Con este blog, quiero avisar a mi primita Jimena, a través de su madre, de una cuestión sobre la literatura clásica española. En la literatura clásica española no pasa nada. O sea, las aventuras de otros libros infantiles y juveniles, que son la pauta en ellos, en la literatura española no existen. Mi primita Jimena se va a tener que leer libros en los que apenas pasa nada, no hay aventuras, no hay batallas ni cosas mágicas, etc. Pero si no se los lee, no aprueba. Voy a poner un ejemplo: al ciego de "El lazarillo de Tormes" le dan un racimo de uvas. El ciego y el niño (el lazarillo) las comparten pero el niño engaña al ciego: esa es toda la acción en esa parte del libro. No hay más. Luego hay otro tipo de acciones pero todas muy realistas, muy pegadas al día a día. Pueden resultar aburridas pero te hacen pensar sobre la naturaleza humana. Otro caso es el del Quijote: es un continuo diálogo. El 70 % del Quijote es diálogo del que se extraen enseñanzas. Por eso me atrevo a decir a Jimenita que tenga paciencia con ese tipo de libros (algunos son solo exposición de un estilo literario). Ten paciencia y léetelos aunque resulten aburridos.
El compañero de lecho se elige mientras es de día.
De día conocemos y de noche no tanto. Yo no tengo compañera de lecho, pero procuro conocerme a mí mismo.
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