Pensar en el pasado para proyectarlo en un futuro no es buena cosa si el pasado que recuerdas es malo. Y también malo si las personas que intervinieron en ese pasado son malas o raras o locas. Pero todo se pasa si en el presente que uno vive pasan cosas interesantes entre gente interesante y buena. Los del pasado están ahí, para recordar ese pasado estúpido y loco en el que intervinieron para tu mal. Es preferible ponerse de perfil ante esas personas que intervinieron en tu pasado y no hacerlas ni caso. Pero es difícil olvidar la maldad. La maldad y el egoísmo son el mismo Satán y está por aquí y por allá haciendo daños todavía. Satán no se cansa. Satán es el egoísmo puro que se demuestra amando lo suyo y convirtiendo en objetos a los demás, objetos a los que dañar impunemente.
Un metro quizás separaba su cabeza de la mía
y me ponía nervioso, muy nervioso, al evitar su mirada loca.
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