Este verano empezó con la cita con la psiquiatra. Demencial la forma que tuvo de presionarme y molestarme y acosarme con sus preguntas. Luego se fue la cuidadora Sara el 23, sábado de julio. Luego hubo muchas reuniones con mi hermana. Luego vino Sonia, la otra cuidadora. Y ahora vendrá la residencia. Una manera de comunicar las noticias por parte de mi hermana me ha soliviantado. Se lo he hecho saber pero no servirá de nada. Además, cuando se lo comenté se puso como un furia e inventó excusas falsas. Nos ha puenteado a Paco y a mí en favor de mis sobrinos. Mi hermana es así: hoy te quiero para esto y te habla muy suave y otras veces te ignora.
La vida va lenta si no apretamos el baile, si la tomamos con calma. Una cervecita sin alcohol de los chinos puede estar bien. Pero hay gente que acelera la vida, la vuelve complicada, la hace invivible.
Un cerebro vacío es como la botica del diablo.
Yo conozco muchos cerebros vacíos en esta España de seseras incólumes. Y luego se emborrachan, hacen el ganso, joden al obrero (los del gobierno) y otros que no tienen nada en la cabeza y tienen la mirada horizontal de las ovejas.
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