Ya es cerca de la una. Ayer guisé un pollo muy sencillamente y salió bastante bueno. Hoy voy a hablar de algún escritor que me venga a la cabeza. Voy a hablar del poeta Claudio Rodríguez. Muy temprano, este poeta ganó un premio muy importante y dejó pasmados a muchos poetas ya consagrados. Este poeta nació en Zamora y se tuvo que hacer cargo de su familia por la muerte temprana de sus padres. Este poeta fue muy andarín y veía paisajes nuevos en su andar. Este poeta escribió un poema muy acertado que comienza: dichoso el que un buen día sale humilde... Este poema me encontró sentado en un pupitre de un instituto del sur como prueba de oposición. Y supe decir cosas de este poema a modo de comentario literario. Claudio Rodríguez tuvo tres etapas: una popular, una culta y en la tercera etapa, ya se murió. Todos nos morimos, esa es la cuestión. Este poeta se murió y quizás fue su mejor poema, la forma en que murió: tranquilo, rememorativo y resignado.
Brilla limpio su oficio y nos lo entrega
con el dulce corazón de las espigas.
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