En la biblioteca, contaban cuentos para los niños. Los padres los recogían después de unas dos horas y la pregunta siempre era la misma: ¿qué cuento te han contado? Había niños que recordaban el cuento de pe a pa y los padres estaban, por lo tanto, muy contentos de ellos o de su memoria. Había otros niños que se habían aburrido un montón mientras les contaban el cuento y lo que querían era correr o jugar al fútbol. Y no sabían nada o casi nada del cuento. Pero había unos niños que se inventaban el cuento completamente. Ellos contaban otro cuento para los padres, no el que les habían contado. Y estos últimos sí que eran chicos especiales porque eran creadores. Para que no pensaran sus padres que eran tontos. Porque estaban hartos de los cuentacuentos y porque ya eran ellos cuentacuentos de verdad.
Esta noche vinieron dos amigos.
Uno blanco y uno negro
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