Cuando estás en casa voluntariamente, pensando que vas a pasar la mañana o la tarde en ella, surgen tareas que incluso puedes ir apuntando en un papel y luego, ir tachando cuando las cumples. Por ejemplo: yo iba a seguir una historia creada, así que la he leído hasta saber por dónde iba y cómo podría ser continuada. Así, pensaré esta tarde el modo de proseguir el trazado literario de la misma. Otra tarea puede ser limpiar. Otra más, mirar internet, Facebook y esas cosas, para estar comunicado con otras gentes. Otra más puede ser bailar al son de la música de la radio por puro gusto. Otra, quizás más baladí o rara, es intentar hacer el pino en el comedor sin caer y romperte un hueso. Quizás la más rara sería hacer un conjuro para oír la voz de los muertos. Otra podría ser hacer un guiso por la tarde para que esté preparado para el otro día. Pero eso ya implica ir a comprar un pollo a la calle.
El pronóstico fue claro: eras tonto y mentiroso.
Pero todos hicimos como si nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario