Y queda la memoria de lo que fue prodigio porque los milagros no abundan y por eso se quedan en las coplas y en los escritos. Crees que hay que tener una buena razón para hacer las cosas, pero cuando eras niño te daba por ir al bosque sin motivo alguno o podrías pasar una hora con una piedra jugando. Cuando somos adultos perdemos espontaneidad en lo que hacemos y todo ha de tener un motivo para hacerlo. Así cultivamos el inmovilismo y no las nuevas experiencias vitales que nos podrían hacer felices. Pasaban trenes cargados de soldados para la guerra. Y así se desangró España con un dolor indecible. Con el amanecer de la palabra surgió en ellos deseo de decirse hola y adiós por lo menos. La felicidad tiene que ver con la inteligencia del ser humano que ha llegado hasta nuestros días triunfando en el camino de la selección natural. Somos muy inteligentes y eso se ha de notar en conseguir dicha y alegría en nuestros días. Si vas por la carretera del arrabal, tened cuidado con las gentes que allí habitan la ruina.
Llegó otra vez noviembre
mostrando la cara de otro año.
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