Al tomar yo la coca cola después de la siesta, me he sentido motivado a escribir ya que, en otros momentos de mi vida lo hacía así; sin una coca cola, no escribía. Ha debido ser un reflejo condicionado. Así que, después de ver a mi padre, me he venido a retocar una historia que tenía mucho lío y no se entendía muy bien. He rehecho algunas cosas que no me gustaban de esa historia y he continuado de otro modo, haciendo más fácil la inteligencia del propio relato. Tengo como una serie de relatos, creo que 7 en total, de los que me falta el final o retoques para hacerlos más atractivos al lector. Voy a estar estos días pendiente de esos relatos que creo interesantes y que a mi hermano le han gustado por unas cosas y por otras. Así que este mes de septiembre espero terminar esos relatos para mi bien y luego intentar, solo intentar, una novela de personaje colectivo.
La creación a través del lenguaje
curte a los hombres y a las mujeres.
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