Hay personas que no dan ni un dato de sus vidas pero pretenden saber todos los datos posibles de las demás. Estas personas son odiosas, son gente malévola y triste que darán con sus huesos contra el suelo algún día. Por otro lado, creo que hago bien en espaciar los paseos, así me quedaré en casa, donde hay libros y quizás lea de alguno. Ya he leído de la Biblia, de Jeremías, que fue un profeta. A Jeremías nadie le creyó. Jeremías dijo que hablaba a la orden de Dios y como nadie creyó a Jeremías, Dios los castigó. La vida es como una cuerda. Tiramos de la cuerda y se va agotando hasta que se agota del todo. Entonces, quizás vayamos al Cielo o no, eso es cuestión de creencias. La vida se estira y se estira como una goma o se encoge como un higo puesto al sol. La vida no tiene remedio.
Lanzaron la vida muy lejos y cuando quisieron recuperarla
ya eran viejos.
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