miércoles, 19 de febrero de 2025

 Cien rastros vas dejando de una sola pasión mientras caminas por la ciudad haciendo recados. Tu perrita anda ligera detrás de ti. Pudieras ser la Maga de París pero faltan muchos intelectuales a tu lado. La rayuela está pintada en la acera, en los baldosines que recogen las pisadas más antiguas, las pisadas de los muertos, de los que estuvieron en su día. Así recoges tú la vida que nos sobra, la tonta hora de un reloj que habla de instantes. Ahora ya no me quieres y me dices que no llame ni siquiera a tu número. No sé qué te he hecho, no sé qué dolor te he provocado. Viviré de acuerdo con la lucha que existe entre tu palabra y la mía.

Una nula comprensión.

Un jaleo de la memoria.

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