Traer y llevar llaman acarrear. He venido cargado de alimentos. Me he levantado hoy sin fantasmas que aventar. A no ser la presión que siento por causa de gente indocta e iletrada pero muy ambiciosa de lo ajeno. Es una presión leve. Ojalá se pierdan en el infinito todos aquellos espantapájaros oscuros que flotan como la mierda sobre el agua. Ojalá esos que no están nunca dejen de estar para siempre. La vida surge de aquí y de allá y se va esparciendo por la mañana contada por un reloj invisible que cuenta los latidos del corazón de cada uno y nos aboca al final de los tiempos. Todos nos acercaremos al pozo y caeremos a él porque la ley es así, la ley del pozo vacío. Y después de todo, quizás Dios nos perdone nuestros pecados como perdona a los que se arrepienten de ellos.
La dicha consistió en marcarte con la nostalgia,
el recuerdo aquel de lo puro tras la vida.
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