miércoles, 26 de febrero de 2025

Es difícil andar por la vida teniendo una hora fija para comer, para escribir y para dormir. Es mejor vivir la vida bohemia de las gentes que andan por la calle ilusionados con que verán hoy a sus amigos los poetas y les pagarán un café con unos bizcochos y luego, otra vez a la calle a reunir a las musas en su beneficio. Y un premio poético ganado que hará que se reúnan a escucharles unos señores casi ancianos bien vestidos de gala y todo eso y luego, gastar todo el dinero del premio en borracheras de güisqui y cola y de otras cosas menos permitidas. Y luego, otra vez a pedir prestado, a que les inviten a un café en espera de otro premio, premio con nombre de poeta consagrado y cuidado con hacerse viejo y mearse encima.

Los premios literarios 

son premios bohemios, alegóricos, providenciales.

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