Dice José Mota, el humorista, en internet que hemos perdido los valores y referentes que nos dieron nuestros padres. Yo digo: qué referentes tendrá ahora un chico de 20 años cuyos padres tendrán algo más de 50 años. Hay muchos ídolos de barro, becerros de oro a los que adorar hoy en día: en el fútbol hay personas endiosadas; en la política, perfectos Maquiavelos sin escrúpulos; en la educación, a lo mejor, puede un chico de estos encontrarse con un vago o un imbécil que le cuenta las teorías feminazis de ahora o estupideces de este tipo, tipo LGTBI y gilipolleces parecidas porque la gente se ha vuelto loca con estos comemierdas de social comunistas. La gente es cada vez más idiota, no guarda la compostura, no respeta al prójimo; no digo ya ayudar al prójimo, no sabe los sacrificios de sus abuelos en la posguerra, no hace caso a sus mayores, etc. etc. etc. Pero a mí mis padres me han dado un ejemplo imperecedero, indeleble y de muchísimo valor. Vale patres meos.

A lo mejor he exagerado un poco. Habrá gente valiosa por el mundo, no cabe duda.

La candela no ilumina por ella misma.

La candela necesita del fuego: puede ser el fuego símbolo del amor y cosas así. Ojalá la candela nos alumbre cuando nos haga falta.