad e incorporan a su savia los minerales del agua y el suelo. No llueve. El color gris franquista se enseñorea de todo el territorio que abarcan mis ojos. Hoy lunes todo es difícil porque arranca una carrera, una competición, un campo a través hasta el viernes que todo se relaja. El mundo está tenso esperando a ver qué dice el humano más poderoso de la Tierra. El mundo está en guerra, 50 guerras hay en el mundo, he leído el otro día. Qué dolor para las gentes que viven en esas guerras.

Llevamos una vida fácil comparada con mucha gente que sufre.

No nos quejemos. Vivimos en paz al menos.

 En El País aparecen historias de cantantes antiguos que son un poco rollo. En El País entrevistan a una actriz que dice lo mismo que dijo otra actriz una semana antes. En El País no hablan de inmigración, dónde van a parar los senegaleses, los malienses, los sudaneses que llegan a España sin nada. Creo que los alojan en centros y de allí se van buscando la vida. ¿Alguien les enseña un español básico? En el País se miran mucho el ombligo con entrevistas a periodistas que han triunfado en la SER. Es penoso que ningún diario recoja en sus noticias dónde van esos inmigrantes que hemos visto en TV y que nos inquietan un poco porque el choque cultural que deben sufrir estos hombres y mujeres debe ser brutal. Y no nos lo cuentan. Y el Estado no interviene. Y seguimos sin saber qué hacen estos miles de personas cuando llegan a España. Que alguien nos lo cuente.

Si yo fuera a Alemania no sabría comunicarme porque no sé alemán.

Pero el choque cultural de estos inmigrantes es infinito.

 Lo hemos visto en televisión: grupos de inmigrantes que llegan a España, a las islas Canarias, y que luego, supongo, se extenderán por la península sin ningún tipo de control. ¿Encontrarán trabajo? No saben la lengua española, no saben nada de España. Andarán totalmente extraviados por ciudades sin saber el idioma, sin saber nada. ¿Las mafias los captarán? ¿Qué será de ellos una vez que han sido rescatados del mar? ¿Encontrarán trabajo? Digo yo que se juntarán unos cuantos de ellos para darse apoyo, quizás vivan en un mismo piso unos cuantos. Quizás unos se hagan ocupas. Si las oenegés les ayudan, conseguirán algo. Yo lo veo muy negro. Lo veo muy difícil para ellos. Es como dice el refrán: se van de Málaga para meterse en Malagón. Y sin ningún control del Estado.

Es penoso lo de esta gente inmigrante.

De uno que triunfe, me da a mí que muchos lo pasen mal por la falta de previsión.

 He pasado una hora leyendo el periódico en una cafetería. No he visto nada nuevo en las noticias (actrices, presentadores de televisión, alusiones a los pseudomedios y bulos, opinión). No he llegado a las noticias nacionales e internacionales. Luego, delante de mi ordenador, he visto esta frase: 51 ciudades que DEBES ver. Es un anuncio de viajes, claro, pero, para mí, muy agresivo. Yo no veré ninguna ciudad de esas que se anuncian. La verdad es que a mí me gustó mucho Cádiz cuando la vi en dos ocasiones. Lo cierto es que la publicidad cada vez es más agresiva: debes hacer esto o lo otro, debes comer esto o lo otro. En fin. Son frases imperativas: come, bebe, haz, apúntate, etc. A mí me dan asco. Como si no estuvieras en un seguro o no vieras tal ciudad, estuvieras desclasado o marginado en la sociedad. En fin. Qué asco de publicidad y de sociedad que mide por viajes la valía de una persona.

51 ciudades que DEBES ver en tu vida.

¿Solo? Yo añadiría 100 más.

domingo, 26 de enero de 2025

 En las llamadas "comedias de comendador", de Lope de Vega, sale ese tema del militar que se antoja de la mujer de otro militar de rango inferior. A este militar de rango inferior le manda a la guerra y el comendador abusa de su mujer. "Del rey abajo ninguno", "Fuenteovejuna" y "El comendador de Ocaña" son las tres con el mismo tema, con variables. Luego es el rey el que actúa imponiendo la pena al abusón. Calderón probó esta misma historia en "El alcalde de Zalamea", mucho más barroco. Y es que no se me ocurría de qué otro tema hablar. Yo me leí en su día estas historias y me gustaron porque se cumple la ley y el abusador acaba purgando su crimen. Amén.

En otros tiempos, no había televisión.

Había estas historias para ser leídas o representadas.



 Uno que va cumpliendo años, mira medroso a su alrededor. Las formas de amistad nuevas, los viajes que se hacen ahora y antes no se hacían, las costumbres nuevas que han aparecido; por ejemplo, eso del tardeo. Los jóvenes se llaman entre ellos bro, dicen neologismos que vienen de las redes sociales y la tecnología. No hay quién los entienda. Van vestidos deportivamente en cualquier lugar o situación. Unos quieren vivir lanzando bolos por encima de su cabeza, otros chicos se pintan las uñas, a otros les da por convertirse en mochileros y andar el mundo y se tiran un año sin pasar por casa. Otros no consiguen una casa para vivir mientras estudian a todas horas en la biblioteca unos temas dificilísimos que solo ellos saben. Ponen caras hurañas porque saben que van a vivir peor que sus padres. Son gente intransigente, dura, difícil. Son los llamados milennials o nativos digitales y están muy cabreados por muchos motivos. Y yo los miro y me siento incómodo, temeroso, intranquilo.

Ponte en el mundo loco de hoy y piensa:

¿cómo me gano la vida? Todo es muy difícil.

 Va uno despistado por la vida y no se da cuenta de que existe la paz en sus días. No se da cuenta de que otros piensan como él, no se da cuenta de que lo que sobra, estorba. Y poco a poco, va saliendo de las últimas calles de la ciudad y se encuentra con una vereda entre la hierba y avanza. Y sube un promontorio que hace la dehesa y sigue caminando con el cielo gris sobre su cabeza. Y luego ya se da cuenta de que existe un amigo que piensa como él, que le ayudará, que le hará ver la alquimia de la ciudad. Y cuando llega a casa y se sienta con un libro entre las manos, suena la aldaba y no es en balde.

La mera posibilidad de que exista la paz

la hace apetecible, deseada y buscada con ahínco.

 Vas andando por el campo. La verde hierba fresca, mojada por los últimos días de lluvia te recrean los ojos de mirón de la naturaleza. Piensas que esta zona, hace muchos años, estaba llena de árboles pero la necesidad de hacer guerra, de hacer barcos para la guerra, ha terminado con ellos, con esos seres que daban sombra en verano. Sigues caminando y sigues reflexionando mientras andas por la vereda. La gente de la ciudad se vuelve artificial, borrosa a la moral, extraña a la vía recta de la vida. Y subes una loma y luego la bajas y llegas a un sitio donde hay un árbol, una pequeña encina. Y allí te das la vuelta y piensas, como tu hermano, que de algunas situaciones es mejor salir. Y entonces, te tranquilizas y piensas: qué fina la hierba, qué locos los seres humanos.

La naturaleza da lo suyo al hombre

para que aprenda, para que guste de lo básico, de lo más hondo.

 A esta hora, en la Plaza de España de Madrid hay un par de amigos que hacía mucho que no se veían y toman un chocolate con churros en pleno amor fraterno. Luego, si subes por Princesa ves gentes que compran el periódico, ves al mendigo que ha dormido entre cartones, ves los bares que se llenan de grupos que charlan de miles de cosas. Ante un café y ante un amigo de verdad surge la palabra con un millón de colores distintos, con un tempero dulce y halagador. Las palabras se envuelven en un papelito escarlata que las hace muy apetitosas, muy traídas a cuenta, muy dulces de expresar. Y luego, uno llega a casa, resuelve un crucigrama, mira las paredes, a las que hacía falta una mano de pintura, y ya come con su hermano, con su hermano del alma.

Las palabras que surgen amistosas 

valen más que el oro, más que los tesoros de la tierra.

Qué catadura moral más baja hay entre los políticos. No tienen preparación y  la están liando a cada paso. Los ministros sueltan su rollo y se creen que es lo mejor que pueden hacer, pero no tienen ni la más remota idea de cómo se dirige su ministerio. Es la de sanidad, es el de cultura, es el de economía. Ninguno sabe qué pinta ahí. Y hacen locuras que levantan ampollas en médicos, profesores, directores de museos, funcionarios, autónomos, enfermeras, cirujanos, etc. Y es porque no saben, porque los han metido ahí por cumplir con una cuota con sus socios de gobierno pero no saben nada. Solo hacen daños porque lo ignoran todo.

Consejo de ministros:

una mesa muy grande, muy grande, llena de ineptos.

Cuando tienes entre ceja y ceja una idea, una situación penosa, es mejor hacer un esfuerzo para pensar en otra idea más constructiva y mejor para que tu mente no se enfangue en la cochambre. Produce angustia pensar en lo malo y que eso malo te vaya a afectar. Es mejor pensar en un paseo por el campo o en una vuelta en coche y alejarse de esos ecos de deshumanización que brotan en la ciudad a cada paso. La ciudad tiene mucha parte de marginalidad, de ciudadanos perdidos en sus fantasmagorías. Es mejor alejarse y pensar en otras cosas: en un poema bien hecho, en un guiso bienoliente o en una novela que nos entretenga. Todo mejor que transigir con las penalidades humanas que surgen en la ciudad.

La ciudad devora a sus hijos

como Cronos hacía con las horas.

 Suele pasar que se vaya uno de Málaga y se meta en Malagón. Un tipo solo no hace un grupo de gente. Si a ese tipo le rodean gentes penosas, te mezclas con ellas y sales malparado. No paro de pensar que cualquiera puede meter la pata hasta el fondo con esa gente y más algún tonto inocente que no sabe dónde se mete. Hay gente a la que no le importa andar entre gentuza, pero no es mi caso. Debo abandonar esa compañía peligrosa por todos los medios aludiendo al refrán que dice que más vale solo, etc. Todos van al negocio. Y ese que se sienta en el banco no es inocente tampoco. Algún interés tendrá.

 A la gente mala hay que huirla.

Pero no todo el mundo ve el peligro.

sábado, 25 de enero de 2025

Los tiranos manipulan a sus gobernados. Los tiranos no se dan cuenta de lo que sufre el pueblo. Los tiranos quieren todo el poder. Los tiranos hacen leyes inocuas. ¿No está haciendo eso Sz? ¿A quién engaña ya Sz? No engaña ya a nadie. Vete al supermercado. Intenta comprar una casa. La mitad de la gente en España se quedará en el intento de comprar una casa. Ministros abundantes y estúpidos, ineficaces, torpes. Un consejo de ministros muy grande, lleno de gente para nada. Como dijo la diputada: holgazanes, trileros, piratas. ¿Qué tendrá que pasar para que los jóvenes salgan en masa a la calle a pedir lo suyo: abaratamiento de la vida y vivienda.

psoe: esa secta, ese partido corrupto e inane de estómagos agradecidos.

pp: ese partido corrupto e inane de estómagos agradecidos.

 Vino el psoe y los podemitas a gobernar España. La dejaron herida. Hubo gobierno Franquestein. Ya se ha roto este gobierno de retales. Hubo tres leyes de vivienda. No se construyó pisos prometidos. La gente que nos gobierna es corrupta, ha manipulado a los jueces, ha suprimido la acusación popular, va camino de una dictadura. La gestión de la dana, con los impuestos que nos cobran, ha sido y sigue siendo demencial. Los autónomos están con el agua al cuello. Impuestos por todos los lados para un servicio pésimo en cualquier institución. Los estómagos agradecidos se callan pero los jóvenes deberían tener el grito en el cielo por la cuestión de la vivienda. ¿Por qué se cree Sz que le abuchean allá donde vaya? Porque lo ha hecho mal, porque no ha sabido tratar a los españoles con un mínimo de decencia. Porque su hermano y su mujer se daban a los placeres con unos ingresos de la órdiga. Vete ya Sz. Vete ya.

 Parece que el patio está revuelto pero yo ya he hecho una tortilla de patatas. Dicen algunos que seguimos los pasos de la dictadura de Venezuela. Los precios de la comida están muy altos. La vivienda está imposible. No sé qué hacen los jóvenes que no se organizan y salen a quejarse del estado de la vivienda. No sé qué hace la gente en general que no sale a las calles inundándolas para echar a este gobierno corrupto y dictatorial. A lo mejor es que este gobierno es del psoe y tiene bula para hacer lo que quiera, como siempre que los gobiernos del psoe van con la pancartita y luego nos comen el tarro de tal manera que no vemos  políticamente tres en un burro. Ellos sí pueden ponerse tras la pancartita. Debe ser que ellos sí tienen cuota de pancartita y los demás no. Esto está para el desguace pero me sorprende la inmovilidad de la sociedad civil. No sé qué tiene que pasar ya para que la gente se queje, dé voces, batucadas y demás actos que tan bien saben hacer los de la izquierda.

La izquierda caviar (todos pijos) han gobernado España.

Estos piojosos están tumbando España. Haz algo. Hazte oír. Pelea. Lucha por una casa, por un buen sueldo, por tu vida.

 Lo hecho vale mucho y yo he hecho una tortilla de patatas. Ayer vi una peli que se titulaba "La mala educación", que va de homosexuales, drogadictos y pederastas. Y de cine, va también de cine. Me he despertado hoy muy tarde quizás porque es sábado, no lo sé muy bien. La vida sigue, la gente va pasando, como la nochebuena. Los días comen horas y trajinan en nuestro mal, pero hay que escapar de ese mal. Me gusta la rutina, me centra la rutina pero a veces, la rutina se trastoca. No sé si se dirá guisar una tortilla de patatas. Guisar es sinónimo de cocinar. Guisar es fundamental en una casa, vivan los que vivan en ella. Ya hay máquinas que guisan. Pero yo no las he probado. Quizás sepan a congelado. Una congelación de la mala leche no estaría mal. Tu dicas ut parens nocet tibi. Tu erras. Tu es equivocatus. Stultus facet stultitiam.

Hay gente que se equivoca y no se da cuenta.

Quizás lleve equivocado mucho tiempo.

viernes, 24 de enero de 2025

 Escribo tres o cuatro renglones y aparece la frase memorable, atractiva, poética. Y mi mirada se fija en esa frase que dice sonoramente algo. Enamorado del dinero, quizás. O si yo me hiciese a algún camino. Las bondades de los adjetivos y los verbos las conozco desde hace mucho tiempo pero siempre me sorprenden. La mezcolanza de palabras dicen cosas inéditas, nunca dichas antes. Y eso es lo que me gusta del lenguaje. La escritura también sirve para contar estados de ánimo, para que no se quede en mi cabeza mi mal humor, mi soledad, mi dolor de vivir. Llevo ya unos cuantos blogs hablando de mi soledad, de mi dolor de abrir la boca solo para decir  adiós, nadie a mi lado, ninguna conversación. Se pone uno bastante triste cuando nadie lo mira como un jarrón que podría verter una bebida que apague la sed. Y yo apagaría la sed del otro, la sed de estar solo. Y ambas soledades disfrutarían de las palabras, de las anécdotas contadas...

Las palabras tienen la misión de crear historias.

Las historias allanan el camino a la conversación

 Mi modus vivendi no me convence. Mis libros están en una balda de mi habitación. Dijeron mis libros de la soledad de los hombres. Dijeron mis libros de hacer el bien por el mundo. Un hombre daba consejos en una plaza abarrotada de gente. Ese hombre se basaba en la Biblia para dar un consuelo a los últimos de la Tierra, a los que no tenían nada y estaban lisiados. Me fijo en mi vida y no veo más que deseo de ayudar y que alguien me dé una conversación. Me fijo en mi vida y esa vida está sola, está desganada, está dormida en un sueño que repite pasos, costumbres y fallos. Mi vida, si se hiciera a algún camino, quizás tendría algún valor, quizás brillaría, quizás se pondría a la derecha de Dios.

Andar despacio, no pensar siquiera en volar.

Ataviarse para lo idéntico, para lo parecido, para lo de ayer. 


Es difícil la vida cuando no da más que una grisácea materia hecha de pasos solitarios, pasos desganados. Se expone mi costado al aire, a un aire frío, desolador, terco. Me cuesta vestirme de calle, me cuesta ir a los sitios, me cuesta mi soledad impuesta. Un batir de alas cortas que buscan el pan no me bastan. Quisiera yo alcanzar a las gentes, decirles algo nuevo, mover el aire con mi cabeza y mis manos para atraparlas en una conversación. Pero todo se mueve a mi alrededor guardando silencio, buscando el silencio, matando las voces que podrían ser buenas. No hay humor en el día. No sonríen mis labios ni mis manos abarcan el sonido de mis palabras. Todo es adiós. Todo es el feo saludo de gentes dormidas.

Busco el dormido ser que me haga hablar

más de un saludo, más de un adiós.

 La mañana va callada. Solo despego los labios para decir adiós a seres que bordean un círculo pequeño. Es difícil andar como es difícil pensar en canciones huidizas que no se manifiestan. Otra vez lo mismo. La separación de un cuerpo por unas monedas. La lejanía de los seres enamorados del dinero. La pobreza moral de los que no ofrecen más que la soberbia por respuesta. Y un amigo hoy en día no surge fácilmente, no sale de entre las piedras, no acompaña el diario ir y venir de mis pasos. Los libros que ya escribí no dicen nada de esta soledad, de esta pringosa esfera hecha de minutos hartos de señalar el día. Los habrá peor, qué duda cabe y lo que debería hacer yo es agradecer este instante. Este instante de rosas abatidas.

Andar el mismo camino

sin acompañantes.

Un ángel inmenso recoge mi pensamiento de soledad y me lo muestra obsesivamente. No soy esa persona ceñida a la mañana. Aspiro a ser más que un cuerpo, más que las cenizas que dejó el fuego del adiós. No conozco a nadie. No veo a los importantes creadores de la hoguera. Solo un alma vela por mí en este mundo ajeno. No trato gentes, no trato grupos de bocas parlantes. Todos dejaron de verme un día y para siempre. Todos me dan la espalda. Todos ciñen la espada de la deslealtad en su cintura. Hoy por la mañana la soledad me ha herido, ha hecho de mis ojos causa de llanto. La soledad es tanta que no me la imagino de aquí a unos años. Solo el aire y las nubes dirán la soledad. El aire y las nubes.

Solo por la mañana.

Nadie con quién hablar. Nadie con quién vivir.  


jueves, 23 de enero de 2025

Es feo que a un presidente le abucheen, pero todo tiene una causa. Nada es gratuito o surge de la nada. Quizás tengamos al presidente más chulo de la historia de la democracia y eso cuenta. También al más mentiroso o incumplidor de promesas. Promesa incumplida es lo mismo que mentira, dice el refrán. Este hombre se ha creído con la potestad de engañar a todo el mundo, pero ya no engaña a nadie. El gobierno que ha formado, creía él, que le iba a obedecer continuamente. Porque él, el presidente, se tiene en una gran estima. Es lo que llaman "porqueyolovalguismo". Pero la vida y la gente no va así. La gente quiere personas cumplidoras de su palabra, quiere gente honesta y no mentirosos y chaqueteros. Creo que le queda poco ya al gobierno este entre la corrupción y la falta de apoyos.

El presidente resulta abucheado.

Y dicen: por un grupo ultra. No es un grupo ultra. Es gente harta.
Las catedrales españolas están ahí, erguidas como gigantes. Son de pura piedra ardiente. Lucen de una ceniza clara. Las ciudades que las albergan en la plaza surgen en mitad de la llanura. Mientras las catedrales y las ciudades están ahí, en medio de los campos, yo robo versos antiguos a poetas trasnochados. Esos versos adquieren nueva vida en unos torpes renglones que van explicando una tarde, unos bancos al pie de los cipreses, un alma que se cansa de vivir. Dormita el perro a la puerta mientras un viento herido, un viento atravesado de luz viene con la fiereza de lo inesperado. Ya volcaron escritores y poetas sus líricos hallazgos en una insólita página blanca. Ya hay en estos tiempos alguien que se preocupa de que surja un foco iluminado en el aire. Solo en el aire.

El aire es casi nada.

El aire tiene las vértebras de un animal que no existe.

miércoles, 22 de enero de 2025

 No me concentro en nada que no sea lo que ha pasado esta mañana. Suele pasar que te encuentres sorprendido por unas escenas en las que no puedes hacer nada y solo queda esperar. Pero luego yo creo que no es muy grave la cosa. Sin embargo, no tengo en la mente más que esas escenas con mi padre sangrando por la nariz. Todo ha sido muy confuso hasta que he apretado el botón rojo de teleasistencia. Me han llamado unas tres veces para decirme que vendrían pero han pasado dos horas. Hasta las doce no ha venido la médica. Es cosa de subir una pastilla. Ya ves.

Esperar y esperar cansa.

Cuando llega la ayuda se alivia un poco el corazón.

Hoy mi padre se ha levantado echando sangre por las narices. Me llaman a las 10:15 y voy para su casa. Ha venido mi hermano y mi hermana. A eso de las 12:00, ha venido una enfermera o médica y yo me he ido pues tenía cita con el médico, de supervisión. La vida te da sorpresas a veces que no esperas, como es el caso. Yo ya me ponía nervioso porque el médico no venía. Al cabo es una pastilla que le van a subir a mi padre, una pastilla de la tensión arterial. Le han dicho que no haga esfuerzos y repose. Mi hermana se ocupará de prepararle algo para comer. Yo pronto me voy para salud mental, a ver qué me dicen.

Un anciano está lleno de males.

Pero hoy en día se cuenta con asistencia.

martes, 21 de enero de 2025

 La vida, a veces parece inmóvil. Van pasando los días y nosotros también pasamos con los días sin cambiar un ápice nuestros contornos de personas. Es un mes el que pasa e incluso un año y los sentimientos que viven en nosotros no solo permanecen sino que perviven de los días iguales. Es así. No podemos pedir peras al olmo, no podemos pedir aventuras. Decía Buda que el hombre se busca problemas cuando desea cosas. El deseo se mata en este sitio tan feo que es el mundo. Los coches nos arrinconan en las aceras donde vivimos un poco. Luego, vivimos con los nuestros y, a veces, vivimos un poco nosotros solos, enmarañando alguna idea de evasión. Quizás viendo una película nos animamos a ser algo nuevo pero acaba la película y somos los mismos de siempre.

El lunes llega y pasa.

Y así siempre.

Las abrumadoras gentes que había antes a tu alrededor han desaparecido. Solo tres o cuatro amigos ves de vez en cuando. Todo gira en torno a la familia que has formado. Y no está mal del todo. Por las mañanas sales como un lobo a ganar dinero. Es todo lo que sabes. Al regreso ves un película que te informa de lo malas que son algunas personas. No lees nada, eso no forma parte de tus gustos. Y al día siguiente la misma canción te atrapará en un oscuro mandamiento para que no pienses. Y andarás de arriba abajo otro día poniendo baldosas, instalando retretes o haciendo portes. Todo por la familia, ese núcleo de personas que comen todos los días, duermen juntos y sueñan juntos también.

No saldrías a la calle.

No saldrías a la calle si no fuera por esos que habitan donde tú habitas.


 Llueve y deja. En casa no hace excesivo frío. La luna no se pudo ver ayer por el estado nuboso del cielo. El hombre del tiempo se vanagloria porque, por una vez, ha acertado. Yo escribo estos renglones para que se pase el tiempo. Tengo tiempo para dar y tomar y el tiempo se ríe de mí dándome más horas feas. Podría coger un autobús e irme a Torrelodones y allá, en Torrelodones, andar de allá para acá sintiéndome alejado por un rato de las murallas que cercan mi casa, de las altas torres que delimitan el piso donde vivo. Sería cuestión de subirme a ese autobús. Simplemente. Decisivamente.

Las montañas están lejos.

Las montañas adquieren la forma de un animal antiguo, muy antiguo.





El cielo ya dormido acaba su función de vasta obra. Dormían su fe pequeña los gorriones por el parque. Y las gotas de lluvia mojaban cristales y almas viejas. Por el horizonte gris, la mañana se repartía en lotes de tristeza. Y yo, buscando una aguja en la cocina, encontré rebaños de papeles viejos que comí con hambre. Con hambre de algún asceta que rezaba por las noches rezos blandos. La ilusión de vivir se había apagado de frente a un ciprés que alzaba su verdor a las alturas. Yo, andando de cara a la lluvia, hice camino con la esperanza de volver a meditar sobre las sombras. Y eso es todo. La luz se ha alejado estos días a regiones del sur, a lugares imprevistos donde los dioses bajan del cielo sin ser vistos.

No mires los días como tiempo que pasa.

Mira los días conocidos y amables.

lunes, 20 de enero de 2025

 Ahora me sentaría estupendamente un ron coca, pero no puedo beber. Me acabo de comer unos frutos secos y me gustaría eso, beber algo de alcohol, pero no puedo, no lo haré. Por las calles de Madrid, ahora mismo, pasea un ejército de gentes cuya naturaleza es insondable. En Neptuno no anda gente como la que anda en Príncipe Pío. Y en Chueca no anda la gente que anda por Plaza de España. Madrid es así de diverso y pluri lo que sea. Madrid es pluri desde hace un montón de años. Cuando voy a Madrid, no hago más que ver y fijarme en la gente, en esa masa diversa y pugnante que anda, como y bebe en todos los sitios. Unos son gordos y van trajeados; otros, delgados y con el pelo largo. ¿Tienen champú? ¿Para cabellos secos o grasos? ¿No tienen para cabellos sucios? Y así todo.

Madrid: esa colmena, ese hormiguero, esa osera.

Qué infinito es Madrid.

 Ayer oí en la radio a una locutora que decía que tenía amigos que se proponen este mes de enero no beber. Ella decía que estaba en contra de ese propósito. Ella dijo que bebía pero que bebía champán y, como es caro, bebía más bien poco. Luego pusieron una canción y dejó de hablar la locutora y ya no seguí oyéndola porque la canción era muy mala. Si la canción hubiera sido buena, quizás hubiera yo esperado a que se acabara para seguir oyendo a esta locutora un poco más. Porque, la verdad, me cayó muy bien esta mujer que decía las cosas como las sentía, creo, y decía que bebía más bien poco. Así que busqué otra emisora y oí otras cosas más convencionales y predecibles, no como el rollo del champán y todo eso que tanto me gustó. En fin. La vida te ofrece, de vez en cuando, alguien que dice cosas interesantes y verdaderas. Pero todo se acaba.

La radio puede ser una buena amiga.

Solo hay que escucharla.

 Cada vez que voy a Madrid y contemplo Moncloa, no sé por qué, me pongo a pensar en una novelista que se llama Soledad Puértolas. Es singular esta novelista porque empieza con un tema y termina con otro muy diferente, como si no supiera planear bien las narraciones que aborda en sus libros. Puede empezar una historia con el motivo de un abrigo viejo y terminar contando lo que sucedía en una pensión. No recuerdo el título de sus novelas pero debo de haberme leído como unas cuatro de ella y siempre espero el giro literario que las da, el cambio de rumbo que va, a lo mejor, de la vida de una universitaria a contar las penalidades de una viuda. Es todo, para mí, muy divertido, pues quizás en mis historias también hago algo parecido y también me divierto haciéndolo. He leído en Wikipedia que esta mujer estuvo en EEUU, pero nunca cuenta cosas de ese país sino de las pequeñas vidas que pululan por Madrid.

Los novelistas nos entretienen.

¿No es la vida un puro entretenimiento?

 El argumento es sencillo pero muy contundente: solo vamos a vivir una vez. Así que se infiere que es mejor vivir feliz esta única vida de la que disponemos. No sé si lo ha dicho antes algún filósofo, pero me da igual. Los existencialistas (Camus, Sartre) dijeron que esta vida es absurda y quizás no les faltara razón. Yo digo que es una, sola y obligada la vida. Así que es mejor que no la tomemos mucho en serio, no nos comamos el coco con la vida y vivámosla de la mejor manera. De la mejor manera es quizás tener buenos amigos, disfrutar de aquello que nos gusta y no montar broncas gratuitas que nos chafan la existencia. Parece sencillo. Quizás para unos no sea tan sencillo elegir lo bonito de la vida y disfrutarlo pero hay que intentarlo. Hoy por fin llueve, llueve a ratos y fino, pero llueve. La vida es ese desfilar de apariencias que nos convierte en electores de lo bueno.

Todos percibimos cómo van pasando los días.

Es así, ni triste ni alegre. Pero debemos ralentizar el paso de los días.


 Hay una novela de Carmen Rigalt que se llama "El corazón que baila con espigas" Lo leí hace tiempo y es la historia de una infidelidad. Creo que era de una mujer que aprovechaba los viajes necesarios de su trabajo para tener una aventura con un hombre. Este tipo de novelas cundió mucho en una determinada época de nuestra España en que medio mundo se la pegaba al otro medio. También afloró una literatura sobre matrimonios en crisis. Luego hubo otra serie de novelas españolas en las que un hombre o una mujer aventurera se echaba una mochila al hombro y se iba hasta las fuentes del Nilo, por ejemplo, a ver qué pasaba allí. Y todas estas novelas convivían fácilmente, agradablemente, felizmente, en los estantes de las librerías y los anaqueles de las bibliotecas públicas y la gente las leía, no como ahora, que ya no tiene nadie paciencia para leer nada.

Si lees lo que le pasa a otro

parece que te está pasando a ti.


 Estoy un poco obtuso hoy. Este ambiente gris (como el que había cuando Franco) se cuela en el corazón y lo llena de melancolía. Pero hay que ser felices. No hay otra opción más inteligente que tratar de estar contento ante las adversidades de la vida. El que consiga estar con un estado de ánimo óptimo, triunfará sobre todas las cosas. La lluvia le parecerá bien quizás porque moje la cabeza y los miembros anquilosados de tanto sol de estos días anteriores. Que sea lunes le parecerá bien aunque solo sea porque es el día que precede al martes. El cielo encapotado le parecerá bien al cambiar el cielo de escenario del azul al gris, dando opción a otro acto de la comedia o de la tragedia y así avanzará la acción de su vida. En fin, que el que quiere ser feliz lo es de todos modos, no hace falta que sea navidad, ni que reciba un regalo de los reyes, ni que la luna salga llena o vacía.

La felicidad es algo muy rudimentario

si pensamos que podemos ser felices con solo proponérnoslo.

 Como no llueve habitualmente, cuando caen unas gotas, la gente ya se está en casa. Hoy ya es presidente Trump. A los que creen mucho en la política, están pendientes a ver qué determinaciones toma el magnate americano. Como si de ello dependiera su propia vida. Trump, creo, no va a matar a nadie. Tomará medidas que favorecerán a los de su cuerda y nada más. Los de izquierda se obsesionan con la ultraderecha. La mientan muy a menudo. El listón que nos ponen el lunes sigue alzado toda la semana. Hay que saltarlo, no queda otra. Es la única realidad que se ve cuando empieza la hebdómada. Los caprichos navideños ya son historia. Hay que ser feliz a la fuerza, porque de grado no lo es casi nadie. Seamos felices, pues, porque es la mejor manera de ir contracorriente y resultar chic, como dicen ahora.

No da gana de salir de casa

Sal, ríete incluso hasta de la lluvia que cae.

domingo, 19 de enero de 2025

 Perfección del momento: una bandada de pájaros cruza el cielo azul por doquier. Los pinos, abajo, marcan la paz de los árboles. Hay silencio y calma en dosis masivas. El bosque arde en un sosiego verde que se cuela al alma como agua limpia. Es capaz Dios de darme tanta quietud, es precursor de una tranquilidad muy grande. Mi pensamiento no piensa, se agranda. Mi pensamiento ahora es de los alfileres verdes que están en las copas, en el suelo mullido de arena y hierba, en el cielo tibio de luz propicia. Los ojos no ven, saben. Los ojos admiran tanto empeño de Dios. Los ojos surgen de una mirada y van al pequeño latido del corazón que dice: abrázame, naturaleza nueva y eterna.

Allí estábamos,

al resguardo de los pájaros y el verde de los pinos, mullidos los sonidos.

sábado, 18 de enero de 2025

 El jueves hice unos espaguetis que sobraron para hoy sábado. La semana ha transcurrido muy tranquila. La lluvia no se hace presente. Por la calle, poca gente. En los supermercados, a los compradores les sobran manos para comprar lo que compra. Hay crisis. Todo está muy caro. Ya no se habla de la cesta de la compra ya que no se lleva cesta, se coge con las manos lo que hay que comprar. Los supermercados han adquirido una apariencia de museos (el aceite se mira pero no se toca). Y el jamón y la carne también reposan como piezas para ser observadas. La vida va tejiendo una dificultad inmensa. El dinero no llega mientras un señor se junta con un juez y dice que es mujer. Y de Mariano pasa a ser Margarita. Sí, no, dice la margarita. Menuda mierda de país.

Lo que pasa es que los jueces son machistas y los españoles, generalmente, son tránsfobos.

¿Quién arregla está mierda?

 Me siento como si tuviera que ir a la playa o a la montaña. Ninguna licencia poética me permite soñar con kilómetros de lejanía. Y la carretera está ahí. Yo solo no tendría que contar a nadie adónde voy. Pero estoy atado y bien atado a este suelo maldito, a estas baldosas grises que me rodean como sierpes traicioneras. Nadie me vendrá a buscar estos días de sol en enero, de calles medio vacías como los bolsillos de los derrochadores del mes pasado. Hubo una poeta que no salió de casa en su vida, al igual que un filósofo transcendental, al igual que ese hombre que tecleaba su máquina de escribir como un obsesionado por las letras. Todo va pasando. Todo se circunscribe a un puñado de sal cogido por casualidad. Todo es esto.

Muchas flores saldrán dentro de unos dos meses.

Y allí estaremos porque también muchos párrafos surgirán.

Hoy es el día de averiguar cuánto quieres a ese ser que está a tu lado, omnipresente, dolorosamente cercano, inmóvil como un árbol que solo crece en vertical. Es capaz ese acompañante de no sentir, de que le dé igual la vida sin sal ni movimiento. Mi otro yo, mi causa existencial que camina poco, que no sufre nunca, que abate las manillas del reloj con un soplido. Ese que se levanta tarde, habita tarde la mañana y cansa a su cuerpo con enfermedades ilusorias. Yo ya no puedo extrañar a este ser quieto como piedra, absolutamente quieto como montaña a lo lejos. Y es áspero su trato, su compañía, su dolor compartido con los arbustos de las urbanizaciones. Yo ya no sé mucho de él, yo ya no sé de su brazo partido contra los pájaros.

Engaña mucho su cara siempre inexpresiva.

Está nublado el rostro pero no su alma. 





viernes, 17 de enero de 2025

 Hay que estar enamorado o drogado o loco para perder la percepción de la realidad. Y así, no extrañarnos de estar con la persona amada, con la exultación de la droga o con la locura paseando a las cuatro de la tarde sin haber comido. Y seguir paseando toda la tarde como una persona evadida de los horarios de los demás. Y hacer locuras como estar gritando muera este, viva aquel. O estar dándose besos en un banco de la ciudad hasta las 6 de la tarde. O estar disfrutando de una sustancia que te mantiene alejado de las costumbres que los ciudadanos que no se drogan, que no se aman y que no loquean han instaurado para que la realidad se pueda entender (comer, echar la siesta, dar un paseo... Todo a su hora y de acuerdo con unas premisas establecidas a las que se somete toda la ciudadanía). Y solo los locos, los enamorados y los drogados se saltan esas premisas.

Lleva ya cuatro güisquis.

Empezará a hablar y se hará la hora de comer y seguirá hablando.

Dicen que eran dos y ven algo en el suelo y uno de ellos dice: es un pastel de chocolate. Y dice el otro: es una mierda. Y va uno y lo prueba y dice: es mierda. Menos mal que no la hemos pisado. Y así pasa con la política, que, encima hay que dar gracias y estar contento. Pero digo yo que para qué existe la política. Unos líos tremendos de pactos, de acuerdos, de votos, de chantajes, de nacionalismos, de delirios de poder, de golpes de estado, de promesas vanas, de orgullos personales, de apuntarse méritos que solo los tenemos los ciudadanos, de gentecilla de medio pelo a la que se le ocurren ideas absurdas, hacedores de leyes que dificultan la vida diaria del ciudadano, de gente que se relame cuando sube impuestos, de corruptos, de psicópatas, de gente que vive de una fecha, de gente que sueña con votos, de partidos que son sectas, etc, etc, etc.

La política:

ese asidero del inútil, del enredador, del trepa.

 Lo corporal lo vemos, lo tocamos, lo oímos todos los días. Es carne y lágrimas y sangre y sudor lo que exhala el cuerpo. Todo lo del cuerpo lo sabemos. No hace falta que nos lo explique nadie. Si estamos sudados, nos duchamos. Si tenemos hambre, otra señal del cuerpo, comemos. Con la sed pasa lo mismo. Pero ¿qué pasa con lo espiritual?, ¿cuándo sentimos algo espiritual? Un padre por su hijo puede sentir algo espiritual, que va más allá de satisfacer a ese hijo las necesidades de su cuerpo. Un hermano con otro hermano puede sentir amor hacia él, desear que esté contento. Y la felicidad no tiene que ver con el cuerpo sino con lo espiritual. Todos deseamos estar espiritualmente satisfechos, no solo que nos cubran las necesidades del cuerpo. Tomar un café con alguien afín a nosotros puede ser algo espiritual. De hecho, todos sabemos de esas cosas espirituales que necesitamos los humanos aparte del cuerpo.

Está claro que no solo somos cuerpo.

Que hay algo más, aunque no tiene por qué tener un rasgo religioso.

Primero, envuelven tan fuertemente el caramelo, que, cuando lo vas a desenvolver, no puedes. Luego, ellos te ayudan a desenvolverlo. Pero no te dejan chupar del caramelo, sino que tienes que esperar a que se pongan de acuerdo para dilucidar cuándo te sentará bien el caramelo. Y así se pasan el tiempo, dilucidando, prometiendo que te vas a comer el caramelo y, cuando ya deciden, el caramelo ha desaparecido. Se lo han comido ellos. Y así todo. Puede ser una raja de melón, un plato de lentejas, tan rico, unas lonchas de jamón. Ellos deciden a qué precio te las vas a comer esas comidas, a qué hora y qué cantidad. Nos racionan sutilmente la comida, la vivienda, etc. Y, mientras, nos ofrecen pan y circo todos los días. Nos engañan siempre con sus promesas que no cumplen y siempre están que si "alcanzamos un acuerdo", que si "hay pactos o no hay pactos". A nosotros, ¿qué nos importan esos pactos? Para ellos, son fundamentales esos acuerdos y pactos. Para nosotros significan más rollos, más pérdida de tiempo, más oscura la política.

La política es oscura desde siempre.

Y más, cuando deben "entenderse" un grupo de políticos.

 Decía Feijoo, Benito Feijoo, un monje gallego del siglo XVIII que escribió el "Teatro Crítico Universal" que, a partir de los 30 años, debemos ser médicos de nosotros mismos; o sea, que ya debemos conocer suficientemente nuestro cuerpo para saber qué le hace daño y qué le beneficia. Este monje sabio vivió hasta los 90, un prodigio para aquella época. Este monje se carteaba con sabios y científicos de otros países desde su celda. Escribió sobre supersticiones, sobre falsas creencias, sobre religión, sobre ciencias, etc. O sea, que fue un gran ejemplo de aquella época que se ha llamado Ilustración. También pertenecen a esta época Jovellanos, Moratín y el duque de Rivas, con obras que alumbraron la conciencia de aquellos que sabían leer en esa época, que eran pocos pero muy avezados.

Ojalá llegara al mundo otra Ilustración.

Habría muchísimo que reformar, que cambiar, que criticar.

 Roberto Benigni, el de "La vida es bella" fue muy pobre. Pero también fue muy feliz en su infancia. Se hizo simpatizante del partido comunista italiano pero a la vez, era muy creyente de Dios y de Jesucristo. Recibió un óscar a la mejor película o al mejor actor, no sé cierto. La película toca el tema principal del holocausto judío pero de un modo muy brillante, muy desmitificador, no en un tono serio y señalizador del horror nazi. La vida no es como Roberto Benigni nos quiso hacer creer, la vida es muy dura. Pero intentar caramelizar la realidad siempre se agradece. Benigni es sabio, es muy cómico. Todavía recuerdo la traducción que hizo en la película el padre protagonista. Todo es muy bonito: de premio, un tanque.

Se sorprendieron aquellos que llegaron a los campos de concentración.

Era todo terrorífico.

jueves, 16 de enero de 2025

 Mi lesión en la ingle ha pasado a un entumecimiento del muslo y no puedo andar normal así que me quedaré en casa escribiendo. No sé muy bien de qué escribir, pero lo voy a hacer hablando de algún libro, como el que me estoy leyendo de un tal Benjamin Black. Es la historia de una mujer muy libidinosa que monta un salón de belleza con un tipo sospechoso de todo que se llama Leslie White. La acción transcurre en Dublín, creo. Antes decir que Benjamin Black es Premio Princesa de Asturias. Laura, la libidinosa, acaba ahogada en el mar, pero antes ha sido drogada. Todavía me quedan 100 páginas para acabar. ¿Descubrirán al asesino? ¿Hay asesino? No lo sé todavía. Cuando me la acabe, os cuento.

Qué montón de cosas suceden en las novelas.

Uno aprende mucho de ellas, no cabe duda.

 Tiene que haber un reparto de la propiedad, porque la propiedad está muy concentrada, pero ni a ti ni a mí nos darán nada. Será un reparto de la propiedad simbólico. Además, como todo el mundo sabe que tú y yo tenemos dinero para pasar la vida si ahorramos y trabajamos o hemos trabajado lo suficiente, pues el dinero a repartir será entre las capas más bajas, las que ni siquiera están atadas a un trabajo ni van a trabajar ya en sus vidas. Esto no lo digo yo sino un multimillonario americano al que siguen infinidad de personas en el mundo. Este multimillonario tiene la capacidad de extender la IA por todo el mundo y en diferentes tareas y trabajos. Así que el ser humano pasará a ser un mirón de cómo trabaja la Inteligencia Artificial. Pero ni a ti ni a mí nos sustituirá la IA. Deberemos ajustarnos a lo que ganamos, ni más ni menos.

Llega el reparto de la propiedad mundial.

Pero solo a los más desfavorecidos.

 Un filósofo dijo un día: "la filosofía sirve para destapar la estupidez humana, para entristecer, para que la gente vea que está equivocada. La filosofía no beneficia a la Iglesia ni al Estado. La filosofía persigue la verdad, asunto que no importa a nadie por lo que se ve en la vida todos los días. La filosofía requiere de un entrenamiento en el pensamiento más agudo, más visceral. La vida es un absurdo que la filosofía tiende a desvelar al ser humano. La filosofía piensa. La gente cree. En el dinero, en Dios, en su familia. Pero la filosofía no tolera creencias sino verdades humanas como el poco sentido que tiene vivir." A mí no me extraña que nadie lea filosofía. Con estos objetivos que se marca la filosofía, dan ganas de no estudiarla ni saberla.

Filosofía:

esa cosa rara que hay en el mundo y nadie entiende.

 Una partida de filólogos trabajaba en la Real Academia copiando datos. Una conversación tenía lugar entre un recién contratado y un veterano. Era sobre la forma de hacer un cocido. Yo le echo morcillo y falda. Yo no le echo morcilla ni patata ni zanahoria. El tiempo que pasamos allí los filólogos fue divertido, inconsciente. A mí me tocaba copiar a Azorín que decía: la aurora ya deja paso a la mañana. Las gallinas picotean el suelo. Un perro ladra a lo lejos. El sol ya se va alzando. Azorín es un escritor olvidado. Quizás Camilo José Cela también sea un escritor olvidado. Nos vamos de todo y de todos. Uno nace. Luego, muere. Y luego, el olvido le sepulta muy hondo. La vida es así. Por eso hay que cultivar el amor al otro, al que tenemos cerca y al de más allá, si se puede. Es lo único que nos salva. Lo demás lo dejaremos aquí, en este infierno/paraíso terrenal.

No tengas dudas de que si guardas hasta la muerte

nada hallarás después de ella.

miércoles, 15 de enero de 2025

 Yo ya sé que ese tal Broncano estaba en "La resistencia", un programa de pago de no sé qué canal televisivo que veían mucho los jóvenes. Es algo así como Buenafuente pero quizás más provocador o juvenil o cachondo mental. No sé cómo definirlo. El caso es que a Broncano le han dado un pastón por salir en la primera de TVE, para hacer competencia a "El Hormiguero". Bueno. Pues no hay día que ese Broncano no salga en los medios, como si fuera el no va más de que sé yo qué. Yo no lo veo nunca. No veía el Hormiguero como que voy a ver al Broncano. Y mucha cultura no creo que haya en ninguno de los dos programas, nada más que chascarrillos y pasar el rato. Pero para pasar el rato viendo tontos, me lo paso aplicada la oreja a la almohada. 

Broncano, Broncano, Broncano

ya te saldrá pelo cano.

 Los acordes reservados al silencio de las almas, esa música liviana que se alza hacia el espíritu, ese órgano tallado con las manos está aquí con nosotros, solo hace falta revivirlo con poesía o con recuerdo. Un ciego músico va deletreando el lenguaje del corazón alzado. Por las mañanas se destapa el son caribeño, la cumbia colombiana, la salsa cubana, etc. Y también acude a lo matutino la sonora tecla del órgano salmantino. No puede haber tanto enredo en las nubes o en el cielo raso que no quepan los sonidos de Salinas el organista, el ciego que tocaba para fray Luis de León esas odas libérrimas que se distribuían en el aire catedralicio del siglo XVI.

Cánticos frailunos, oraciones musicadas, odas horacianas:

todo alimenta.

 Intento arreglar el ruido de mi ordenador pero no me sale. Pasaré toda la mañana en casa. Mañana tiene 3 "as" y casa tiene 2 "as". Son dos palabras muy abiertas pues la a es una vocal abierta. Los ingleses tienen muchos modos de pronunciar las vocales, no se corresponde muchas veces la ortografía con la pronunciación. Así, por ejemplo, la palabra PUB, se pronuncia, más o menos, pab. La palabra heart, que quiere decir corazón se pronuncia como una a larga. El idioma inglés, vete tú a saber por qué, es muy monosilábica, tiene en su seno lingüístico, muchas palabras monosílabas y es jodido saberlas pronunciar bien. Enseguida, los ingleses adivinan tu procedencia por la manera que tienes de pronunciar su idioma. Dicen que, en Reino Unido, la gente, cuando se dan cuenta de tu torpeza al pronunciar el inglés, no te hace ni caso.

Built in de middle of tweentieth century.

Sigüenza es una gran ciudad.

 Pronuncian los labios un ángel que baila, dormido sabré qué astro brilla para mí. Es doloroso no saber qué es una nación, tu nación. La vida se parte en querer indagar los casos más tristes que pasan en tu calle. La plaza se inunda de gentes que sueñan sueños equivocados. Los supermercados guardan oscuros alzamientos de dictadores del pan. Hoy hay un frío que se reparte entre las ingles de la nadería de un toque al balón. Mañana más tercos entrecruzamientos de carne joven tendrán lugar en recónditos parajes. La luna ya dijo su proclama: hoy España es más España y cada día que pase, más España será.

Tocan a misa por la tarde.

Los feligreses la oyen, salen a la calle y se dirigen a sus casas.

 En "La isla del tesoro", de R. L. Stevenson, aparece un niño que pierde a su padre y se queda al mando de una taberna donde acude el temible pirata John Silver el Largo. La taberna se convierte en un escenario de conspiraciones en torno a un mapa, el mapa del tesoro. Y ya se establece en el libro la diferencia de los caballeros ingleses de la marina británica y los delincuentes piratas con muchos crímenes a sus espaldas. Cuando llegan a la isla, la clave está en un viejo que muere por el queso y es el que sabe dónde está el tesoro. El viejo se llama Ben Gunm. "La isla del tesoro" es una lectura muy buena para cualquier adolescente. L leerá con ganas ya que desde un principio engancha un montón. Y el protagonista es un chico joven como ellos, como los adolescentes.

La literatura:

ese entretenimiento sabio.

martes, 14 de enero de 2025

 Hace un mes me echaba en las narices nivea porque las tenía secas pero un día miré en internet y vi que era contraproducente, así que dejé de echarme. No tengo un libro que cuente la poesía y la narrativa desde 1975 a la actualidad. No sé qué autores se habrán elegido como modelos de la literatura actual. Los raros de mi alrededor siguen siendo extraños, periféricos, obtusos y vacilantes. Ya llegará el verano pero seguirán siendo así. Me estoy cansando pronto de escribir porque era de prueba, así que no escribo más y voy a poner un refrán que me gusta mucho y listos: ir romera y volver ramera le pasa a cualquiera.

Donde hay yeguas

potros nacen.

 Son las 11:30. Ha pasado la mañana normalmente para mí. Aunque ayer me acosté pensando cosas infaustas y agoreras. Este modo de vida de la nación, por llamarlo así, me disgusta bastante. Hay un gobierno siniestro y antiestético, que no duda en hacer tropelías contra lo que el pueblo siente como suyo. Se promulgan leyes con el solo interés de seguir y seguir mandando de cualquier manera. Hay gente en el gobierno que ha robado del dinero público. Han indultado a gente que ha perpetrado golpes y robos contra el Estado. El Estado somos todos, no solo el gobierno. La gente está harta, abuchea al presidente allá donde vaya. El presidente nos ha mentido multitud de veces y un gracioso dice que ha cambiado de opinión para más cachondeo. Los medios amparan a los desafueros de ese gobierno o no mientan toda la descomposición del mismo. En fin, qué mierda de país, que diría cualquiera descontento con la dirección del mandato de estos dirigentes caraduras.

Todos los países tienen problemas, corrupciones, mienten, etc.

La diferencia es la sociedad civil: o se calla o responde.

 Hay en una novela de Galdós una criada que debe buscar por todos los medios, un duro. Para que no echen a su ama de casa. Y no me acuerdo de todos los pasos que da esta criada pero, al fin, consigue el dichoso duro. La novela se llama "Misericordia" y la criada se llama Benigna. Es una novela muy bonita en la que sale el moro Mordejai y el señor Romualdo. Es curioso cómo Galdós mezcla tan bien lo histórico y verdadero, como es la vida de los mendigos de su época, con la aventura personal de Benigna, que, después de desvivirse por su ama, esta misma ama al final, la desprecia. Y Benigna no  monta en cólera ni nada de eso, sino que acepta la situación, se muerde la lengua y vive su vida mendicante después de que su ama la eche de su casa. No sé por qué se llamará la novela "Misericordia", pero la verdad es que para este personaje femenino no hay ninguna misericordia y sí hay mucha misericordia de la criada para con su ama.

La literatura nos muestra muchos casos 

de los que podemos aprender (si queremos).

 Que el Barcelona ha metido 5 goles al Real Madrid. Como si no hubiera otra cosa en el mundo. La dana, el incendio de Los Ángeles, la corrupción de psoe, etc, etc. Toda noticia, a la semana, ya no es noticia. Las noticias particulares quizás duren más tiempo. Por ejemplo: a uno le tocan 50.000 euros en la lotería. Es noticia hasta que se los gasta. Y hoy en día, hay un millón de anuncios que instan a gastar. A no ser que el que tiene un dinero quiere ser el más rico del cementerio; o sea, que no gastará casi nada. Yo no sé que pintan tantos almacenes de dinero en determinadas familias pero también me alucinan aquellas familias que según viene el dinero, en dos días lo han hecho polvo. Los extremos se tocan, dice la máxima. Bueno. Ya digo. Primero viene la sorpresa de la noticia y muy pronto, el olvido y la indiferencia. Lo importante es ser uno lo que es, que eso no cambie y, si puedes, ayuda al prójimo, que siempre es bueno. Es lo que sacarás en claro de esta vida.

El dinero, las fiestas, el dispendio, la roñosería. Todo esto pasa.

Ayudar a los demás. Es una satisfacción que no pasa tan fácil.

 Son las 11: 00. No me he afeitado. Me afeitaré por la tarde. Mi ordenador silba. Unas cositas sin resolver pueden agriarte el día, pensando en ellas y no resolviéndolas. Hay que tener orden en la vida: lo que gastas, lo que arreglas, lo que dejas sin hacer, con quién has quedado, llegar a la hora, etc. También puede ser un problema lo que no gastas y deberías haber gastado: cobras fama de roñoso. Los roñosos andan por ahí rascándose el bolsillo y nunca sacan de él ni una puta perra, así los va. La gente no es tonta, no se deja engañar tan fácil. La gente hace sus cálculos y si algo le ha salido caro, no vuelven. Y cara puede salir una amistad: tantas invitaciones y regalos por ninguno de la amistad que parece amistad igual a no quedo ya contigo más. Es así de simple. Venid a verme, dicen. Pero el escarmentado ya no va más veces. Porque le sale caro y se le queda cara de tonto.

El dinero que ganas, aunque te parezca raro, no es solo para ti.

Y si es solo para ti, no habrá amigos.

El País no habla de la corrupción y en la SER todo es crónica deportiva. Voy a ver si consigo el libro "Pasaje a la India", de un tal Foster. Y voy a ver si consigo "La tierra de Canaán" de Isaac Asimov. Los pediré en la librería del barrio. Cuando yo era profesor, recorría varios kilómetros al día, por lo menos, 40. Ida y vuelta. En el cercanías o en bus. Eran otros tiempos, quizás tiempos gloriosos en los que yo me hacía entender entre el alumnado sin perder los papeles. Dar clases es parecido a tener un hijo. Como el hijo te busque las vueltas, se te hace muy cuesta arriba que te obedezca y haga lo correcto. Así con los alumnos. Cuando te ven débil, van hacia ti y se cachondean en tu cara. Es muy duro de llevar esa situación porque te conviertes en un pelele, en su pelele, en su pim pam pum donde ellos hacen diana. En fin. Podría haber sido un infierno mi paso por las aulas pero gracias a Dios no lo fue.

La aulas son como las jaulas.

no sabes qué tipo de animales hay en ellas.

lunes, 13 de enero de 2025

 Las tardes con el niño eran insoportables. Jugaba y lo rompía todo, se ponía a berrear y a saltar y a pegar manotazos. Por mucho que le rogaba, no hacía gran caso. Y no quería usar la violencia con él. Así que cambió de táctica. Compró tres libros: uno se titulaba "Viven" y era sobre los que tuvieron un accidente de avión en la montaña y se tuvieron que comer unos a otros, contado por un superviviente. Otro era uno de Exupery, de aventuras en avioneta y desiertos que le recomendó una compañera de trabajo y otro era "La familia de Pascual Duarte", una historia muy dura de la posguerra española. Y se puso a leer mientras su hijo hacía ruido y berreaba. Y un día, el niño dejó de aporrear los juguetes y le preguntó a su padre que qué había allí dentro, dentro de las páginas. Y el padre le dijo: palabras. E historias. ¿Te gustan las historias? Y el padre le acercó un cuento suyo que estaba sin romper y el niño leyó y calló por una temporada larga, muy larga.

Leer. Tranquilidad. Reposo.

Los ojos saben.

Aquí ya he contado eso de que un hombre, a mediados de agosto, sale con la sola compaña de un vaso de vino, al atardecer, a la terracita de un piso de 12 alturas y su piel va absorbiendo la brisilla marina que viene desde unos cientos de metros nada más, de allí, del mar, ese mar mediterráneo que fluye por dentro y por fuera, que da y que recibe del ser humano, que quiere vivir como queremos vivir todos nosotros. Y da un sorbo al vino blanco y está en la gloria. Hoy quiero contar que he sido feliz una vez en la vida, pero tú no lo sepas, mi alma, pero tú no lo sepas. No sé si era rubia o morena. Solo sé que corría un viento feliz y sabroso y amigo, pero tú no lo sepas. Cuando todo acabe, cuando las cosas se pongan bien, gritaremos de alegría por quitarnos tanta mierda de encima. Yo solo sé que no llueve. Ni una gota cae del cielo.

Había una vez un gobierno perverso.

Pero terminó cayendo.

Donde hay amenazas, hay desgracia. También donde hay mentiras e insultos. La gente que amenaza, insulta o miente es castigada de un modo u otro. Por Dios o por el karma. Y no me refiero esta vez a la política sino a un episodio penoso de vivir. Mi ordenador silba. Los pájaros comen de aquí y de allá. Me tengo que afeitar. A cada amigo deberíamos hablar en un tono distinto para que nos entendiera mejor. Yo tengo amigos en el pueblo, no me han olvidado. Un amigo de estos, se levantó del banco donde estaba con su hermana y sus hijos y me saludó efusivamente. Hablamos de Santa Eugenia, donde él vive. Yo di clases en el IES Santa Eugenia. El tiempo pasa, la gente se hace mayor, vienen las arrugas quizás o por lo menos, viene el cansancio y rigidez de las extremidades. Lo único que sé y sabemos todos es que no llueve. No llueve ni una gota.

Ten amigos.

Tendrás un pozo lleno de agua para aplacar la sed.

Hay un poeta cuyo nombre no recuerdo ahora, que pide a Dios que no le dé otra vida después de muerto sino que le convierta en nada, en la no existencia. Es curioso que un señor, aparte de ser poeta, pida eso a Dios. A unos la vida se les hace cargante y cansada de llevar, desean que haya algo después de la muerte, quizás una recompensa. Y si solo es una transición a la nada la muerte del cuerpo, pues que así sea. La mañana va pasando y me he leído el periódico, he visto a ese tipo en pantalones cortos y camiseta y estoy escribiendo esto. La estrella pesada se asoma de vez en cuando a mi ventana y espero que no sea un mal presagio. La luz del día no agita siquiera el malestar de la gente con lo que está pasando. Lo que está pasando es repugnante, doloroso, penoso, propio de otros países menos desarrollados. Pero es así. Lo único que sé es que no llueve. No llueve ni a la de tres. Y hace calor en enero. Para morirse.

Apúntate a la masa de gente que odia la política.

Seréis mayoría.

 Acabo de ver por el ventanal del comedor a un menda en pantalones cortos y camiseta andando por la calle. Qué fuerte. En una sociedad avanzada, los débiles son ayudados y consolados. No sé que he leído algo sobre el uso del catalán en un centro de personas con parálisis cerebral. Es demencial que se imponga una lengua a las ayudas a esa gente. También he leído que solo el 12% del plástico se recicla en todo el mundo. Y he leído que es muy difícil que Pedro Sánchez dimita o convoque elecciones. Y también he leído que la envidia viene bien al escritor. La envidia le hace querer ser como el otro escritor envidiado. Y ya no he leído más. Si el grillo canta en enero, malo para el granero. Hace un sol incomprensible para estas fechas. Si te quedas al sol, resulta que pasas calor.

Será el cambio climático, será la política, será el sursum corda.

La gente está ya más harta que el mal pan.

domingo, 12 de enero de 2025

 Voy a tratar un tema a ver si me sale bien. Es el tema de la edad. Si a los 40 has formado una familia, parece que has empleado bien tu tiempo, has llegado a la edad y la gente te mira con respeto porque eres padre de familia. Si no has hecho esto, eres un solterón o solterona a los que no se hace mucho caso. A los ancianos se los aparta después de habernos servido bien (Serrat). La edad marca diferencias. Los lobos cuidan a los lobos viejos, cazan para ellos. Las hormigas se apoyan unas a otras pero calcular la edad de una hormiga se me antoja harto difícil. Vivimos en una sociedad archicompetitiva y si has caído en una edad avanzada ya no puedes competir, se te deshecha. Pero también se desechan a tipos de 30 años en los trabajos por incompetencia. Lo que importa es el resultado en esta sociedad hostil. Lo que se afane uno da igual. El dinero que puedas aportar a una empresa, te mide la edad y tu valía. La edad nos marca. A los 50 ya no busques trabajo que no lo vas a encontrar, mejor escribe un libro o vete a vivir al pueblo. La edad y lo que has conseguido a esa edad, causa admiración o desdén. Más bien desdén pues en esta sociedad nadie se preocupa de nadie.

Mi tío se ha puesto malo.

Ring, ring.

 Yo doy muchísima importancia a eso de pasar el rato. Creo que la vida funciona así en muchos casos. Cuando trabajaba yo en los institutos, la verdad es que estaba pasando la mañana aunque los alumnos me hacían pasar un mal rato, pero rato a fin de cuentas. Si no colapsas, todo es un pasar de minutos y horas. Si has discutido con alguien, has pasado el rato de la peor manera, de la manera más indeseada de pasar el rato. Porque las discusiones confunden la cabeza y te hacen estar nervioso y tenso después de la discusión. Las discusiones hay que evitarlas, son maneras malísimas de pasar el rato. Ir al cine, es una manera de pasar el rato pero a las películas españolas no va ni Dios. También es una forma pésima de matar un par de horas. Hay que ver otro tipo de películas, no las españolas. Y yo, aquí, con mi blog, paso el rato. No espero gustar, sino poner un renglón detrás de otro hasta que se pase un rato y aun ratos.

La vida, si lo pensamos es un rato.

Y si no, si tienes 40 años y miras a tu pasado, ¿no te parece un rato el tiempo que ha pasado por tu cuerpo y tu alma?